Prologo.

508 74 26
                                    

Y ahí estaba yo en mi habitación tratando de inspirarme para escribir algo que me entretuviera de este aburrimiento que me invadía. Sarah y Zecco estaban ocupados con sus trabajos y yo no tenía nada mejor que hacer aparte de estar con el armadillo.

Había pasado ya un tiempo desde que Alice había fallecido. Las cosas habían cambiado pero no lo suficiente, quiero decir, el mundo seguía igual que antes, mientras que mi círculo de amigos y claramente la familia e amigos externos de Alice lo único que se notaba era su ausencia y de vez en cuando el ambiente de melancolía era notable en el aire. Pero cada quien vivía su duelo como le pareciera. Al menos yo estaba más tranquilo, y dejando de pensar de forma narcisista desde ese día del funeral en que Sarah y Zecco hablamos del tema. Realmente parecía que nada interesante vendría a mi vida desde ese entonces, pero cuando menos lo esperaba, un golpe demasiado fuerte se escuchó afuera del edificio.

—¡Puta madre ten más cuidado!

Mi intriga me hizo levantarme de mi asiento a dirección hacia la ventana ya que el grito venia de afuera, un grito raro de hecho, ya que me era algo difícil identificar el idioma del que provenía. Al asomarme pude ver un camión de mudanza y junto a los trabajadores, un tipo de cabello castaño, portaba una sudadera negra y pantalones del mismo color. Al sujeto se le notaba una cara de mala ostia, pues parecía que a uno de ellos se le había ido un mueble.

—Por favor tengan más cuidado no mamen, no por algo me mude de México dizque a vivir una mejor vida en Europa.

Vale, pues era más que claro que el tipo era un extranjero, pero su forma de ser empezaba a darme curiosidad.

—Parece que ha llegado un nuevo inquilino —El armadillo apareció a mi lado viendo al sujeto —bueno, otra cara a la cual saludar solo por cortesía y no porque le agrademos de verdad.

Decidí ignorarlo mientras seguía viendo al chico, de verdad mis alarmas con él dentro de mi cabeza se habían encendidos pero no encontraba el porqué de ello.

—Conozco esa cara —Comento el Armadillo viéndome con detenimiento.

—¿Disculpa? —Salí de mi trance y voltee a verlo con incógnita.

—Hombre apenas si va llegando, desmole unos días al menos.

—¿Pero de qué coño hablas? —Volví a ignorarlo, completamente confundido de lo que me estaba queriendo decir. Volví a enfocarme en el sujeto, quien parecía estar firmando unos últimos papeles de la mudanza. Cuando termina, veo que se los da al chofer y voltea a ver arriba.

Mierda, me ha pillado.

Sin pensarlo dos veces cierro la ventana de un azoton y me agacho, ¿me habrá visto? ¡Claro que me ha visto! Que pregunta más estúpida, ahora se pensara que soy el loco del barrio y no querrá verme ni hablarme, ¿es así como causo primeras impresiones? Es como cuando te presentas en la secundaria, creyendo que serás el más guay del salón; mientras te estas presentado dices una frase rara debido a los nervios y ahora todos creen que eres un rarito.

El Armadillo solo me veía mientras estaba recostado en mi cama, viendo como poco a poco parecía que caía a la locura.

—Creo que estamos perdidos.




----------

Caí en la locura y no pude aguantarme :^)

Algunos capítulos estarán narrados desde la perspectiva de Zero, otros en tercera persona.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 04, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

No de nuevo. (Zero x Negas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora