𝐖𝐄𝐒𝐓 𝐂𝐎𝐀𝐒𝐓 | ʜᴀʀʀʏ ᴘᴏᴛᴛᴇʀ

VI; the attack of the great evil

MÁS RÁPIDO DE LO QUE ESPERABA REINETTE, OCTUBRE llegó rápidamente. Las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras habían cambiado radicalmente para todos; algunos disfrutaban de las clases del profesor Lupin, otros (como Reinette, Malfoy y sus amigos) no estaban complacidos, por diferentes motivos. Reinette, en cada clase que pasaba, sentía la insistente mirada del profesor Lupin en ella, aunque aún no comprendía por qué el su profesor estaría tan atento a sus acciones.

Para otros, el hecho de que el tiempo se enfriaba y se hacía más húmedo, las noches más oscuras, pero sin barro, viento ni lluvia llenaban de ilusión por ganar la enorme copa de plata del torneo de Quidditch que el colegio llevaba a cabo todos los años. Sus compañeros de casa que eran miembros del equipo de Quidditch eran los que principalmente estaban entusiasmados, sobre todo su compañera de habitación. El hecho de que fueron la última casa en ganar la Copa del Torneo en su primer año, dejaba a todo el equipo tenso constantemente.

Una tarde, después del entrenamiento de Gryffindor, Reinette estaba sentada con Ron y Hermione en una de las salas que se solía quedar vacía por las tardes, ya que la hufflepuff no tenía permitido entrar en la sala común de Gryffindor. Harry regresó a la sala donde estaban sus tres amigos, se le veía contento.

—¿Qué ha pasado? —preguntó a los tres, que estaban sentados al lado del fuego, en dos de las mejores sillas, terminando unos mapas del cielo para la clase de Astronomía.

—Primer fin de semana en Hogsmeade —le dijo Reinette, recordando la nota que había visto antes—. Finales de octubre, en Halloween.

—Estupendo —dijo Ron, en un tono que no parecía demasiado entusiasmado—. Fred dijo que quería ir a la tienda de Zonko porque no le quedan bombas fétidas.

Harry se dejó caer en una silla, al lado de Ron, y la alegría lo abandonó. Hermione y Reinette comprendieron lo que le pasaba.

—Harry, estoy segura de que podrás ir la próxima vez —le consoló la castaña, Reinette asintió de acuerdo, poniendo su mano en el hombro de Harry—. Van a atrapar a Black enseguida. Ya lo han visto una vez.

—Black no está tan loco como para intentar nada en Hogsmeade. Pregúntale a McGonagall si puedes ir ahora, Harry. Pueden pasar años hasta la próxima ocasión.

Reinette le miró seria.

—¡Ron! —dijo Hermione—. Harry tiene que permanecer en el colegio...

—No puede ser el único de tercero que no vaya. Vamos, Harry, pregúntale a McGonagall...

—Sí, lo haré —dijo Harry, decidiéndose.

—¿Pero solo pueden autorizar padres o tutores legales, no? McGonagall no va a poder darle permiso aunque quisiera— contestó Reinette, apartando su mano del hombro de Harry.