Deja de mirarme,

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Yoongi está impresionado y sin palabras.

Sí, ha admitido abiertamente que Jimin tiene talento para la música, pero nunca imaginó que eso haría que aprendiera a tocar la canción, que esa misma tarde escogió, en días. Incluso le dio tiempo de practicar como el maniático a la perfección que es.

Y esa es una característica que antes le hubiera molestado, de hecho así fue, pero verlo tan concentrado en el piano, con sus ojos caramelos brillando entre confusión y alegría, le sacaron varias sonrisas. Muchas sonrisas. Sonrisas que Yoongi ni siquiera hacía el intento de ocultar.

Sin embargo, ahora sus ojos parecían apagarse por el miedo. Era tan extraño reconocer esa emoción en el rostro de Jimin, pero ahí está, creciendo en cada audición de piano que presenciaban desde la parte trasera del escenario armado en el auditorio.

Porque el profesor Kim es conocido por tener un alma amable, pero también por ser exigente cuando se trata de la música. Debido a ello, no había tantos estudiantes en el taller de música a comparación de otros talleres, él prefiere calidad antes de cantidad. Y eso solo hacía que el miedo en Jimin se agrandara.

—Ellos eran buenos —le dice él en referencia a los chicos que acababan de audicionar—. Y el profesor Kim ni se inmutó. Sigue con la misma cara seria. ¡Y yo nunca lo he visto así de serio!

A Yoongi no le sorprende ese detalle. El profesor Kim es más estricto de lo que aparenta, pero no se lo va a decir, no quiere ponerlo más nervioso.

Aunque eso es en vano cuando se presenta Suran.

Ella definitivamente llevaba años tocando el piano, quizá desde su niñez como él, lo puede asegurar por su técnica casi impecable al tocar, aunque no se tiene que ser un experto para notarlo, ya que Jimin enseguida se echó para atrás.

—Olvídalo, no haré esto.

—Jimin. —Yoongi lo toma del brazo, sin darle la oportunidad de que avanzara más que un par de pasos—. Ya estamos aquí, no puedes arrepentirte.

—Sí puedo. —Este se soltó de su agarre con su expresión rígida—. Salgo después de ella, aún tengo tiempo.

—¿Entonces vas a tirar todo tu esfuerzo a la basura?

Yoongi lo está presionando a propósito porque confía en su habilidad. Sin embargo, Jimin tensó más sus labios, bajando su mirada.

—No quiero hacer el ridículo...

—Y no lo harás —le aseguró al instante—. Sé que no lo harás porque te he enseñado bien.

Pero ni la sonrisa que le brindó logró disminuir un poco sus nervios, sus hombros se contrajeron y sus manos se apretaron contra su estómago, tanto que sus nudillos habían empezado a enrojecer. Yoongi quiso coger una de esas manos para transmitirle la calma que necesitaba en ese momento, así como hizo ese día en el evento de Navidad.

Y porque habían sido suaves al tacto.

Fue ese instantáneo pensamiento el que evitó que lo hiciera, aclarando sutilmente su garganta y despeinando su cabello negro por detrás de su cabeza. No, no debía tocarlo porque Jimin se incomodaría y eso empeoraría todo para él.

—Bueno... es mejor que ya salga de aquí...

—¡No! —Los ojos caramelos de Jimin saltaron hacia él. —No, no te vayas.

A Yoongi siempre se le había hecho fácil sostener su mirada, a través de solo ese acto le había demostrado tantas veces cuánto lo odiaba, cuánto detestaba su actitud prepotente y sus aires de grandeza, pero ahora, que esos ojos caramelos comenzaron a brillar para él, toda su mente parecía colapsar y lo único que era capaz de hacer era quedarse quieto en su lugar, acatando cualquier cosa que le pidiera.

Tal vez así es como Jimin conseguía todo lo quería y por eso pensaba que el mundo le pertenecía.

—No me voy a ir... —Y es por esa misma razón, una vez más, se obligó a apartar su mirada—. Solo iré a los asientos del auditorio para verte desde ahí.

