No sabía exactamente cómo sentirme o como ver la realidad a la que me enfrento, solo sé que los meses pasan y aun me sigue doliendo el frío ruso. Era una cena más o al menos eso parecía, pero mientras la noche transcurría y mis ánimos decaen entendía que no lo era, quizás ya en el fondo me había acostumbrado a que Vladimir me esquive la mirada, aún sabiendo todo lo que pasó en aquella exposición, o que Marzena solo me presione por ser la hija perfecta y eso ni siquiera soy su hija, incluso creí que muchas cosas dolorosas saldrían de los labios de Wincent, pero nunca imaginé que algo como lo que escuche se haga realidad.
¿Cómo siquiera pudo haber cruzado su mente? muchas veces lo he oído hablar con sus socios sobre que siempre quiso a un hombre para heredar la empresa, que siempre soñó con que el apellido Sikora sea reconocido por gran audacia y fortaleza, toda su vida anhelo que la empresa familiar sea dirigida por un hombre, porque todos me creían incapaz, demasiado infantil y una ilusa de la vida, que solo va lanzando brillitos rosas a donde quiera que vaya. Era una tonta niña delante de los ojos de aquellos grandes empresarios, y si bien parte de mi esencia eso era, no solo se basaba en eso, toda mi vida intente construir un camino para un futuro prometedor, para no decepcionar a mi padre y poder ser su orgullo, pero jamás conseguí algo igual, solo me hundí en unos ojos triste que me subestimaban. Elaia, basta.
¿Cómo parar cuando escuchas a tu padre decir que cuando regresen a Polonia, te casará con un gran magnate mucho mayor que tú y que ni siquiera conoces? Eso no era justo, ese no es el futuro que yo quería para mi vida, yo deseaba estudiar, poder crecer, recorrer el mundo, amar, saber que se siente enamorarse, gritar, bailar y saber que viví una vida que valía la pena recordar. No deseaba grandes cosas ni una vida de riquezas, pero si tenía sueños y aspiraciones, que mi padre con sus palabras rompió en un segundo.
—Cuando regresemos me retirare finalmente y la empresa quedará en manos del señor Nowak, el futuro esposo de mi hija Elaia—hablo mientras mi corazón se paraliza y los restantes de la mesa aplaudían—apenas lleguemos la boda comenzará a prepararse.
Vi a quien decía ser mi padre, aquel ser que debería cuidarme y velar por mi bienestar, al igual que luchar por mi felicidad, pero parecía un auténtico desconocido que deseaba querer acabar conmigo y con lo poco que aún no se ha roto en mi. Lo vi sonreír mientras alzaba una copa en honor a sus palabras, como si estuviera feliz de todo el daño que le hace a mi alma, como si fuera el padre del año y estuviera orgulloso de sus acciones, mientras Marzena agarrada de su brazo ríe a su compás, igual de entusiasmada que los demás miembros de la sala y aunque no quiera mi vista se dirigió a ese hombre de cabellos oscuros y mirada helada. Elaia, para, por favor, solo romperás más nuestro corazón. Pero solo mis ojos murieron un poco más cuando lo vi alcázar su vaso de licor con su robusta mano enfundada en sus guantes de cuero, por lo cual solo vi mis manos que apretaban la falda de mi vestido, mientras el dolor me recorría a la vez que intentaba convencerme que esto era una pesadilla, que mi padre no era ese y que Marzena no piense que esto es correcto, incluso que el hombre que está robando una parte de mi alma no esté de acuerdo con esto. Elaia, despierta. Y lo hago, comprendo que mi familia se desmoronó y que jamás volveremos a ser los de antes, incluso que Vladimir Petrov no me veía de la misma forma que yo lo hacía.
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The Monster © [+18] ✔
RomanceLibro I de la Bilogía la Debilidad del Diablo: The Monster. [COMPLETA] Elaia Sikora es hija de uno de los mafiosos más importantes en Polonia, sin embargo, ella poco está enterada de este mundo y se ve a la hora de actuar de esa manera dulce y amoro...