Deal with this

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Walk right up and just use my lips
https://www.youtube.com/watch?v=z0Ytj7q5XEA

El cabello rubio ondea de lado a lado, acompañando sus pasos medidos debajo de la falda larga, la blusa bien abotonada y, todavía más importante, la chaqueta roja del equipo escolar. Brilla debajo del sol matutino y atrapa incontables miradas. Sí, podría decirse que Kara Danvers es popular (por todas las malas razones y por ningún motivo que atiende a quién es de verdad, pero es popular) y mejor aún, Mike Matthews es su novio (por eso es popular), el capitán del equipo, el chico bueno.

Una mancha rosada la rebasa por la derecha, buscando los mejores atajos en el pasillo ataviado a ser la primera hora de la mañana. Kara sonríe sin pensarlo dos veces. Ese es su problema más grande y viene vestido de rosa.

Lena Luthor se detiene frente a ella, arqueándole una ceja y dedicándole su media sonrisa patentada, gesto acentuado por el intenso labial rojo (eso irrumpe el código de vestimenta). Le responde con un encogimiento de hombros, sin saber qué esperar aún.

—¿Qué hay, Danvers? —saluda, el tono de su voz resonando en la memoria de Kara—. ¿Te he dicho que el rojo no es tu color?

La mira con reto en los ojos. —En más de una ocasión.

Lena levanta el dedo índice para hacer énfasis. —Y sigues sin escucharme.

Caminan a la par, por lo cual Lena se esmera en caminar de reversa, intentando parecer genial. Aunque ya de por sí lo es, siempre es genial sin intentarlo. Quizás es un requisito para ser una dama rosada.

—Escucho tus quejas, pero no tus propuestas —rebate—. ¿Según tú cuál es mi color?

—¿Rosa? —Kara se ríe, han discutido eso en distintas ocasiones—. Te verías bien en cuero, lo sabes.

—Las implicaciones no son lo mío.

Lena se ríe. —Apuesto a que a tu hermana mayor no le importaría acarrearte consigo en su motocicleta y... —Se distrae porque Kara no deja de sonreírle, le devuelve el gesto bañado en diversión—. Tú sabes conducir.

Kara estira la mano para tomar la solapa de su chaqueta (esa de la pandilla de chicas) y evitarle estamparse contra el grupo de deportistas y sus respectivas porristas —una forma terrible de decirlo—.

—Y tú sabes que esas no son las implicaciones —murmura, soltándola.

Lena le rueda los ojos. —Vamos, Danvers, ¿acaso no se te dan bien las travesuras? —Y la sonrisa le deja bien en claro a qué se refiere—. Apréndete tus líneas para hoy, nerd, no quiero seguir soplándotelas al oído.

Se arregla la ropa, preparada para escapar del grupo de descerebrados populares (en su humilde opinión). Al pasar nuevamente a su lado, pero en la dirección contraria, se acerca a su oído y dice: —¿Qué haré para quitarte esa chaqueta de encima? ¿Darte la mía?

Y el mensaje implícito es bien recibido.

Mike le lanza una mirada breve, juzgando la situación; Kara no le da tiempo de llegar a ninguna conclusión, se cuela a su lado y le permite (como siempre) pasarle el brazo por el hombro para establecer una relación clara. Casi de pertenencia. Odia pensar en eso.

El timbre interrumpe la eterna conversación sobre el juego del viernes y les da un descanso a las novias de su interés fingido y su desconocimiento también fingido. ¿Oh, y cómo se llama eso de cuando pasas el balón? ¡Eres excelente en eso! A Kara tampoco le gusta pensar en eso.

De camino a clase, con sus libros en mano, se cruza brevemente con Alex. Está rodeada de su propia pandilla, todos en chaquetas de cuero y logos de serigrafía (T-Birds). Si juzga bien la situación están a media huida y antes de verlos desaparecer por la puerta, con Sam Arias vigilando el pasillo, recibe un grito nada discreto.

Deal with this | One shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora