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Cansancio, eso sentía. Cada músculo de su cuerpo parecía llorar de agonía, no podía moverse, pero no se sentía asustado o triste, más bien se encontraba tranquilo mirando las nubes, estaba acostumbrado a la sensación de ardor, por lo tanto solo le resultaba algo molesto

A la lejanía vió un águila sobrevolar el lugar con un conejo atrapado entre sus garras, se dirigía a lo que sospechó era su nido, con curiosidad siguió al ave hasta que desapareció de su vista, lo cual lo decepcionó. Con un suave movimiento se sentó en el pasto, sintiendo el conocido cosquilleo de que las heridas recién hechas estaban empezando a curarse. Realmente agradecía su factor curativo, o más bien agradecía a su habitante quien actualmente descansaba perezosamente en la jaula en la que estaba confinado

Sintiéndose un poco mejor se terminó de levantar del césped, caminado algo lento, quizás las heridas estaban curadas, pero de todos modos dolían como el infierno, pero ya estaba lo suficientemente recuperado como para volver a su hogar. Con pasó más decidido avanzo por el bosque dejando atrás el muñeco con el que había estado entrenando

Era un bosque extenso, relativamente cerca de Konoha, pero aún estando a una distancia prudente para evitar visitantes indeseados, o que a su sincero parecer eran visitantes indeseados. Una maldición escapó de sus labios cuando accidentalmente empujó una rama tan fuerte que le pegó directo en la nariz

"Deberías tener más cuidado al caminar, cachorro" el zorro resopló mientras miraba al jinchuriki quejarse como niño pequeño

¡Pero es que no era su culpa! ¡Esa rama apareció de la nada! Y le dió un fuerte golpe a la nariz, tenía suerte de que no empezará a sangrar

"Torpe" Naruto se volvió a quejar de malhumor, ese realmente no era su día

Retomando su caminata empezó a enumerar mentalmente porque odiaba ese día. Primero se levantó tarde, no le dió tiempo a desayunar cuando tuvo que salir corriendo ya que ese día tenía una misión, luego Ichiraku se encontraba cerrado debido a que Teuchi estaba enfermo, obviamente se había preocupado por el viejo y lo había acompañado un buen rato mientras Ayame volvía de hacer mercado, más tarde se puso a entrenar con uno de los muñecos de entrenamiento resistentes, se terminó haciendo varías heridas por imprudente y acabó bastante cansado, luego como no era suficiente, práctico varias poses de lucha y siguió entrenando hasta que sus músculos protestaron y se tomó una siesta, lo cuál le generó dolor de cuello por la mala posición. En verdad todo lo malo que le pasó fue culpa suya ahora que sé daba cuenta, por lo que sus mejillas se colorearon de carmín mientras hacía un mini puchero, injusto

"Todo en esta vida es injusto cachorro" eso lo sabía perfectamente, pero aún quería negarlo

Antes de que anocheciera ya estaba llegando a su casa. Era algo grande, tenía varias ventanas, un patio con jardín en dónde cultivaba algunos vegetales y flores, 4 habitaciones y 2 baños. Cuando la vió sintió en su pecho la ya conocida calidez del hogar, ya quería entrar, darse un buen baño y acostarse en su cama tamaño King para no levantarse un buen rato, sabía perfectamente que no podía hacerlo, pero al menos podía soñar con que sí

Bostezo una vez pasó el umbral de la puerta, dejo sus zapatos a un lado y avanzó descalzo y silencioso por la estancia, la chimenea estaba encendida y todo estaba en completo silencio, lo cuál le hizo pensar que seguramente ya estaban en sus camas durmiendo, y no lo habían esperado, se sintió indignado hasta que notó el pequeño bulto en el sofá, acurrucado bajo las sábanas, una sonrisa floreció en su rostro y con cuidado tomo entre sus brazos a la pequeña

Subió las escaleras que llegaban a las habitaciones y camino hasta toda la derecha, pasando su habitación y llegando a un cuarto que gritaba a todas luces "¡Infante!". Con delicadeza dejó a la niña sobre la suave cama y le dió un besito en la frente, observando con atención como la pequeña se removía, acomodándose, antes de dejar de moverse y dormir profundamente

Él cerró la puerta una vez salió y se fue a su habitación para darse un merecido baño y dormir un largoo rato

Aunque al final se enjabono rápido y se dejó caer sobre la cama para dejar a su cuerpo descansar mientras él entraba en su subconsciente para charlar un rato con Kurama

Avanzó por las alcantarillas ya conocidas y maniobro un rato, corriendo de un lado a otro escuchando el sonido del agua al chapotear, hasta que escuchó un gruñido exasperado

¿Siempre que vienes estás en la obligación de hacer eso?

No tuvo una respuesta más allá de una risita que le saco una media sonrisa, su cachorro ya estaba en la adolescencia, pero seguía pareciendo un niño pequeño a veces, lo cual le parecía curioso por el hecho de que también podía ser bastante maduro si se lo proponía

— Perdón, pero es que es bastante divertido ver cómo el agua se levanta y cae formando pequeñas ondulaciones, puede llegar a ser bastante hipnótico.

Se acercó a la jaula del gran animal con confianza y se acercó hasta quedar apoyado contra su esponjoso pelaje, no pudo evitar abrazarlo mientras hundía el rostro, calientito y agradable

El zorro soltó un gruñido suave y se volvió a recostar, colocando las patas delanteras adelante para usarlas de almohada, mientras sus nueve colas se recogían y colocaban a un lado de su cuerpo

Naruto en todo momento se mantuvo en su lugar autoproclamado, se suponía que hablarían un rato, pero el silencio resultó ser más cómodo, volvió a dejar escapar un bostezo mientras con el puño se frotaba los ojos, sintiéndose un poco adormilado, ¿Quizás realmente estaba más cansado de lo que creía? Podría ser posible, o el hecho de haberse bañado y sentirse más liviano y suave más el cálido pelaje de Kurama lo que había provocado su sueño, de todos modos, sabía que terminaría durmiendo, así que no se resistió y se dejó abrazar por Morfeo, al menos por ahora

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