11. ¿Mihrimah?

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Hurrem caminaba por los pasillos, en camino a los de su querida hija Mihrimah.

Quería visitarla a ella y a su nieta, Humasha.

Al llegar, entró y habló.

— Mihrimah, ¿don...— no terminó antes de ver a su hija en el suelo, con un charco de sangre encima.

— ¡Mihrimah!— gritó con desesperación. — ¡Traigan a un médico, ahora!— exigió y mujeres se asomaron, antes de que Hurrem soltara otro grito ahogado con temor.

noto que esto venía desde la parte baja de el vestido, por lo que temió lo peor.

— ¿Donde están los médicos?, ¡Traigan a uno ahora!— gritó firmemente, mientras seguía viendo a su hija quien mantenía los ojos cerrados.

— Sultana, debe salir — hablo una voz mayor, eran tres médicas, lo requerido.

La dama asintió y salió de la habitación, aún soltando sollozos sorbos.

— infórmenle a el sultán sobre esto — musitó y las criadas que se encontraban afuera asintieron, mientras una de ellas se marchaba.

La sultana se veía tan débil.

— — — —

Había pasado aproximadamente una hora, las médicas seguían dentro, Hurrem no se había movido de su sitio, mientras Suleyman la acompañaba en un abrazo profundo.

Selim y Bayazid habían llegado, todos temian lo peor.

Nurgul, Mustafa y Mahidevran llegaron, notando la presencia de los familiares de sangre.

— Sultán, príncipes, sultana — susurro nurgul mientras hacía una reverencia.

Hureem ni siquiera la había volteado a ver, era como si su alma hubiese abandonado su cuerpo.

¿Mihrimah era su favorita a caso?, sí, era su única hija que fuera de sexo femenino.

— Nurgul, Mahidevran. Agradecemos que hayan venido— Mahidevran observó a Suleyman, conectaron miradas nuevamente, — Nos preocupamos por la sultana Mihrimah, apenas nos enteramos — concluyó la albanesa.

Las puertas se abrieron , solo dejando ver a más criadas llevar toallas empapadas de sangre.

Hurrem solto un gemido de dolor y se dio la vuelta con angustia.

Apretó sus labios mientras sintió otra punzada en su corazón.

Algunos minutos restantes fueron suficientes para que una médica saliera de los aposentos.

— ¿Como está mi hermana?— preguntó antes que todos Mustafa, — Bueno, verán. La sultana tuvo un aborto espontáneo muy complicado, tenía dos meses, por lo que no era muy notable, y esta delicada de salud, necesita un reposo y quizá, una operación difícil. Pero las consecuencias serán eternas— Suleyman miró a la médica, — ¿Que consecuencias?— preguntó, — Tendremos que hacer la operación o sufrirá varios desangrados como estos, algunos desmayados. Sí aceptan la operación, la sultana no podría volver a tener hijos, o si podría, pero sería muy difícil— Nurgul bajo la cabeza.

Aquello fue un golpe para todos los presentes, quienes tenían expresiones de dolor.

𝐌𝐘 𝐇𝐔𝐒𝐁𝐀𝐍𝐃•ᵐᵘˢᵗᵃᶠᵃ ᵃⁿᵈ ⁿᵘʳᵍᵘˡDonde viven las historias. Descúbrelo ahora