SUÉLTAME, JODER, SUÉLTAME!—Mordí su mano logrando escaparme de su agarre. Por fin pude ver quien era.
— ATHAN?! CUÁL ES TU MALDITO PROBLEMA? ALÉJATE DE MÍ.
Quién te crees, Rhey? ¿QUIÉN MIERDA TE CREES PARA JUGAR CONMIGO DE ESA MANERA?— Dijo Athan mientras pegaba múltiples golpes a la pared, estaba totalmente enloquecido.
—Qué? De qué mierda estás hablando?
Athan me tomó del cuello arrinconándome en una esquina del baño, acercaba su cara cada vez a la mía, yo trataba con todas mis fuerzas soltarme de su agarre.
No sabes de qué hablo, Rhey? No te importo una mierda, pero vienes y te besas con la rarita de la Billie frente a todos? Te gustan las mujeres? Bien guardado te lo tenías Rhey...—Decia mientras me tomaba del mentón haciendo que lo mirara a los ojos.
Hasta que escuché la puerta del baño abrirse... Había ido a buscarme. Lo primero que vió fue como Athan estaba tomándome de la cara, tan cerca como si me fuese a besar...
B: Rhey, estás bie... Perdón, no quería interrumpir.
NO! BILLIE, NO! ESCÚCHAME! TÚ SUÉLTAME HDP!
Logré soltarme del agarre de Athan y salí corriendo a buscarla, tropezaba con todas las personas en el lugar y las luces me mareaban, incluso entre todas esas personas la reconocería, no estaba, salí del lugar, busqué por todos lados, fue como si se la hubiera tragado la tierra. No estaba, es había ido.
Saliste a buscar a tu novia? que pena que se haya ido, y que pena que lo tengan escondido Rhey... Deberías presumirla más. Pero no te preocupes yo me encargaré de que todos se enteren.
—No Athan, tu no dirás nada. No puedes decir nada... Por favor...-Mis ojos amenazaban con llorar.
No estoy preparada para que la gente sepa, tengo miedo. Siempre he tenido de lo que puedan pensar los demás, de como puedan pensar. Me importa mucho lo que piense el resto. Ni siquiera pienso en mí. Solo pienso en qué diran ellos...
Athan entró al lugar cerrando la puerta. Me quedé afuera, no sabía que hacer. Tenía muchas ganas de llorar. Pedí que me fueran a buscar, desde que me mudé Barry ha sido mi chófer, así que le escribí.
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Llegué a casa totalmente cansada, pero no físicamente. Por qué siempre tenía que salir mal algo? será que el problema soy yo?
No quería hacer nada. Pero necesitaba hablar con ella, probablemente ella no quisiera verme ni en pintura, y tendría toda la razón para no querer, pero yo la necesitaba.
—Hola, necesito hablar contigo.
Yo no quiero hablar contigo, Rhey.
—Lo sé y tienes todo el derecho del mundo de estar enojada. No debí dejarte sola, y lo sé, pero no estaba pasando lo que tú crees...
