PROLOGO

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—¡Maldición, me tienes harto!

Y allí fue cuando detuve la broma.

El día que descubrí que Darían podía maldecir y en voz alta.

Estaba en problemas y en muy graves problemas, pero debería retroceder un poco. Bueno debo de retroceder para que entiendan cómo hice que míster respeto, elegancia y clasicismo, me maldiga. 


Mi manera de odiarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora