Capítulo 4

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Miro la hora antes de entrar a mi habitación y me asombro al darme cuenta lo tarde que es. ¿Cómo es posible que el tiempo con Matt pasara volando?

Me muerdo la lengua y hago rabietas imaginarias. No importa lo bien que la pasé con él, casi arruino todo por un estúpido beso y voy a necesitar al menos un par de días para que se me quite la vergüenza. Sobretodo después de haberme corrido debajo de su cuerpo sin penetración y como una adolescente cachonda.

Me froto los ojos con cansancio y me escabullo en silencio hasta mi cama, pero una vez que estoy dentro las luces de la habitación se encienden y tengo a Tara y Lara arriba de mí como si fueran agentes del FBI.

-¿Dónde demonios estabas? -pregunta Lara con preocupación-. No respondiste ninguno de los mensajes que te enviamos.

-Salí a caminar -digo todavía asustada y cruzo los dedos por debajo de las sábanas para no irme al infierno por mentirle a mis mejores amigas.

-Si, claro... A caminar... -murmura Tara con el entrecejo fruncido, luego le da un codazo a su hermana y me señala con su barbilla-. Mírala, tiene las mejillas sonrojadas y el cabello alborotado. Te has acostado con alguien. ¿Verdad?

Retengo la respiración por unos segundos sin saber qué decirles.

-Esto... Yo...

-¡Vamos, maldita sinvergüenza! -grita Tara fingiendo molestia y me cubre la cabeza con su almohada-. ¡Admítelo!

No quiero hablar de mi trato con Matt pero no puedo evitar reírme con su reacción.

-Lo lamento -digo al fin-. Tienes razón, estaba con alguien.

-¡Lo sabía! -exclama feliz y siento la mirada intensa de mis amigas para que tire lengua-. ¿Ya te follaste a Nicholas? Vaya que eres rápida, Lottie...

-Ya quisiera -comento apesadumbrada y me siento en mi cama para poder verlas mejor-. Decidí hacerles caso y tomar experiencia con otros chicos antes de animarme a cualquier cosa con él.

-Eso es lo más inteligente que puedes hacer ahora -Lara aprueba aquello y se tira el cabello hacia atrás-. ¿Y quién fue el afortunado? ¿Lo conocemos?

-No es nadie importante -mascullo avergonzada tratando de olvidarme de los gemidos de Matt cada vez que tocaba su erección-. Pero no nos acostamos... Sólo... Sólo tuvimos un poco de juego previo...

-Está bien -comenta Tara-. El año recién empieza, ya vas a conseguir polvos en cantidad y calidad.

Asiento y sonrío por dentro. No era virgen y mis amigas lo sabían. Pero había dejado de explorar mi propia sexualidad una vez que había empezado la universidad y, para ser sincera, tampoco había ganado demasiada experiencia antes de estudiar. De ahí mis problemas de confianza para con el sexo opuesto.

Charlamos un poco más y trato de crear una historia falsa sobre cómo conocí al chico misterioso pero después de unos minutos se dan cuenta que no tengo deseos de entrar en detalles y vuelven a sus camas para dejarme tranquila. Luego, bajo el silencio y la oscuridad de nuestra habitación, las tres caemos rendidas en un sueño profundo.

Al día siguiente me levanto sintiéndome un poco mejor. Voy hasta el cuarto de baño y me lavo la cara y los dientes mientras una de las gemelas se ducha en tiempo récord. Hoy no quiero usar nada demasiado presuntuoso, así que decido ponerme un pantalón de mezclilla, una camisa blanca y zapatos negros. Cuando termino de vestirme me siento frente a nuestro tocador y me ato el cabello en una coleta alta, luego me pongo un poco de protector solar y máscara para pestañas. No me gusta maquillarme en las mañanas, pero aquello es suficiente para que mis ojos se vean menos cansados.

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