Los labios de Jimin se removieron, como si le hubiera querido decir algo, pero solo terminó asintiendo.

Yoongi sintió que su pecho le temblaba al tomar la última respiración dentro de espacio cerrado, por lo que recién pudo hacerlo con normalidad cuando salió. Sin embargo, su cabeza seguía siendo un caos, estando tan perdido que a duras penas pudo captar que era llamado a lo lejos.

—¡Yoongi-nim! —Yongsun volvió a gritar hacia él, mientras alzaba uno de sus brazos—. Venga por aquí, justo hay un asiento.

Al enfocar su mirada hacia ella, logró ver una fila de rostros conocidos allí. La audición del taller de música siempre había sido abierta para los estudiantes, pero no esperó encontrarse con todo el equipo de su presentación de Navidad.

—Hola, chicos —los saludó con una pequeña sonrisa al sentarse junto a Yongsun.

—Hey, Yoongi-ssi. —Hyejin le corresponde su gesto estando al otro lado de su amiga, pero sus labios se estiran un poco más—. ¿Viniendo a apoyar al novi-

—¡A Jimin! —Yongsun interviene enseguida—. A Jimin —repite con una mueca extraña en su rostro que se asemeja a una sonrisa—. Como todos nosotros.

Yoongi frunce el ceño. No era la primera vez que escuchaba esa clase de comentarios en el taller de música... o fuera de este.

—Hyejin. —Yongsun se gira hacia su amiga, hablándole más bajo.

—¿Qué? Solo lo intentaba ayudar —le contesta ella, pero en un tono normal.

—Pero no así —le insiste la otra.

Hyejin resopla.

—Si espero a que ustedes hagan algo, me volveré vieja.

—Chicas. —Sungwoon se inclinó hacia ellas al estar sentado en la fila de atrás—. Yoongi hyung sigue aquí.

Yongsun se reprochó en silencio, con demasiada vergüenza como para mirarlo, pero tampoco tuvo que hacerlo cuando el profesor Kim anunció finalmente a Jimin. Ahora toda su atención está en su amigo.

—Buenas tardes. —Él hizo una reverencia ante el público, ocultando sus nervios al tener sus manos pegadas a su espalda—. Mi nombre es Jimin, Park Jimin, y en esta ocasión voy a tocar una canción de IU... —Sus dedos se retorcieron por detrás—. La cual se llama "Love Alone".

Jimin expulsó el aire que estaba conteniendo desde que pisó el escenario, adquiriendo fuerza al estar frente al piano. Al menos así solo se concentraría en las teclas monocromáticas y no en Yoongi, quien volvía a mirarlo con una insistencia que ciertamente no entendía.

¿Quizá había descubierto el trasfondo de esa canción? No, porque si así fuera ya le hubiera preguntado al respecto, él ama hacer preguntas, mientras que Jimin las evita.

Porque ellas solo lo impulsan a pensar, recordar y hacer cosas como estas.

Ni él mismo puede creer que esté tocando una canción con la que lloró en silencio tantas noches, con la que se castigó por haberse fijado en una persona equivocada, con la que odió a esa persona muchas veces y anheló en otras. Pero lo peor de todo, es que esa persona ahora le había enseñado a tocarla, dándole un motivo más para tenerla presente en ella.

Quizás el amor es como sostener tu mano... —La suave y baja voz de Yongsun llamó la atención de Yoongi, pero ni así quitó su vista del escenario—. que no puedo alcanzar. Quizás el amor es como buscar un lugar... que ni siquiera existe.

El término de esa canción, además de esas últimas palabras que Yongsun entonó, hizo que en el estómago de Yoongi se asentara un peso que no sabía que tenía hasta que hizo el intento de pararse de su asiento y no lo consiguió.

Y pese a los gritos de emoción y constantes aplausos a su alrededor, Jimin fue lo único pudo seguir mirando. 

Alianza Equivocada | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora