solo mío [DreamNotFound]

16

Desde aquel día dream no se a querido topar a George, y no por que el no quiera, si no porque ahora George salía y pasaba más tiempo junto a Wilbur.

Estaba jugando Minecraft junto a su amigo Callahan, quien había notado que su amigo andaba muy cabizbajo.

"Que te pasa?" Escribió en el chat del juego.

—nada, solo estoy pensando en cómo voy a subir mis notas. Este año debo ser el mejor —mintio. Dream ya era un universitario muy inteligente y con unas notas muy buenas, eso era lo que a él menos le preocupaba.

"No te creo. Es por lo de George? El chico que jugó con nosotros?"

Dream suspiro y luego hablo.

—¿Como sabes? ¿Es tan obvio?

"Creo que sí. Si tanto lo amas por que no vas y lo buscas? Yo desearía tener a alguien, y si lo tuviera estaría correteando a esa persona para decirle lo mucho que la amo"

Eso hizo a dream sentirse bien y mal a la vez. En gran parte bien porque sabia que tenía el apoyo de su amigo y que además tenia la razón, tenia que luchar por su amor si tanto le importaba aquel Omega. Pero a la vez se sintió mal por Callahan, el pobre ni salía mucho de su casa y además no hablaba. Los amigos que tenía la mayor parte del tiempo estaban en sus cosas y en lo que más se reúnen es en el juego. Debía algún día sacar a Callahan de su cama y llevarlo a una fiesta.

—gracias, creo… creo que debía hablar con el. El único problema es lo de Wilbur.

"Quien chutas es Wilbur?"

Dream se rió al leer el mensaje. Debía contarle muchas cosas a su amigo.

—el fue su ex pareja, pero digamos que no les fue bien. La cosa es que ahora han vuelto a ser inseparables, y no se. Es algo raro.

"Yo digo que si ese chabón se te acerca que le des el el culo y agarres a George/j mentira, no a la violencia"

—dios Callahan, le diré a bad que andas diciendo unas cosas muy horrendas

"sabemos que ni tú ni yo solos santos, pero el bad no debe saber eso sobre mi así que SHUT UP"

—bueno bueno. Me voy, debo… hacer unas cosas —su mirada dejo de estar en la pantalla de su PC, había puesto sus ojos en la cama, donde se encontraba un libro de astronomía y una pequeña carta.

Se despidió de su amigo y se desconectó para luego quedarse pensando que haría y que diría. Aquella salida de bolos tenía planeado darle ese regalo a George. Por lo que Karl le había dicho días atrás. Pues al Omega le fascinan las cosas que tengan que ver con el espacio y le pareció buen momento para darle algo relacionado a lo que le gustaba. La carta por otro lado, solo decía lo mucho que le había caído bien y que esperaba algún día ser algo más.

Dream estaba que se comia las uñas de los nervios, no sabía que hacer. Pero se llenó de valor y tomo las cosas para salir de su habitación he ir a la del otro chico.

—¡Dreamie! —una voz femenina lo llamo a su espalda. Y la reconoció al instante.

—oh… hola Yas

—¡Ay! ¿Eso es para mí? —dijo refiriéndose al libro y a la carta.

—no, esto es para alguien especial.

—¿Y yo que soy?

—una compañera.

El rostro de Yasmine había cambiado por completo. Ahora se notaba la furia. No podía creer que otra vez alguien habia robado la atención del chico que tanto le gustaba.

—debo irme. Alguien me espera, adiós

La chica y devolvió la despedida y simplemente se fue refunfuñando y maldiciendo todo.

…

George estaba viendo su celular cuando ve unos mensajes llegar de Wilbur.

Wilbur
Hola mi Gogy, estás bien?
te parece si nos vemos
hoy en el parque?

George no tenía las ganas de ver al chico. Por más que intentara mostrar que no le dolía lo de dream usando a Wilbur, se sentía horrible y a la vez incómodo sabiendo que ahora veíaas a Wilbur.

Apagó su celular y miro hacia el techo, de seguro Karl estaba junto a Sapnap. Esos dos últimamente salian más juntos que de lo normal.

Se escucharon unos toques en la puerta, maldijo a la persona que estuviera ahí, ya que no quería visitas. Abrió la puerta y sus ojos se toparon con los ojos amarillentos que tanto le hacían acelerar su corazón

—¿Dream?

—perdon George, de verdad. No se el mal que hice pero me siento horrible al saber que no me hablas, literal estoy a punto de caer en una depresión por no saber nada de ti.

A George esto le causó algo de ternura y a la vez felicidad, ¿Siempre se preocupó así? Dios, como amaba y odiaba a dream.

—perdon, yo no quise ser así contigo estos días… solo que…

Dream sonrió al ver lo sonrojado que estaba el Omega, su corazón y su alfa se derretian del amor. Definitivamente esa era la persona con la que quería pasar el resto de su vida, esa era la persona a la que le quería dedicar canciones y momentos que jamás olvidará. El era todo para su vida.

Dream sacó el regalo que le tenía a George, y este se sorprendió tanto que ya lágrimas salían de sus hermosos ojos de color chocolate y azul.

—no debiste… ¡Siempre quise este libro gracias dream! —le dio un abrazo, cosa que amo porque se sentia en un lugar seguro.

—espero y lo disfrutes mucho. Y sobre la carta, mejor leela más tarde.

George dejo pasar al chico más alto a su habitación y ahí se quedaron un rato, hablando de uno que otro tema.

—yyyy ¿Ya puedo ver la carta?

—mmm aún no. Espera un poco —sonrio.

George rodó los ojos, estaba a punto de no hacerle caso. Su celular vibro, cosa que lo hizo dejar de ver a dream por un momento.

—perdon, de seguro es mi mamá.

Abrió el mensaje y no era así, se trataba de Wilbur. Este le empezaba a insistir de por qué no respondía sus mensajes.

—¿Esta todo bien con tu mamá?

—ehhh sisi, solo que me preguntaba cómo estaba. —apago su celular y lo puso en el escritorio, no quería que Wilbur arruinara el momento.

Dream miro por unos segundos los ojos de George, admirando lo lindos que eran, y luego bajo su vista hacia los labios de George. Eran perfectos y con un color rosado muy bonito.

George sintió la mirada del contrario y se sonrojo aún más.

Y sin darse cuenta, ambos ya estaban a centímetros del otro, podían sentir sus respiraciones acelerarse por la poca distancia y por la calor del momento.

Dream puso sus manos en las mejillas de George, y sin pensarlo dos veces le dio un beso.

Al comienzo George no sabía que hacer, estaba emocionado y sentía como las mariposas en su estómago se multiplicaban. Poco después empezaron a llevar un ritmo ambos, parecía que ya se habían besado tantas beses porque sabían cómo llevar muy bien la situación.

—¿¡George!?