Un Cambio de Decisión

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SeokJin tragó en seco, no estaba bien, lo que estaba haciendo no estaba bien, y lo sentía en su pecho, parpadeo perplejo ¿Qué estaba haciendo? El rostro de Namjoon y el de Jae se plantó en su mente, ¿Era correcto hacer eso para cumplir su sueño? ¿Y si hablaba con Namjoon? ¿Y si arreglaba su error? Su hijo, Jae ocupó todos sus pensamientos, sus ojos se llenaron de lágrimas, no podía dejarlo, porque ese no era él, no era la persona que huía de sus responsabilidades. Nadie más que él sabía cuidar de Jae, sólo él podía cubrir sus necesidades, Namjoon se la pasaba trabajando, no conocía a Jae, si lo dejaba ¿Jae estaría feliz de verlo al volver?

Miró las maletas que estaban a su lado, en esa habitación donde dos noches atrás había estado con Namjoon, ambos se portaron de forma cruel, ambos se estaban destruyendo, las cosas habían cambiado y Jin sentía que estaba perdiendose por completo.

¿Qué es lo que le había dado Ken que sentía no tenía con su familia? La respuesta era atención, una que Namjoon había dejado de darle hace mucho tiempo, ya no se sentía especial, ya no se sentía amado, ya no sentía que su esposo apreciaba su presencia, se sentía encarcelado en esa casa, siendo sujeto a ser un padre solamente, a mantener la casa limpia, no tenía nada que fuera realmente suyo, ya ni siquiera era besado, era tan infeliz, que creía que teniendo reconocimiento y cumpliendo su sueño frustrado podría renacer. Sin embargo, algo no se sentía bien.

Era un extraño presentimiento, miró su celular, Ken le estaba llamando, mordió su labio inferior con fuerza, suspiró y colgó, apagando su teléfono, se sentó en el piso y abrazo sus piernas, ¿Aún podría quedarse? ¿Había una oportunidad para él y Namjoon? No sabía la respuesta, quería algo que le dijera que hiciera caso a la opresión en su pecho. Ahí fue cuando la puerta se abrió.

Jae era su bebé de cuatro años, estaba a un mes de cumplir los cinco, era pequeño, delgado, con ojos iguales a los suyos, cabello oscuro y piel suave, cuando sonreía en sus mejillas aparecía un lindo hoyuelo, como el de Namjoon, tragó en seco, la noche anterior se había despedido, le había dicho que se iría y que saldría en películas, pero que volvería, se lo prometió, y ahora estaba ahí mirándolo con un puchero triste al ver las maletas.

Siempre tuvo miedo, jamás estuvo en sus planes tener un hijo, no era lo que quería, no tenía una buena referencia de sus padres y había cometido muchos errores, Jin quería más, así que cuando descubrió que estaba embarazado su vida se vino abajo, le pidió a Namjoon que reconciderara la idea de tener un hijo, que podían intentarlo más tarde, él apenas estaba explorando su vida, apenas se estaba sintiendo libre, pero, en ese entonces Namjoon le dijo que le dejaría si lo hacía, era una forma de manipulación, una que era muy característica de su esposo, Jin no quería perder a la única persona en su vida que le había dado amor, así que, acepto ser padre, aún y cuando le daba miedo. Se sintió juzgado en todo momento por Namjoon, sentía que este no le perdonaba el hecho de haber querido abortar a su hijo, Jin, empezó a sentir que hiciera lo que hiciera sería visto como un mal padre por no haberlo querido desde el inicio.

Eso no significaba que no amaba a Jae, era lo único que lo había mantenido cuerdo esos años, entonces ¿Por qué quería dejarlo? Al cuidado de Namjoon, que si bien, era un buen padre, no sabía realmente como cuidar de su bebé, no sabía que comida le gustaba, cuáles eran sus galletas favoritas o que odiaba los deportes y sólo le gustaba ver videos, hacer dibujos o pintar en acuarelas, Jin recordaba el día que pasó buscando unos libros especiales para su pintura, estaba feliz cuando los encontró y vio el rostro iluminado de Jae.

Abrió los brazos y su pequeño corrio hacia ellos, lo abrazó con fuerza, Jae olía muy bien, beso su cabecita.

-Jae...¿Me amas?

-Te amo mucho papi.

El escuchar su voz hizo que su corazón se estrujara, comenzó a sollozar, no podía dejarlo, no podría vivir sin él, sin su voz, sin su risa y hasta sin sus berrinches que muchas veces le habían hecho sentir perdido, lo amaba más que a su vida. Jae le miró con un puchero triste y limpio sus lágrimas.

Un Cambio De Decisión *Namjin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora