Dice la S. Biblia:
"Dios ha llenado nuestro corazón con su amor, por medio del espíritu Santo que nos ha donado Dios". (Romanos 5.5) Y añade: "El que ama es de Dios. El que no ama no es de Dios".
La lluvia retumba con fuerza contra el elegante techo cromado azul que surcaba la autopista sin obstáculo alguno.
Cada gota se asimilaba a una pequeña granada, anunciando que esa inclemencia climática no pasaría fácilmente. Los tiernos rocíos de diciembre ahora eran tempestades que sin razón alguna se esmeraban en alejar cualquier rayo de sol en la vida de aquella joven.
En el auto en movimiento que con prisa recorría la carretera, dos personas sumergidas en el silencio se encontraban, una en particular miraba por la ventanilla mientras que con la punta de sus dedos dibujaba formas asimétricas en el cristal empañado.
— ¿Podrías dejar de hacer eso, Zoey? —la visible mujer atrapada en el aparato telefónico hablaba. Con sus ojos incriminates contempló a la pequeña joven quien no se ocupó en desviar su mirada de la serie de árboles que con gran velocidad pasaban por delante suyo. Sola— Deberías comportarte como alguien de tu edad, por una buena vez. —concluyó, haciendo eco en aquella jaula de aluminio con sus palabras.
— Cordelia, deja de molestar a la niña, seguramente está impaciente de llegar ¿Verdad cariño?—pregunta el padre cegado por la sucia mentira de la madre.
— Sí papá, estoy solo aturdida por las ansias de llegar...— murmuró sin prisa deteniendo su voz en cada desesperante silaba que salía de su boca.
— Por favor William, deja de defenderla. Ella está aquí por lo que hizo, no por vacaciones de verano. —bramo indignada Cordelia. Zoey en cambio seguía con su mirada en aquella ventanilla.
— ¿Y según tú, ¿Qué hice para merecer este castigo tan estúpido madre...?—escalmo asteada de tanta mentira por su parte, Cordelia en cambio agrando sus ojos por cólera e impotencia. — Madre, te estamos esperando. Dinos porque estoy de camino a un jodido internado de señoritas al otro lodo del mundo...
— ¡ZOEY! ¡No me hables así por tu bien jovencita! Tu sola te ganaste esto, si hubieras tenido la decencia de comportarte en ese colegio de porquería puedo asegurarte que ahora mismo no estarías allí, pero claro, la señorita siempre tiene que hacer quedar mal a nuestra familia, espero qué este año te sirva para reflexionar y cambiar, mocosa, bocona e impertinente.—escupió a quema ropa, haciendo pausas.
Zoey apretó sus puños por la pena e indignación que emanaba de su cuerpo tan pequeño, sus puños dolían y allí se desato soltando todo lo retenido en su garganta: — ¿Impertinente, ¿Enserio madre...? Soy impertinente y además ¿Bocona? Pues déjame asegurarte lo impertinente y bocona que puede llegar a ser tu propia hija Cordelia.
La mencionada palidece por unos minutos con pavor. William que estaba justo al lado de su esposa en la pantalla de la videollamada, tomó aire necesario para intervenir en la discusión.
— ¡Cordelia, deja ya en paz a tu hija! ¡Y tu Zoey, tenle respetó a tu madre! Pronto llegaras y no quiero tener que despedirme con una mala idea de tu comportamiento. Te quiero mucho cariño, no te olvides de ello. Sabes cómo contactarme, solo pídele al padre una llamada y listo, todo lo que pidas lo tendrás aunque con limitaciones princesa. —la tensión cesa, pero la mirada de odio entre Cordelia y Zoey nunca tendrá fin desde aquella tarde...
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OREMOS POR UN PECADO JUNTOS
FanficLa belleza seduce a la carne con el fin de obtener permiso al dominio del alma. Y con aquel procura asegurar el pecado ajeno, ya que teniéndola afrima el comienzo de la maldad... No hay nada que incremente más la lujuria que lo prohibido. Autora:...