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Leah Brunet.

— ¿Cómo es que logras convencerme siempre? —reclamé mientras buscaba un lugar de estacionamiento.

— Es porque me amas —me aventó un beso y reí.

— Lo dudo. A veces me caes muy mal

— Esto, esto es parte de la vida, romper reglas, escaparse, divertirse con amigos. No solo es sacar buenas calificaciones y hacer los deberes. ¿Que pretendes? ¿Quedarte Virgen hasta los 50? —la golpeé en la cabeza y ella rió.

— Tu solo piensas en chicos, Sasha. Yo no soy así

— ¿Qué tiene que solo piense en chicos?

— No se trata solo de ellos —hablé obvia.

— Lo dice la que literalmente está enamorada de su vecino universitario —se burló y la callé inmediatamente.

— ¡Te eh dicho que no es así!

— Por dios, quizá tú dices que no pero tus ojos hablan por sí solos cuando te expresas de él —continuó burlándose.

— La única vez que hablé sobre él fue cuando ayudó a mi padre con un papeleo, y no dije nada comprometedor, dije que me parecía un chico muy inteligente y maduro para su edad, no cualquiera se ofrece a ayudar a resolver papeleos importantes para una empresa en la que ni siquiera labora. Que hable así de él no significa que estoy enamorada.

— Haré como que te creo.

Bajamos del coche y casi de inmediato observamos a Aaron quien se acercaba a nosotras con los brazos extendidos hacia lo lados y una enorme sonrisa en su rostro.

— Llegaron a iluminar el lugar sin duda —alagó y reímos. Dejó un beso en la mejilla de Sasha y posteriormente uno en la mía.

— ¿Has hablado con tu hermano?

— Si, andando, él nos dejará entrar —me tomó de la mano.

— ¿Están seguros de esto? Digo, si quieren beber podemos ir a alguna de nuestras casas —insistí con algo de nervios. Tenía un mal presentimiento.

— No empieces de nuevo Leah. Venga, ya estamos aquí, es parte de la vida y si te van a regañar por lo menos que valga la pena —me jalaron y yo suspiré rendida.

El hermano de Aaron nos dejó entrar discretamente fingiendo pedirnos nuestras identificaciones y revisándonos.
En cuanto entramos se notaba el ambiente, todo el mundo brincando, bebiendo, cantando, gritando, bailando, simplemente disfrutando de todo eso sin importarles nada.

La música era movida y bastante pegadiza.
Caminábamos entre la gente en busca de la barra para pedir nuestras bebidas. Sin esperar mucho comenzamos a beber mientras platicábamos. Poco a poco comenzamos a sentirnos más relajados, las luces aturdían ligeramente y no sabía si era por la luminosidad o por el efecto del alcohol que comenzaba a hacerse presente.

Yo no era de las personas que se embriagaban a más no poder, hasta cierto punto creo que lograba controlarlo. Creo.

Por supuesto que Sasha y Aaron tenían más experiencia en esto de "romper" las reglas, digamos que entre nosotros yo era la única "santa" sin experiencia alguna en nada de estas cosas.

— ¡Vamos a bailar! —propuso mi mejor amiga y se encaminó a la pista. Aaron volteó a verme, levantó los hombros y luego me jalo a la pista de baile.

Bailábamos entre toda la gente, la música había cambiado repentinamente a una canción algo más "sensual" Sasha amaba esa canción y honestamente la bailaba muy bien.
Aaron bailaba junto a mi aunque conservaba nuestra distancia, él era muy caballeroso y respetuoso conmigo, me agradaba demasiado eso de él.

— Y tú que no querías venir, te lo dije es divertido —dijo mi mejor amiga mientras me sonreía.

— Supongo —bebí un poco más.

— Mi linda Leah siempre tratando de no romper ninguna regla, por eso me encantas —dijo Aaron tocando la punta de mi nariz. Reí un poco mientras Sasha se burlaba de nosotros.

No lo entendía por completo, pero algo me hacía pensar que en realidad él no gustaba de mí como todos pensaban, si no que simplemente me quería como a una mejor amiga.

Se que acababa de decirme "me encantas" pero ese suele ser un halago entre amigos, la mayor parte del tiempo. Depende que tan bien se lleven, claro.

Pero.., yo realmente prefería verlo como a un mejor amigo, y que él me viera como una mejor amiga.

Me enfocaba mucho en ese pensamiento.

No estaba lista para enamorarme ni enamorar a alguien más.

Nuestros movimientos comenzaron a hacerse más provocativos entre sí. Estando entre tanta gente realmente ya no me importaba tanto el moverme de una forma en la que jamás lo había echo por vergüenza. Porque claramente ninguno de los que estaban aquí me conocían ni ponían atención. A excepción de mis amigos.

Deslizaba las manos sobre mi cuerpo. Escuché una pequeña risa nasal de parte de él, ambos empezamos a reír un poco. Sasha bailaba con un tipo completamente desconocido, Aaron y yo la observábamos desde lejos pues no queríamos perderla de vista.

Luego unos minutos bailando junto a él comencé a sentirme extraña, y no precisamente por el alcohol.
Deje de bailar poco a poco mientras buscaba entre la gente; sentía una mirada sobre mi.

Se sentía tan extraño, se sentía profunda. Podía sentir un cosquilleo recorriéndome por completo, sentía como si me estuvieran desnudando con la mirada y empezaba a sentirme incómoda.

— ¿Todo en orden? —preguntó tomándome de la barbilla para hacer que lo viera a él. Con algo de confusión aliviane mi rostro y asentí con una sonrisa amigable. Esté me la regreso.

— ¿Y Sasha?

— Por ahí —señaló y voltee a verla. Ella realmente parecía divertirse— Ya sabes cómo es, hace amigos en menos de un minuto

— Espero no termine enamorándose de un completo desconocido.

— Si, también yo —rió.

— No me tardo

— ¿Te acompaño?

— Estoy bien, descuida —asintió y me encaminé al baño.

Al entrar carraspee y desvíe la mirada; estaba una pareja tragándose, no literalmente. Saben a lo que me refiero.
Ellos se alejaron y me vieron con una mueca, la chica tomó al chico y salieron del baño. Suspiré con cierto desagrado y procuré enfocarme en lo mío.

Me acerqué al lavadero y me acomodé un poco el cabello, de tanto estar brincando y bailando con mis amigos mi cabellera era un desastre. A veces me enfadaba mucho el hecho de tener cabello largo.

Moje mis manos y posteriormente me incline un poco sobre el mencionado para mojar mi rostro y parte del cabello de enfrente.

— ¿Qué estás haciendo aquí, pequeña?

Abrí los ojos y sentí como mi cuerpo se desvaneció al escuchar esa hermosa y definida voz masculina detrás de mi..

 𝑆𝑢𝑒𝑛̃𝑜 𝐼𝑚𝑝𝑜𝑠𝑖𝑏𝑙𝑒 | 𝐴𝑖𝑑𝑎𝑛 𝐺𝑎𝑙𝑙𝑎𝑔ℎ𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora