La última excursión (FINAL)

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Minho

Salgo de casa a primera hora de la mañana siguiente. Cuanto más me acerco a Prairieton, más ansioso me siento. Para llegar a Farmersburg tengo que pasar obligatoriamente por el Blue Hole. Estoy a punto de dar media vuelta y volver a casa porque es demasiado y es el último lugar donde desearía estar.

En cuanto llego a Farmersburg, no tengo ni idea de qué más hacer. Doy vueltas en coche por un lugar que no es grande en absoluto e intento encontrar lo que Jisung quería que viese.

Busco cualquier cosa encantadora. Busco cualquier cosa que pueda tener que ver con una oración, que deduzco que debe de ser una iglesia. Gracias a internet me he enterado de que un pueblo tan minúsculo como este tiene ciento treinta y tres «lugares de culto», pero me resultaría extraño que Jisung hubiera elegido uno de ellos para la última excursión.

Farmersburg es uno de esos pueblos pequeños y tranquilos de Indiana con casas pequeñas y tranquilas y un centro pequeño y tranquilo. Hay las granjas de siempre, los caminos rurales de siempre y las calles numeradas de siempre. No llego a ninguna parte, de modo que hago lo que habitualmente hago: aparco en la calle principal (siempre la hay) y busco a alguien que pueda ayudarme. Al ser domingo, están cerradas todas las tiendas y restaurantes. Camino arriba y abajo, pero parece una ciudad fantasma. Todo el mundo debe de estar en la iglesia.

Regreso al coche y recorro todas las iglesias, pero no veo ninguna que resulte especialmente encantadora y tampoco veo ningún lago. Al final, me paro en una gasolinera y el chico que la atiende, que no debe de ser mucho mayor que yo, me explica que hacia el norte hay algunos lagos, junto a la US-150.

—¿Hay alguna iglesia por allí?

—Un par, al menos. Pero aquí también tenemos.

Me ofrece una sonrisa cansada.

—Gracias.

Sigo sus instrucciones hasta encontrar la US-150, que me aleja de la ciudad.

Pongo la radio, pero solo hay música country e interferencias, y no sé qué es peor. Escucho las interferencias un rato antes de apagarla, ya que he olvidado traer más casetes de Jisung para reproducir. Veo un Dollar General junto a la carretera y paro, pensando que tal vez puedan informarme sobre dónde están los lagos.

Detrás del mostrador hay una mujer. Compro un paquete de chicles y agua y le explico que estoy buscando un lago y una iglesia, un lugar encantador. Hace una mueca con la boca mientras aporrea la caja registradora, que es un modelo anticuado, de los años cincuenta.

—La iglesia baptista de Emmanuel está justo al lado de la autopista. Hay un lago no muy lejos. No muy grande, pero sé que lo hay porque mis niños solían subir hasta allí para nadar.

—¿Es privado?

—¿El lago o la iglesia?

—Cualquiera de las dos cosas. El lugar que ando buscando es privado.

—El lago está junto a la carretera de Privado, si te refieres a eso.

Empieza a escocerme la piel. En el mensaje de Jisung, «Privado» está escrito en mayúscula.

—Sí, a eso me refería. ¿Cómo llego hasta allí?

—Sigue la US-150 dirección norte. Dejarás la iglesia baptista a la derecha y después ya verás el lago, y entonces entras en la carretera de Privado. Te desvías y ya está.

—¿A la izquierda o a la derecha?

—Solo puedes girar hacia un lado, a la derecha. La carretera es muy corta. AIT Training & Technology está allí. Verás el cartel.

El mundo nos destruye a todos | minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora