Capítulo 2

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Perfecta. La palabra le quedaba corta. Era indescriptible lo que percibió Drew al verla entrar en el café en ese horario. No sabía que volvería, de saberlo, no habría dejado su oficina y como el buen cobarde que es , se hubiera ahogado en trabajo.

Parpadeó una, dos, cinco veces para descartar la idea de que estaba soñando , o ¿ ya había estirado la pata?. Pero no , no soñaba, no estaba muerto. Estaba vivito, coleando y observandola como un maldito acosador.

La vio caminar hasta el mostrador, detalló cada movimiento. Ella entabló conversación con el dependiente y su voz llegó a sus oídos, suave, sin prisa , parecía cantarle mil cosas con sus palabras.La chica se sentó a dos mesas de la suya con un té de menta con miel y un libro en mano que leyó con despreocupación.

Drew la miraba, su cabello rubio , ojos café, piel clara , parecía una niña inocente. ¿Qué haría a esa hora en el café?. ¿ Será que él no había cumplido con su tarea de espiarla y se había saltado ese horario? O ¿ tendría tiempo libre y simplemente llegó al lugar?.

 Cualquiera que fuera el motivo, el director de una importante empresa de seguros y con varios miles de millones en su cuenta bancaria,  ahora no era más que un estúpido sujeto acosando con la mirada a la pobre chica .

Drew no se reconocía. No era el tipo de chica con la que saldría , no encajaba en su rutina, en su entorno, ni en su vida. Sin embargo ahí estaba él, casi babeando por una chica del montón y dejando en el olvido a todas sus ex novias exuberantes y de gran estatus social.

El karma le había dado fuerte al pobre hombre.

—¿Sigues vivo? —preguntó Neil con burla

Drew tardó unos minutos en escuchar la pregunta,  procesarla y responderla:

—Depende —patético, ahora sí cayó bajo ¿Por qué balbuceaba la palabra?

—¿Es ella? —preguntó su amigo mirando discretamente a la chica.

—Si —contestó en un susurro para que no los escuchara.

—Mmm, es linda

—Obvio que es linda, es perfecta

—Te tiene flechado de verdad, ¿no? —Drew suspiró

—Estoy jodido —aceptó con derrota , muy consciente de que lo que sentía no era normal.

Neil estalló en carcajadas y todos se giraron a verle, incluida ella. Drew escondió su rostro con sus manos, girando la cara en otra dirección. Lo iba a matar, claro que lo haría. ¿Por qué lo haría si lo único que hizo fue reírse? Fácil. Porque había hecho que ella los notara y él no quería eso. Quería seguir en el anonimato pero por culpa de Neil ya no era posible.

—¿Te callas o te callo? —amenazó a su amigo.

—Me callo —respondió este conteniendo la risa a duras penas.

—¿Ves lo que haces? Ya nos vio , seguro piensa que somos alguna clase de retrasados .

—¿Y no lo somos? —lo provocó Neil— Pero ¿por qué te importa eso? No debería importarte lo que ella piense. Solo es atracción visual ¿recuerdas?.

"Touche" , pensó Drew , pero no lo diría, se limitó a sacarle el dedo corazón y a observar a través de los ventanales del sitio para calmar sus nervios.

Pasado algunos minutos la desconocida se levantó de su asiento y a paso calmado se dirigió a la salida . Neil observaba a Drew con curiosidad y burla a la vez. Siendo espectador de como su amigo se negaba a quitar la mirada de la ventana.

Cuando el café quedó sin aquello que lo hacía especial para Drew, este respiró de nuevo. Sin embargo solo pensaba en dos cosas en ese momento: la primera, la más importante, ella , su punto discordante y su mayor anhelo . Creía que al fin había compartido algo con ella . Se sentía dichoso . Lo segundo que pensaba eran las cien formas diferentes de matar a su amigo, porque sí, lo haría pagar caro.

—Si piensas atentar contra mi vida te aviso que soy tu mejor amigo y no podrías vivir sin mí —comentó Neil conociendo los pensamientos de su amigo.

—Eso es discutible.

—Oye, no estuvo tan mal . Ni siquiera te vio a ti. Yo fui el centro de atención.

—Pero quien te mire a ti , me mira a mi porque me llevo más miradas que tú

—Presumido

—Idiota

—Entró de nuevo

—¿Dónde? —preguntó Drew alarmado. Pero en cuanto escuchó las risas de Neil se dio cuenta que le estaba tomando el pelo—. No es gracioso —dijo con claro enojo en la voz.

—Discrepo, si lo es. Debería subastar tu expresión, me volvería millonario

—Ya lo eres. Pero tus estupideces opacan tu fortuna

—Bueno, bueno, tregua —sonrió divertido Neil- Mejor regresamos, ya me divertí suficiente

Drew se limitó a asentir y con su mejor cara de amargado se levantó y pagó la cuenta. Pero antes de marcharse se percató que en la mesa que había ocupado su mancha blanca reposaba una agenda. Era de ella, nadie más se sentó en ese lugar.

Drew avanzó con paso seguro y agarró la agenda con manos temblorosas, percatándose de la fragancia a lila que tenía, su fragancia. Observó el objeto minuciosamente, como si fuera un tesoro valioso. En la revisión se percató del nombre que allí reposaba. Kathleen .

Es perfecto, pensó él, no podría tener un mejor nombre. Ahora ya podía nombrar a su mancha blanca, su Kathleen, su ángel, su carcelera. Ya tenía nombre la chica de sus sueños.

Drew salió eufórico del sitio, ocultando la agenda de Neil que iba distraído en sus pensamientos. Sujetó la pequeña libreta con fuerza, ahora mismo era su pertenencia más valiosa. Ya sabía su nombre. Ya tenía su agenda. Pero ¿ tendría algún día su corazón?.

En su oficina no dejaba se hacerse la misma pregunta. Respondiendo de forma incoherente y vacilante. Hasta que decidió. Dos meses espiándola le habían dado valor. Ya tenía una escusa para hablar con Kathleen.

Recuerdo de dos almas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora