Imagina un adolescente, el adolescente es amable, inteligente y consciente de si mismo, quizás demasiado consciente de sí mismo, siempre está preocupado por algo, y hoy está preocupado por un pequeño problema de salud que le ha llamado mucho la atención. Hace sus investigaciones por internet y se alarma cada vez más ante las diferentes posibilidades. Luego para y se revisa:
«Probablemente estoy dando muchas vueltas a la cabeza» pensó.
Así que deja de estresarse por su salud..y comienza a estresarse sobre sus pensamientos sobre su salud. Quizás lo que realmente necesita es algo de terapia.
¿Pero de qué tipo? Sus pensamientos se le escapan y pronto está debatiendo internamente sus opciones de ayuda profesional, discutiendo consigo mismo, sometiéndose a juicio, defendiendose, gestionandose, pensando sobre recuerdos, congénituras,temores interminables. Se detiene y se revisa. Se pregunta:
«¿Es así como se siente al tener ansiedad? ¿Esto es un ataque de pánico? O tal vez tengo esquizofrenia y no lo sabia» El/Ella piensa que nadie más agoniza por algo como lo hace el/ella, ¿Verdad? De hecho, en el momento en el que tiene ese pensamiento su cabeza se llena aparentemente con millones de ejemplos de todas las veces que la gente le ha criticado.
Luego pone una lupa en todos sus defectos y comienza a darle vueltas a cada uno de ellos en su mente, preguntándose porque es como es, torturado por el hecho de que parece que no puede simplemente «dejarlo estar». Después de una hora en esto se da cuenta con desesperación que no está cerca de tomar una decisión sobre su problema de salud,e instantáneamente,se siente deprimido,hundiéndose en una tormenta de diálogo interno negativo dónde se dice una y otra vez que esto sucede, que nunca se ordena así mismo, que es demasiado neurótico...¡UF! ¡Es difícil ver cómo este tormento y angustia mental comenzó simplemente porque el adolescente noto que tenía un lunar de aspecto extraño en el hombro!
Todos vivimos en un mundo muy nervioso, demasiado estimulado y muy cerebral. Pensar demasiado pone a toda marcha nuestros instintos conginivos ordinarios. El pensamiento excesivo ocurre cuando nuestros procesos de pensamiento están fuera de control,lo que nos causa angustia. El análisis interminable de la vida y de uno mismo suele ser indeseado, imparable y contraproducente. Por lo general nuestro cerebro nos ayuda a resolver y comprender las cosas con mayor claridad, pero pensar demasiado hace lo contrario.
Ya sea que lo llames preocupación, ansiedad, estrés, rumia o incluso obsesión, la cualidad que caracteriza el pensamiento excesivo es que se siente horrible y no nos ayuda de ninguna manera. El clásico pensamiento excesivo a menudo se amplifica o da vueltas en circulos para siempre, y los pensamientos parecen intrusivos. Pensar demasiado es una actividad mental excesivamente dañina, ya sea que se trate de analizar, juzgar, monitorear, evaluar, controlar o preocuparse, o todas ellas.
Sabrás que pensar demasiado es un problema para ti si: A menudo eres consciente de tus propios pensamientos momento a momento.
Te involucras en un meta-pensamiento, es decir, piensas en tus pensamientos, te esfuerzas por controlar o dirigir tus pensamientos. Estas angustiado o no te gustan los pensamientos espontáneos y, a menudo, sientes que algunos pensamientos no son bienvenidos.
Pensar por ti a menudo se siente como una lucha entre impulsos en competencia.Con frecuencia cuestionas, dudas, analizas o juzgas tus pensamientos.
En las crisis, a menudo recurres a ti mismo y a tus pensamientos como fuente del problema.Estás enfocado en comprender tus pensamientos y profundizar en el funcionamiento interno de tu mente.
Tienes problemas para tomar decisiones y, a menudo, dudas de las decisiones que tomas. Hay muchas cosas que te preocupan e inquietan.Te reconoces involucrado en patrones de pensamientos negativos, una y otra vez. A veces, sientes que no puedes evitar volver a un pensamiento varias veces, incluso cuando ha sido cosa del pasado y ya no se puede hacer nada al respecto. Notarás que algunos de los puntos anteriores son posiblemente buenas cualidades, ¿no queremos todos cultivar una mayor conciencia y atención plena? ¿No es bueno cuestionar tus reacciones instintivas y hacerse grandes preguntas para poder tomar mejores decisiones? La esencia del pensamiento excesivo está en el nombre: es cuando pensamos más allá de lo que es beneficioso para nosotros.
Pensar es un don maravilloso. La capacidad de reflexionar, analizar e interrogar incluso nuestros propios procesos de pensamiento es posiblemente la característica más definitoria de la humanidad y la causa de muchos de nuestros éxitos. El pensamiento no es un enemigo. Nuestro cerebro es una herramienta extraordinariamente útil, pero cuando pensamos demasiado solo socavamos su poder.Causas del desorden mental y la agonía. Si el cerebro es algo tan maravilloso y si pensar es tan útil entonces ¿Por qué es tan común y de hecho tan fácil que la gente se pierda pensando demasiado?
Diferentes personas a lo largo de los años (pensadores excesivos) han propuesto sus ideas: quizás pensar demasiado es un mal hábito,un rasgo de la personalidad o enfermedad mental que puede eliminarse con medicamentos. De hecho, las razones por las que una persona piensa demasiado a menudo puede convertirse en tema de obsesión favorito para aquellos que piensan demasiado «¿Por qué, por qué,por qué soy así?».
Si has elegido este libro,es probable que te hayas sentido angustiado por la forma en que tú propio cerebro parece huir contigo. Pero hay soluciones y formas de salir del estrés y las ruinas y entrar en aguas más claras y tranquilas. Sin embargo,lo primero a tener en cuenta es algo importante: las causas del pensamiento excesivo. ¿Qué significa esto? En el ejemplo del adolescente de esta historia,su pensamiento excesivo no tiene nada que ver con elegir al psicólogo adecuado o lo que esa persona le dijo hace años o si debería sentirse culpable por ser mala persona con quién lo merece.
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Deja de pensar demasiado
Non-FictionLeé para obtener la motivación interior y callar tu escándalo mental