Etapas

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Estoy a puertas de terminar un curso que sinceramente me ha cambiado, me ha ayudado y me ha metido en la vida de mucha gente que antes apenas conocía. Ha sido una etapa de mi vida importante y lo ha sido, sobre todo, gracias a todos aquellos que han decidido unirse a ella.

El curso empezó en un ambiente completamente nuevo y antes de entrar y conocer mi nueva clase, pensé en si quería seguir siendo el rarito del grupo, una persona que siempre estaba de relleno en la clase para hacer alguna estupidez de vez en cuando, una persona, obsesionada con el cine y con el frikismo... No estaba seguro de querer volver a serlo, pero al fin y al cabo, ese soy yo y no iba a cambiar por el intento de encajar en un nuevo grupo. Pasaría lo que tuviera que pasar.

Me asusté. Mis primeras impresiones no fueron las mejores, no conocía a penas nadie y de ser así, no tenía a penas contacto, por lo que era prácticamente un intento de empezar de cero, pero no quería hacerlo. Obviamente había alguna excepción y a unos pocos de la clase les conocía de años anteriores.

Estuve asustado las primeras semanas, por los compañeros, por las impresiones, por las posibles nuevas amistades, por los cambios de clases y por el largo viaje que aún me quedaba por recorrer.

No quise juzgar a los profesores, pero tampoco tenía porque. Este año parecía que en ese aspecto, había tenido suerte, pero una cosa era lo simpático o la manera de enseñar y otra cosa era los exámenes que llegaran a ponerte sobre la mesa, básicamente, porque eso era lo que más servía a la hora de evaluar.

Quería pasar con todo aprobado como siempre había hecho y tenía claro que me iba a esforzar por conseguirlo.

Ya estaba avisado de que iba a ser mi curso más difícil de la ESO y llevaba preparado desde hacía semanas.

Como todos los años, también tenía la preocupación de como me iría en mi extraescolar de teatro. Siempre cambiaba de compañeros, de profesores, de ambiente... Y encima este año me tocaba ir al grupo más elevado con los mayores.

El día en el que inicié la extraescolar, no me percaté de que al abrir la puerta de aquella escuela, iba a cambiar mi vida completamente y no se a ciencia cierta si lo hizo para bien o para mal.

Pasé mis primeros exámenes con éxito, conocí a gente nueva gracias a aquella extraescolar y me sentía querido, me sentía cómodo con la gente que me rodeaba y al fin, me empezaba a integrar más en la clase. Ya nadie era desconocido.

Cambié y además a lo bestia: Se me crearon varias inseguridades, empecé a buscar mis vías de escape, entre ellas, la música, intentaba estar el máximo tiempo posible con mis nuevos amigos y me andaba con cuidado para no joder nada, para no hacer nada que pudiera hacer que me separase de todas aquellas personas que en ese momento, creía que más necesitaba.

Acabé el año muy feliz, aprobé todo, había socializado como nunca, pero el problema estaba en que no me daba cuenta de lo malo que era querer estar todo el rato con estos nuevos amigos y el problema de mis nuevas inseguridades.

Me fui trabajando, tuve ayuda, tanto de profesores como de amistades que llevaban mucho tiempo a mi lado y a lo largo del nuevo año, me fui puliendo para convertirme en la persona que soy ahora, una persona mucho más independiente, más segura de si misma, sin apenas inseguridades y feliz con aquellos que, a pesar de todo, se han quedado a mi lado, ya que no todos los que trataron de formar parte de mi vida meses atrás, habían decido quedarse.

Mi profe de Lengua y mi profe de Inglés me ayudaron y me animaron.

Mis compañeros de clase me hicieron reír incluso cuando yo ni siquiera sabía que lo necesitaba. Me incluyeron a pesar de yo mismo saber que no era como ellos, que era diferente, me incluyeron a pesar de todo.

Se convirtió en una de mis mejores clases. 

Uno de mis mejores cursos sin duda.

La mejor etapa de lo que llevo de vida.

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