Es mi cuerpo

3 3 0
                                    

Es mi cuerpo

Astral

Una tarde después de un arduo trabajo de construcción, cada bloque que conformaba la pared, colocado con su respectivo nivel, al bajar de la escalera para tomarme un respiro y beber un poco de agua sentí el movimiento de la pared, miré al lado solo para darme cuenta de que ya no había salida, la pared colapsó sobre mi aplastándome en un rápido pero inmenso dolor.

Me levanté desorientado entre los escombros, no dejaba de pensar, ¿Cómo pudo haberse caído? Y pensar en todo el trabajo que me costó construirla.

Rápidamente me percaté de que mi cuerpo seguía allí tirado bajo los escombros, me asombró mucho, pero por alguna extraña razón, no tenía miedo.

Pensé en volver a mi casa, repentinamente ya estaba allí, debido a mi sorpresa comencé a gritarles a mis hermanas

—¡ayúdenme!, ¡me maté! —

Pero nadie parecía escucharme pues no me hacían caso, la situación comenzó a entristecerme y a desesperarme, no dejé de repetirles continuamente mientras las intentaba tomar del brazo, pero no podían verme ni oírme.

Mi madre se encontraba en la cocina, me acerque a ella para avisarle de mi muerte

—¡mami, me maté! —

Para mi sorpresa ella se sobresaltó y comenzó a gritar con desespero

—mi hijo, algo le pasó a mi hijo—

Mis hermanas la atendieron con preocupación

—mamá, respira, ¿Qué sucede? —

—algo le pasó a Aldemaro, ayúdenlo— dijo mi madre mientras lloraba

Mis hermanas se miraron confundidas, pensé en no permitirle aquel sufrimiento a mi madre, por lo cual volví al lugar en donde yacía mi cuerpo sin vida, de pie frente a mi cuerpo observándolo muy deteriorado, pensando en cuantas horas transcurrieron para que mi cuerpo físico estuviera en tales condiciones, me convencí de no dejar pasar más el tiempo e intentar lo que cualquiera en mi posición habría hecho, que es entrar nuevamente en él.

Al recostarme, intenté concentrarme, pero no sucedía nada, por lo cual comencé a moverme para acomodarme y poder entrar en él, extrañamente cada esfuerzo por entrar era inútil, tras sentirme desesperado y frustrado me levanté nuevamente para mirar mi cuerpo.

Fue allí justamente donde encontré la justa razón, había un pequeño niño metido en mi cuerpo

—hey, es mi cuerpo, lárgate ya— le grité al niño intentando moverlo fuera de mi cuerpo físico

—por favor, quiero a mi mamá, no encuentro mi cuerpo— me dijo el pequeño mientras lloraba

Me dolió el hecho de verlo intentando vivir, ¿pero que podía hacer yo?

—no, vete, ¿Qué acaso no vez que es mi cuerpo? Tu no cabes allí— le grité nuevamente

—no puedo entrar al mío, quiero a mi mamá— volvió a decir el pequeño mientras lloraba desconsoladamente

—es que no cabes allí, es muy grande para ti, ya vete— le dije con temor a que robara de alguna forma mi cuerpo

El niño sin decir más corrió llorando hacia algún tipo de puerta que se abrió de la nada, cerrándose al instante de haber entrado

Me sentí un poco más aliviado del miedo, así que nuevamente intenté recostarme dentro de mi cuerpo físico para sentir una gran fuerza de atracción que me haló hacia él.

Abrí los ojos temprano por la mañana, con el corazón acelerado, comencé a tocar mi rostro y mis brazos, todo estaba bien, solo fue una pesadilla... ¿o quizás no?

Es mi cuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora