Prólogo
Las estrellas nunca dejaron de brillar en sus ojos, aunque el cielo que las reflejaba se desdibujó hace tanto tiempo. Alice siempre fue de esas personas que parecen tener la capacidad de absorber el dolor y transformarlo en algo indescriptible, algo que no se puede tocar, pero que está ahí, siempre presente, marcado en cada movimiento, en cada palabra, en cada mirada. Y sin embargo, a pesar de todo, sigue adelante.
Hoy, mientras la observaba desde el otro lado del sofá en mi consultorio, vi cómo la nostalgia le abrazaba el alma, a pesar de su intento de parecer serena. Su rostro, tan delicado como el de una niña que aún carga con un mundo de responsabilidades ajenas a su edad, reflejaba un sinfín de emociones entrelazadas: incertidumbre, miedo, y un eco lejano de la esperanza que a veces parecía haberse perdido en algún rincón de su corazón.
—Voy a regresar... —susurró, como si no estuviera del todo convencida de lo que decía, como si la sola idea de volver a su país le fuera un territorio desconocido, un hogar que a la vez era suyo y ajeno.
La observé en silencio, sabiendo lo que significaba esa palabra para ella. Volver. Regresar al lugar donde todo comenzó, donde las piezas de su vida se rompieron y luego se reconstruyeron, aunque algunas, inevitablemente, habían quedado rotas. Había sufrido pérdidas dolorosas, más de las que cualquier joven debería cargar, y sin embargo, se mantenía firme. Su resiliencia era su mayor fortaleza, pero también su más grande carga. Porque, al final del día, ¿quién podría entender la carga de aquellos que jamás piden ayuda, que prefieren caminar sobre las ruinas que ellos mismos levantaron para no mostrar su fragilidad? Alice lo hacía.
"Siempre he sido fuerte", me decía con una sonrisa que más parecía una máscara. Y quizás, en su mente, eso era lo único que quedaba de ella, la única forma de enfrentar lo que la vida le había entregado: la fuerza, esa armadura invisible que ella misma se forjó en su juventud. Pero yo la conocía mejor. Conocía esa luz que a veces se apagaba, esa luz que nunca dejaba de brillar del todo, aunque estuviera cubierta por la sombra.
—Volver a mi país es... complicado. —Dijo, mirando al vacío como si esas palabras tuvieran el poder de sellar algo que aún no entendía. "Complicado". El adjetivo más suave para un alma que ha dejado atrás lo que amaba, lo que le pertenecía, lo que soñó ser.
Su regreso no significaba solo volver a un lugar físico, sino una oportunidad de reencuentro con ella misma. Después de todo, la vida siempre ofrece segundas oportunidades, aunque no siempre se reconozcan como tales en el primer vistazo. Regresar no era solo un regreso a su país natal, sino un regreso a las partes de sí misma que había perdido en el camino. Esas partes que a veces, por miedo o por protección, preferimos dejar atrás.
—Alice —dije, rompiendo el silencio que se había formado entre nosotras—, ¿alguna vez pensaste que las segundas oportunidades pueden ser como la luz de la luna? A veces opaca, pero siempre allí, iluminando lo que ya creíamos perdido.
Ella giró hacia mí, sus ojos reflejando una duda silenciosa, una que sólo los que han vivido demasiado a temprana edad pueden comprender.
—¿Segundas oportunidades? —preguntó, como si el concepto le resultara extraño.
—Sí —respondí con suavidad—. Aunque las cosas ya no sean iguales, siempre hay algo nuevo que se puede construir. Siempre hay un resplandor en la oscuridad. La luz de la luna nunca deja de brillar, incluso cuando no la vemos.
Su mirada se suavizó un poco, como si en algún rincón de su corazón, por primera vez en mucho tiempo, una pequeña chispa de esperanza se encendiera. No iba a ser fácil. Sabía que el regreso a su país traería consigo los ecos de viejos recuerdos, las huellas de su pasado que aún la perseguían. Pero también sabía que, en algún lugar entre esas ruinas, habría una oportunidad de ser algo más, algo nuevo. Una oportunidad para renacer bajo un cielo diferente.
Alice era más fuerte de lo que creía. Lo había sido desde el principio, aunque nunca lo supiera. No siempre vemos lo que somos capaces de hacer hasta que la vida nos empuja a enfrentarnos a lo más doloroso. Alice, a su manera, había aprendido a enfrentarlo. Y aunque cada paso que daba la acercaba a un pasado lleno de sombras, también la acercaba a una nueva versión de ella misma. Una versión que, tal vez, aún no veía con claridad, pero que estaba ahí, esperando ser reconocida.
El camino no sería fácil. Nadie dijo que lo fuera. Pero Alice estaba aprendiendo, poco a poco, que la verdadera fortaleza no reside en lo que nos falta, sino en lo que somos capaces de construir cuando todo parece perdido. Y esa construcción, aunque difícil, comenzaba a tomar forma. Por ella, por lo que merecía, por lo que ya había aprendido a ser.
—No importa cuántas veces caigas, Alice —le dije, con una sonrisa sincera—, siempre habrá una segunda oportunidad para levantarse.
Ella asintió, esa pequeña chispa de esperanza ardiendo en sus ojos. Y, en ese instante, supe que, aunque su camino fuera incierto, lo recorrería con una fuerza y un brillo que ni siquiera ella llegaba a comprender.
El regreso de Alice a su país no sería solo un regreso geográfico, sino un regreso al amor que había perdido, a la persona que se había olvidado de ser. Y, por encima de todo, sería un regreso a la luna que, aunque a veces oculta, siempre brilla.
El regreso de Alice era solo el principio.
––––––––_🌙_–––––––––
DEDICATORIA
Para aquellos que se han ido en busca de paz, pero regresan con el alma marcada por el sufrimiento. Para los que, sin esperanzas, creen que ya nada puede cambiar. Este libro es para ti, que aprendiste a volver a un lugar que te hirió, solo para descubrir que las segundas oportunidades son regalos inesperados. Que la vida, en su misterio, siempre tiene la capacidad de enseñarnos que no todo está perdido. Que a veces, la verdadera fuerza radica en brillar con luz propia, sin permitir que nadie apague nuestra esencia. Que es hermoso mirar al cielo, el mismo que te vio reír y, sobre todo, llorar, y encontrar en él la promesa de un nuevo comienzo.
Este libro es tuyo.
****************************🤎********************************
Redes sociales:
Ig: Niledianh_
Tik tok: Niledianh

ESTÁS LEYENDO
La luz de la luna.
Teen FictionLa ansiedad llega a la vida de las personas sin pedir permiso, llega y hace estragos. Con el tiempo empiezas a perder, sin saber que estas perdiendo, hasta que un día te das cuenta que lo has perdido todo y no precisamente lo material, cuando reacc...