Sustos de Muerte

Toque Del Más Allá

Era un penoso día de Abril para mi familia porque una de mis tías se había encaminado con el padre tras un par de meses de dolor en el hospital. Ella sufría cáncer de garganta que lastimosamente no fue detectado a tiempo sino, hasta que ya no hubo más que hacer.
Los preparativos para su funeral eran complicados porque en una cd. Tan caótica como lo es Cd. De México es difícil encontrar espacios a costos accesibles.
Sin más se decidió que descasase junto a sus hermanos, quienes nos dejaron hace decadas.
El cementerio está ubicado en la delegación Nezahualcóyotl y se llama "Los Rosales", eramos muchos para ir así que en el adios de su cuerpo no pudieron llevarme, sin embargo somos católicos y por costumbre hacemos oración por ella nueve días y llevamos una cruz a su lugar de descanso. Para esa ocasión sí me llevaron y jamás olvidaré lo que veía y sentía en aquel lugar. Para empezar son criptas las que ahí se utilizan, están en largos pasillos y apiladas alrededor de 5 o 6 por columna. Esta muy bien cuidado ya que cuenta con una capilla de tamaño mediano, zonas verdes, todo está pavimentado e iliminado.
Lo escalofriante sucedió justo al terminar la celebración de bendición de cruz, tenía que ir al sanitario así que le pedí a mi hermana que me acompañara. Ya en los sanitarios nos dimos cuenta que se sentía un aura muy lujubre y la piel se erizaba cada que entraba en contacto con las leves corrientes de aire que se filtraban por las respiraciones en la pared.
- Terminé, te espero aquí afuera - me dijo mi hermana.
Yo por otro lado demoré unos minutos y escuché cómo alguien entraba. No hice caso y me apuré, al salir las luces ya se habían apagado lo cual se me hizo raro pues duraban lo suficiente para entrar y salir y recién alguien había entrado.
Me acerqué a lavarme las manos pero todo estaba en silencio así que me recorrió un escalofrío que me hizo salir sin siquiera secarme las manos.
- ¿Qué pasa? - me preguntó mi hermana
- Nada, ¿por qué? - Le respondí mientras me secaba las manos en el pantalón
- Estás pálida - me dijo mientras me tocaba la cara
- Ah. Es que en el baño sentí feo, como si hubiera alguien y las luces se me apagaron pero oí que andaba alguien ahí pero no lo vi.  - le dije tratando de relajarme
- Debió ser alguien de la otra familia - me dijo y seguimos caminando.

Caminamos un largo tramo, pasando por varios pasillos muy largos hasta que llegamos en el cual se encontraba mi difunta tía. Entramos y como chicas curiosas comenzamos a leer los nombres de los difuntos que ahí descansaban. Nos sorprendimos al ver que había personas de mediados de 1800. Cuando localizamos esas fechas comencé a sentir una leve presión en mi mano derecha que era dónde estaba la inscripción más antigua, traté de ignorarlo y camine casi al final del pasillo.
Colocamos unas flores y la cruz no se pudo ya que era muy grande y abarcaría las demás criptas así que esa volvió a casa.

Al salir eramos las últimas, caminamos y el dolor comenzó a ser más y más intenso al grado de enrojeserse la piel, formando unos dedos. Me asusté muchísimo al verlo.
- ¡Mira, mira! - le dije super exaltada y dandole pequeños golpes a la altura del codo para que me viera
- ¡No mames, yo también! - dijo mientras me mistraba su brazo.
Nos miramos un momento y salimos corriendo de ahí.
- ¿Qué tienen? ¿por qué andan corriendo? - preguntó mi mamá
- Mira - le dijimos al unísono estirando los brazos.
- ¿Por qué se apretaron así? Se van a lastimar - nos dijo enojada
- No mamá, estábamos aún en el pasillo y nos salieron. - Le dije asustada
- ¿Qué estaban haciendo? ¿Para qué chingados se quedan? - dijo muy enojada
- Leímos al entrar unas criptas y lo sentí - dije y mi hermana me interrumpió
- ¿También al entrar? Yo pensé que había sido cosa mía - me dijo mirandome a los ojos
- Aquí hay gente que ya nadie visita y si estaban de curiosas seguro fue un almita que vio algo de luz. Se les quitará la maña de estar de curiosas.

No hablamos más del asunto, pero es la hora que ni mi hermana ni yo volvemos a visitar a los tíos.