VIII; slow down, crazy child

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          POR EXIGENCIA DE LA ENFERMERA, LA SEÑORA POMFREY, TANTO Reinette como Harry se quedaron dentro de la enfermería durante todo el fin de semana

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POR EXIGENCIA DE LA ENFERMERA, LA SEÑORA POMFREY, TANTO Reinette como Harry se quedaron dentro de la enfermería durante todo el fin de semana. Para sorpresa de dicha mujer, ninguno de los dos parecía estar en desacuerdo con lo que ella pedía que hicieran. No hubo ni una queja sobre quedarse allí. Sin embargo, Harry sí que tuvo quejas al escuchar que la enfermera quería tirar los restos de su escoba, la Nimbus 2000, parecía tenerle un gran apego.

Las visitas fueron algo recurrentes, más para Harry que para Reinette, pero Susan Bones no dudaba en pasarse a visitarla después de cada comida, Trisha Buttermere y Christian Jones después de los entrenamientos. Unas flores decoraban ahora la mesilla que reposaba entre las dos camillas de los dos chicos. Ron y Hermione no se iban hasta que llegaba la noche.

Por suerte para ambos, durante las noches la enfermería se quedaba desolada, con solo ellos dos dentro. Eso fomentó a que ambos compartieran ciertos miedos que no habían compartido con ninguna de sus visitas.

Explicaron con más detalle aquello que oían y sentían cuando los dementores les atacaron. No se sorprendieron cuando ambos repitieron la misma secuencia de gritos que habían escuchando con anterioridad. Harry encontró seguridad y comprensión por parte de Reinette al contarle su miedo acerca del Grim, ya que sabía que Ron se asustaría y Hermione se burlaría.

—Las dos veces que lo he visto he pasado por accidentes que casi me matan— confesó, nervioso por la respuesta de Reinette. Al ver la seriedad en el rostro de la chica continuó hablando:— La primera, casi me atropella el autobús nonctámbulo, la segunda, ya sabes. Y, cada vez que nos ataca un dementor... Me hacen sentirme humillado. No sé si a ti también...

—No suelo sentirme humillada— murmuró—. No suelo centrarme en esos pensamientos.

—Somos los únicos que nos desmayamos..., ¿eso no te hace pensar que hay algo mal contigo?

Reinette sonrió:— No. Esos pensamientos no sirven para mucho, Harry.

—Yo, yo escuchó a mis padres gritando— dijo, evitando mirar directamente a la chica que estaba enfrente de él—... Los escuchó morir.

El corazón de Reinette se aceleró, sorprendida por su situación. Sí, ella también escuchaba a alguien morir gritando de sufrimiento, pero no eran sus padres. Se levantó de su cama y caminó hasta estar enfrente de Harry. Extendió sus brazos y atrapó el cuerpo del chico entre ellos. Harry se puso tenso, pero después aceptó el contacto con la chica, hundiendo su cara para no llorar.

—Yo escucho a un chico... No sé quién es— murmuró Reinette, aplastada entre los brazos de Harry—. Pero confío en que juntos sobreviviremos esto. Dudo que los dementores se queden por mucho más tiempo.

Esa fue una de las primeras noches en las que Reinette no dormía irregularmente, sumergiéndose en sueños plagados de el sonido del agua sobrepasándola y gritos de terror, y se despertaba sobresaltada sintiendo que tenía agua en sus pulmones. Fue recibida con brazos abiertos en la sala común de Hufflepuff, ya que muchos habían escuchado de lo sucedido. Ella aprovechó para devolverle el jersey a Christian, aunque fueron testigos de eso muchas alumnas de Hufflepuff.

𝐖𝐄𝐒𝐓 𝐂𝐎𝐀𝐒𝐓 | ʜᴀʀʀʏ ᴘᴏᴛᴛᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora