Four ⁴

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Se limpió con cuidado las manos en el río. Se había lastimado levemente debido al entrenamiento que llevaba, pero sobre todo era porque estaban sucias, y comer con las manos sucias lo enfermaría. Una vez acabado su labor, el infante se levantó y corrió a una fogata improvisada con una olla hirviendo encima, había conseguido algunos hongos comestibles y algo de carne para preparar su cena, está vez había hecho más de lo que normalmente cocinaba, por lo tanto se encontraba seguro de que su estómago estaría lleno por varias horas antes de que el hambre volviera a surgir, una sonrisa era acompañada por sus pensamientos positivos

Acercó las manos al fuego, para calentarlas después de haberlas lavado en el agua fría del arroyo, y olisqueo, olía muy bien, y su estómago estaba empezando a gruñir como bestia, generando un rubor en las acaneladas mejillas

Revolvió el caldo con un cucharón de madera y lo probó. Era exquisito, casi lloró de la emoción, finalmente una comida completa y deliciosa, ¡No podía pedir nada mejor! O quizás si, ¡más comida deliciosa! Solo pensar en unas chuletas era suficiente para hacer llorar a su estómago, pero era algo que por ahora no podía permitirse, ¡Pero ya verá en el futuro!

Se sirvió parte de la sopa en un pequeño cuenco, y lo empezó a beber felizmente, saboreando como la carne se deshacía en su boca y como los hongos le daban un sabor peculiar, pero bastante agradable a la boca, y contrastaba de forma espectacular con la carne de cerdo. Realmente ese libro de cocina le había ayudado mucho, aunque la verdad se había guiado más por los dibujos que las palabras

El sonido de una hoja siendo aplastada hizo que todos sus sentidos se alertaran, entrecerró los ojos ligeramente, pero sin mirar hacia atrás, por dónde salió el sonido, espero pacientemente a que el intruso se mostrará, ya que no parecía ser alguien que buscaba hacerle algún daño, así que siguió haciendo lo que estaba haciendo antes, comer

El sospechoso camino a pasos lentos hasta llegar a su lado, por lo que volteó a verlo, en su campo de visión solo había un viejito con ropa que olía, sinceramente, a barato, y no determinaba si era por la tierra o el olor a pipa

— Saludos pequeño amiguito, veo que tienes algo de comida ahí, ¿Te importaría compartirla con un anciano como yo?

Naruto no dijo nada durante unos segundos, pensando en el hecho de que estaba frente a un adulto que no se mostraba hostil de ninguna manera hacia él, lo cual le generó un hueco en el estómago, pero se trataba un hombre mayor, de unos 60 aprox. Sería realmente cruel dejarlo sin comer, él conocía perfectamente lo que era pasar hambre y rogar hasta por una migaja de pan, solo para que la gente volteara a otra parte o se burlara de él...

Con decisión apretó los labios, y sacando su cuenco para el agua le sirvió una buena ración al otro hombre, quien le agradeció con una sonrisa para despues sentarse a su lado a degustar juntó a él la comida

— Quien lo diría pequeño, tienes una buena mano para el alimento, ¿Como la sazonaste?

— Yo... No lo hice señor.

— Ohh, ¿Así que solo echaste los hongos y la carne a cocinar y ya?

La vergüenza tiñó sus mejillas de rosado y no pudo evitar sonreír de manera ligera. Había sido atrapado, no lo había sazonado, porque no tenía como hacerlo, tampoco los conocimientos, así que incluso si pudiera probablemente le echaría de más o le echaría menos de lo que debería, y siendo que él tiene unas papilas algo sensibles... Era un problema

La carcajada que soltó el hombre mayor provocó que se pusiera de color rojo, su cara añiñada de mejillas algo rellenas lo hicieron ver bastante adorable a opinión del mayor

— ¿Por casualidad los hongos no serán venenosos, pequeño? — Naruto bufó

— Si no está seguro de si lo son o no ¿Porque los come? Además — Inflo el pecho con orgullo — Tengo el suficiente conocimiento básico para reconocer un hongo venenoso de uno comestible — El viejo enarco una ceja

— ¿En serio? Porque yo leí una vez que este hongo era altamente venenoso y que tenía mucha habilidad para matar menores de edad — señaló uno de los hongos en su plato

Sin poder evitarlo, el niño palideció algo asustado mirando el hongo, ¿De verdad era venenoso? ¡No! ¡No debía pensar en eso! Seguro que solo estaba jugando con él. Con más confianza volteó a verlo, solo para asustarse más al ver la mirada mortalmente sería que lo hizo chillar

La cara le cambio en un segundo, de seria paso a contorsionarse en una gran sonrisa antes de que algunas carcajadas escaparan de su garganta, dejándolo confundido, enojado y más avergonzado al haber caído en la sucia broma, pero después de unos minutos no pudo evitar comenzar a reír también. Su manera de caer en una broma tan simple siendo él el maestro en ese hábito era bastante hilarante y tonto, debía darle crédito al viejo por engañarlo

— Por cierto jovencito, ¿Cómo te llamas? — Sus ojos se iluminaron en una alegría infantil

— ¡Soy Uzumaki Naruto! ¡El próximo Hokage dattebayo! Es un gusto conocerte, ¿Cuál es tu nombre?

Una risa tranquila escapó de los labios del anciano al ver la energía del chico, se notaba que era una persona muy animada y alegré

— Hiruzen. También es un gusto conocerte, Naruto.

La sonrisa en los rosados labios creció, se sentía feliz al tener a alguien con quién hablar, y el viejo Hiruzen parecía bastante agradable para charlar, además al ser mayor seguro que tenía unas buenas historias guardadas, ¡Él quería conocerlas!

Y así lo hizo, mantuvo una conversación con el Hiruzen, en la que él le hablaba sobre todo lo que había pasado, los Hokages y la historia de la aldea en general, siendo observado por los infantiles ojos de un niño emocionado

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