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Todo empezó con las miradas que cayeron raramente en el cuarteto de amigas el día lunes.

Ellas, mientras afirmaban sus mochilas sobre sus espaldas, sentían como gran parte de alumnos en el pasillo comenzaban a intimidarlas con esas expresiones de confusión y casi de desagrado. Eso era raro de ver, puesto que nunca recibían esa atención ni siquiera cuando las molestaban, entonces las sacaba mucho de su zona de confort.

—¿Nos miran a nosotras? —susurró Hanni hacia Minji, quien estaba a su derecha igual de extrañada con la situación. —¿Volvieron a subir un video de mí?

—No, claro que no —respondió Minji en el mismo tono de voz. —Nunca nos miran... así.

Por el otro lado, Hyein y Haerin caminaban con lentitud tratando de buscarle motivos a las miradas que caían en ellas.

Continuaron su camino sin entender que sucedía, preguntándose qué habían hecho para que estuvieran así de fichadas entre tanta gente. Si algo sucedía era justo saberlo, pero se sentían tan sofocadas que no se atrevían siquiera a decir que dejaran de mirar así.

Las cuatro frenaron cuando una chica las detuvo colocándose enfrente suyo.

—Hola —saludó sonriente.

Minji la reconoció; era Lee Hyunseo de primer año, una muchacha tierna, amable, de lentes que era parte del club de inglés. Min la conocía porque estaba en el salón de su hermana, por lo que varias veces ella se acercó a decirle que se parecían mucho y que Kim Doyeon era genial.

—Hola —devolvió el saludo. Minji le sonrió tratando de verse normal y no incómoda.

—¿Es verdad, Minji unnie?

Las cuatro fruncieron su ceño.

—¿Qué es verdad? —preguntó, tratando de no verse increíblemente confundida. De reojo miró a sus amigas que estaban peor que ella.

—Que a Haerin le gusta Sunghoon —soltó con una voz llena de inocencia y emoción. Parecía ser una buena noticia para ella o algo así.

Sus mandíbulas cayeron al piso. Haerin frunció su ceño totalmente confundida y hasta avergonzada. Hanni hizo una mueca y casi entró en pánico. Minji se quedó quieta sin expresarse con su rostro y Hyein se mantuvo sonrojada todo ese momento.

Entonces, entendieron por qué todo el mundo las miraba tan raro. Pero habían surgido más dudas, ¿en qué momento Haerin había dicho eso, siendo que no le gustaban los chicos, y cómo todos se enteraron?

Bueno, había que regresar un día atrás.