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A Naruto no le hizo ni una pizca de gracia lo que había pasado con Hinata, había dejado de verla por petición de su madre para asegurarse de controlar mejor su propio instinto.

Había sido bueno, lo había hecho bien en ese tiempo, tiempo que al parecer se le agotaba para regresar a verla.

Contaba con los cuervos que Sasuke enviaba para poder saber que acontece, aunque obviamente no era lo mismo.

El único consuelo que tenía era que su madre le  había dado el dije que guardaba para cuando  se emparejara, agradecía a su madre que aceptara a Hinata como tal... ahora el desafío era distinto ya que ella era una humana... y como bien se sabe, sus vidas son relativamente cortas a comparación de ellos que son inmortales.

Cuando los cuervos dieron la alerta de que algo sucedía, Sasuke y Sakura se adelantaron a detener el avance de los ladrones, para cuando el llego se encargó del resto.

Pudo haber sido tolerante, pudo haber tenido compasión, pudo haber hecho eso si, pero no lo hizo, al contrario se encargó de borrar esa miserable existencia del mundo.

Tomo su tiempo para tranquilizarse antes de alcanzar a los demás, no quería que vieran ese lado suyo... eventualmente tendría que darse a conocer pero no ahora...

Luego de hacer lo que creyó que era suficiente, se acercó al río mar cercano para limpiar sus manos y rostro de cualquier evidencia se sangre, con un movimiento de sus manos barrió las manchas de su vestimenta, respiro profundo y se decidió a caminar en dirección al lugar que les había dicho a sus amigos.

Camino hacia allá se preguntaba, como reaccionaria ella al sitio, si le gustaría y sobre todo si aceptaría las condiciones que tenía que decirle en determinado momento...

Había pasado ya mucho tiempo separados, el solo quería que todo se resolviera para poder seguir juntos el tiempo que se les diera dado.

RaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora