CAPITULO 24

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Se encontraba con Paulo sentando en frente suya, con una mirada seria. Nunca le gustó tener conversaciones serias, mucho menos con Paulo, siempre mantenían platicas animadas y llenas de bromas, parecía ser la excepción está vez.

— Tranca acá, ahora vengo. -Londra se levantó, dejando a un Lombardo algo confundido.-

El chico regreso después de unos minutos, con una pequeña flor que seguramente arrancó del pasto.

— ¿Qué? ¿Te me vas a declarar? Nah, re trolo sos Pau. -Se rió el morocho.-

— De hecho esa era mi idea, pero como te me adelantaste ya no lo haré. -Dijo con un tono de indignación.-

Duki abrió los ojos mostrando nada más que sorpresa, después se relajó, sabía que el mayor siempre jugaba con esa clase de cosas.

— Ajá, dale ¿Qué querías hablar? -Preguntó algo impaciente.-

La campana ya había sonado, la gente empezaba a irse, cosa que no les importaba, estaban acostumbrados a saltarse clases y una más no harían diferencia a nada.

Paulo venía confiado en un inicio, pero al ver qué él menor no se creía lo que le trataba de insinuar suspiro frustrado.

Desde que conoció a Lombardo quedó perdido, era un morocho totalmente hermoso para sus ojos, con una personalidad de malandro pero por dentro era un gatito sediento de mimos.

Se dio la oportunidad de conocer al chico. Paulo era una persona de clase alta, sin ninguna complicación en la vida realmente, era un egocéntrico mimado, cuando Lombardo llegó a su vida dejo de serlo.

Este era muy humilde, de clase media baja junto con Tiago y Mauro, odiaban a la gente como él, así que cuando descubrió que Lombardo lo tenía como un tontito, se comprometió a cambiar y así lo hizo.

Fue fácil, ya que toda su personalidad de ser así fue copiada a sus "amigos" quienes actuaban así, a él nunca le agrado pero quería encajar.

El morocho llegó a cambiar su vida para bien, cada día se sentía más enamorado de él. Cosa que solo Tiago sabía, ya que en una noche de copas este le confesó su enamoramiento por Thomas.

Él también soltó sus secretos, se ayudaban en secreto, se consolaban cada que estos llegaban con una novia nueva.

No sabía porque esa estúpida situación inventada de hace media hora le afectó tanto que estaba dispuesto a declararle su amor a Lombardo, pero no lo haría, se arrepintió.

— ¿Vos estás seguro con meterno' con esos pibes? Digo...Si vas a la cárcel yo te pagaría la condena para que salgas. -Dijo algo bajito.-

Duko frunció el ceño.

— Sabes que no me gusta que intenten ayudarme en lo económico. Y si, estoy seguro, así hago algo de provecho por primera vez en mi vida. -Suspiro sin verlo.-

Paulo asintió, sintiéndose algo incómodo.

— Gracias, de todas formas. -Susurró Ezequiel.-

Londra sonrió de lado, colocándose más cerca de él para molestarlo. Tomando su cara y limpiándole el maquillaje que ocultaba sus tatuajes.

— ¿Qué hacés gato? No traigo más maquillaje, deja de boludearme. -Se rió un poco, intentando empujar al rubio.-

— Me gusta ver tu cara sin ningún maquillaje puesto.

El morocho se quedó quieto, por alguna razón dejo que Paulo le estuviera quitando el maquillaje de la cara, primero se lo quitaba con su dedo índice, pero después saco una servilleta, la mojo un poquito con la punta de su lengua, quitó el maquillaje como correspondía.

𝐔𝐍 𝐓𝐈𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐀𝐌𝐎𝐑 || SHIPS VARIADOS || (AU ESCOLAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora