Pablo Gavi
Fuimos fuera con los demás. Los niños se sentaron en el césped a comerse sus bocadillos y Aina y yo nos metimos otra vez en la piscina.-¡Aini ven!- gritó Pedri llamando la atención de la rubia a lo que yo rodé los ojos.
-¿Sabes que si haces mucho eso te vas a quedar ciego?- dijo Aina yéndose con Pedri.
-Que graciosa.
Ella se volvió a sentar en el borde y allí me fijé en el bikini rojo que llevaba, le quedaba que ni pintado le hacía un cuerpazo que madre mía.
Ella y Pedri seguían como antes y eso estaba empezando a calentarme ya. Me acerqué a ellos y me senté al lado de Aina.
-¿De qué hablabais?
-De lo feo que eres- dijo la rubia.
-Tu si que eres fea.
-Pues bien que me miras el culo.
-Tu eres fea, tu culo no.
-Madre mía, casaros ya- dijo mi amigo.
-Callate- dijimos la rubia y yo a la vez.
De repente escuchamos un llanto que venía de Dan así que nos levantamos corriendo y fuimos. Al llegar encontramos al pequeño con una rodilla ensangrentada.
-Mi vida, ¿que ha pasado?- dijo Aina cogiéndolo en brazos.
-Me he caído jugando con Asia- dijo el pequeño llorando.
-Ven cariño vamos a curarlo ¿vale?
-¿Puede venir Gavi también?- pregunto el pequeño haciendo que yo sonriera.
-Claro cielo, vamos.
Se lo llevó dentro y yo la seguí. Lo dejó en la pica mientras cogía unas tiritas de dibujitos y agua oxigenada.
-¿Qual quieres?- le dijo al pequeño ofreciéndole unas tiritas.
-La de Spiderman.
-Hala, que chula Dan.
-¿Quieres una tú también o que?- se burló Aina.
-Callate y cura al niño.
Le puso el agua oxigenada y la tirita y el niño salió corriendo fuera para jugar otra vez.
-Parece que no le dolía tanto- dijo riendo.
-Ya- dije acercándome.
Ella retrocedió hasta chocar contra la pica y yo la acorrale con mis brazos quedando ella en medio.
-¿Que haces?
-Llevas toda la puta mañana torturándome con ese bikini rojo.
-¿No decías que era fea?
-Bueno, un poquito si.
-Mientes fatal.
-¿Tanto se me nota?
-Pues sí, ni mentir haces bien.
-¿Sabes lo que si hago bien?
-¿Nada?
-¿Quieres saberlo?- dije muy cerca de sus labios.
Iba a responder pero nos cortó una voz.
-¿Que hac- ostia perdón- dijo Ansu.
-Tio eres imbécil.
-Hermano ¿que iba a saber yo que os estarías comiendo la boca?
-Eh, eh, eh que aquí nadie le ha comido la boca a nadie- aclaró Aina.
-Bueno, casi.
-Ni una palabra de esto.
-Que no pesada, venga ir fuera.
-Que si, que ahora vamos.
Ansu se fue y yo volví a acercarme a Aina.
-Ey, quieta fiera, vamos abajo.
-Venga no me jodas te mueres de ganas igual que yo.
-Estas tu muy seguro Pablito.
-Pues sí Ainita.
-No me llames así.
-Pues tu no me llames Pablito.
-Vale Pablete.
-Me desesperas de verdad.
-Que si, venga vamos fuera que me estoy asando.
Salimos fuera y los dos niños vinieron corriendo empapados a abrazar a Aina a lo que ella se quejó.
-¡Oye que me habéis empapado monstruitos!
Yo fui corriendo y la cogí por detrás poniéndola en mis hombros como un saco de patatas.
-¡GAVI PARA!
-Tengo unas vistas de tu culo impresionantes.
-Pablo enserio para.
-Si me das un beso.
-En tus sueños Pablete.
-Ahora si que te tiro.
Me lancé al agua con ella en brazos y nos hundimos al instante. Al sacar la cabeza estábamos realmente cerca.
-Pablo te voy a matar- dijo separándose pero yo sé lo impedí cogiéndola de la cintura.
-Me vuelves a llamar Pablete y te juro que te como la boca, me da igual quien coño este delante.
-¿Me estas amenazando Pablete?- dijo sonriendo pícara.
Allí se me fue la olla y me lanze a besarla ferozmente, parece que ella también lo estaba deseando porque no se apartó y me lo siguió. Bajé mis manos a su culo y ella subió sus manos a mi nuca acariciando el pelo rapado de allí.
-Venis den- ay hostia- dijo pedri a lo que nosotros nos separamos -que hay niños madremia controlaros un poco.
-Callate pedrusco.
-¿Cómo me has llamado?
-No te quejes a mi me llama Pablete.
-Y otros motes que os iré poniendo.
-Venga tortolitos, ¿venís dentro?
-Si vamos- dijo Aina y yo apreté más mi agarre en su culo que aún seguía entre mis manos -¿que haces?- dijo esta vez susurrando.
-Que yo me quiero quedar aquí contigo.
-Si venga, anda tira.
Bufé y salí de la piscina. Sentí una cachetada en el culo, me gire y vi a Aina riéndose.
-Pervertida.
Noa 💜
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Lo mucho que te quiero • Pablo Gavi
Novela JuvenilAina, una chica de 18 años que debido a algunos problemas familiares tiene que dejar toda su vida en Madrid, la ciudad donde vive desde pequeña para irse a Barcelona.