Capítulo 13: Golpes del Pasado

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Capítulo 13: Golpes del Pasado


Danielle POV

Llevábamos varios minutos en la pelea y ya estábamos cubiertos de sangre. Tan pronto como nos dieron la señal para que empezara el duelo, ambos nos habíamos comenzado a masacrar en el suelo mojado con llaves, puños,  patadas, arañazos, cabezazos y todo lo que se pueda. Nos habíamos adueñado de las cadenas y ahora nos golpeábamos con ellas. Coloqué la cadena alrededor de mi puño y me dirigí a Lionel quien se estaba levantando del suelo de espaldas a mi. Error número uno, jamás le des la espalda a tu enemigo. Corrí en zigzag por si llegaba a verme y cuando ya estaba cerca mi puño se dirigió hacía su cuello pero su mano lo detuvo.

—Crees que no sabía lo que ibas a hacer—

—No lo sabes— enrosque mi pierna en su brazos y le di una vuelta a Lionel haciendo que cayera de nuevo al suelo como por décima vez en los minutos que llevábamos peleando. Comencé a hacerle una llave en su brazo, pero con gran agilidad logró zafarse de mi agarre y se colocó sobre mi. Me sostuvo ambas manos con una de las de él y la otra la tenía en el aire para coger impulso y darme un golpe que venía a mi sin dudar. Espere unos segundos a que estuviera muy cerca y me moví a un lado haciendo que el puño quedara plasmado en el suelo. La cara de Lionel estaba en su modo de sorpresa, como si no hubiese esperado eso. Aproveché su despiste y coloqué mis piernas en su cuello. Esto se iba a poner interesante. Ambos comenzamos a ejercer presión, él para soltarse y yo para dejarlo sin respiración y quien sabe sin vida.

No sé cuanto estuvimos haciendo fuerza  pero sentía como Lionel comenzaba a ceder, aunque solo fuera algo mínimo. Mis oídos estaban que explotaban con tanto alboroto por parte de las chicas. Fije mi vista en Lionel y ejercí mas fuerza haciendo que su rostro mostrara una mueca. No me había percatado hasta entonces, pero ya le había arrancado parte de su camisa con tanto jaleo e igual que la mía. Solo que a diferencia de mi que comenzaba a notarse mi sostén a él se le notó un tatuaje en el hombro y brazo bastante extraño y fami...

—¡NO! ¡Basta! ¡No quiero! ¡MAMÁ! ¡MAMÁ!— la niña de ojos violetas miró a la mujer con rostro enmascarado con suplica, pero ella solo se volteó.

—¡MAMÁ!—

Moví mi cabeza a ambos lados y abrí mis ojos de par en par. No me había dado cuenta de que había dejado de ejercer presión y ahora Lionel había salido de mi agarre y había comenzado a golpearme sin piedad alguna en mi rostro, pecho y abdomen. Yo trataba de defenderme lanzando varios golpes y algunos le dieron pero la mayoría fallaron así que levanté la pelvis y con la fuerza de mis piernas logré sacar a Lionel de mi cuerpo.

Me levanté del suelo con dificultad, la sangre había comenzado a molestarme en los ojos y sin pena alguna me arranqué parte de lo que me quedaba de ropa y me limpié la sangre que se me corría por el rostro. Había perdido mi enfoque y eso no debía pasar. Volví a mirar a Lionel que me sonreía cínicamente y con el puño goteando mi sangre. Traté de fijar mi vista solo en sus ojos, pero tan pronto el comenzó a moverse hacia mi dirección el extraño tatuaje apareció en mi campo de visión y tan pronto mi vista se fijó en él mi vista comenzó a nublarse.

—Ya no quiero, por favor— rogaba la pequeña niña de ojos violetas a un hombre alto de cabello azabache.

—Esto no es una opción. Ahora quédate quieta— el hombre de cabello azabache se acercó a la pequeña niña con una inyección con un líquido verde oscuro dentro. La pequeña niña comenzó a moverse y a gritar, pero nadie la escuchaba.

—Preparen al otro sujeto, hay que ver como reacciona nuestra pequeña pantera a alguien superi...—

Un golpe me hizo volver y recuperar mi vista. No sé de donde provino, pero estaba a punto de averiguarlo. Traté de levantarme del suelo mojado pero Lionel me atacó por atrás colocándome su brazo alrededor de mi cuello para luego hacer presión. Mierda, mierda, mierda.

—Veo que estas algo distraída encanto...una regla importante es nunca perder el enfoque— dejé de hacer fuerza y el comenzó a ejercer más presión. Esas palabras...

—Tienes buenos movimientos, pero olvidas algo...una regla importante que es nunca perder el enfoque ¿entendido?— el hombre le habló con brusquedad a la niña de ojos violetas que yacían en algún punto muerto del suelo cubierto de sangre.

—Si...amo—

Mis ojos estaban abiertos. Casi me estaba quedando sin aire así que con la fuerza que me quedaba y el poco aire que tenían mis pulmones, moví mi cuerpo hacía adelante con la fuerza suficiente como para levantar a Lionel en el aire y tirarlo al suelo frente a mi que por fin tocaba el suelo pues mientras Lionel trataba de asfixiarme al ser él más alto que yo pues me mantenía a mi a varios centímetros del suelo.

Miré a Lionel desde arriba y estaba jadeando, la caída de seguro que le tuvo que haber dolido. Me acerqué para tomarlo del cuello pero de la nada sacó una de las cadenas y la enredó en mi cuello para luego apretarlas haciendo una "X" con ellas sobre mi cuello. Traté de zafarme, pero la falta de aire ya estaba haciendo efecto. Lionel comenzó a arrastrarme hacia una de las vallas y con otras cadenas comenzó a atarme a ella. Me movía con brusquedad, no estaba pensando. La mitad de mi mente estaba concentrada en la pelea y la otra estaba en una especie de trance del cual aparentemente no podía salir. Lionel había amarrado mis manos y mi cuello a la valla con las cadenas. Comencé a mover mis piernas para tratar de golpearlo pero fue todo lo contrario pues tomó amabas de mis piernas y las amarró con otras cadenas. ¡Joder! ¿De donde este tipo sacaba tantas? No recuerdo que tuviésemos tantas.

Al estar inmovilizada Lionel se sentó en mi falda y comenzó a propinarme puños en todo mi rostro, brazos, hombros, pecho y abdomen literalmente estaba allí de saco de boxeo. No me daba ni un segundo y ya estaba recibiendo otro golpe. Sentía la sangre correr por mi rostro y todo lo demas que estaba golpeando Lionel. Escuchaba como las chicas se peleaban porque alguien detuviera la pelea, pero no podían hacerlo. El jefe me había dejado a mi tomar la decisión y ésta fue la que tomé, así que solo yo podía detenerla. Mi vista había comenzado a nublarse, estaba perdiendo la conciencia y eso era algo muy ma...

El jefe y sus nenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora