Nunca digas nunca Olivia.

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Capituló veintiséis.

El pulso podía sentirlo palpitar rápidamente y de los nervios empecé a reír, esta sensación tan frenética solo lo había sentido en la montaña rusa, y en mi motocicleta siempre iba despacio, así que eso no cuenta, pero esto es diferente, la manera en cómo podemos ir con rapidez es otro nivel.

Shane empieza a reír también, me voltea a ver con su perfecta sonrisa. Baja la velocidad a medida que nos acercamos al colegio, estoy nerviosa al mil, lo acontecido ayer me tiene mal, no sé si al llegar me encuentre con el director y me diga que estoy expulsada o si llamará a mamá, no quiero que me expulsen, pero tampoco podía permitir que se violentara mi dignidad.

Shane nota mi actitud porque frena el coche y se parquea en una esquina.

–Olivia, ¿que sucede?, hace unos minutos estabas riendo y ahora estás seria.

–Shane.... Recuerdas cuando te dije ayer que había tenido una discusión con un profesor– pregunto y asiente– bueno, lo qué pasa esque me grabaron al momento de la pelea y ahora está en todas las redes sociales y todavía no se si me expulsarán al llegar al colegio o si llamaran a mi mamá, y estoy preocupada, no por mi sino por mamá, ella no se merece esto.

Bajo la cabeza con ganas de llorar, pero Shane con su mano derecha toma mi mentón para que lo mire a los ojos.

¿Les había dicho que tiene unos ojos divinos?

–Olivia, se que estás asustada pero no te preocupes por el video, yo me encargaré de borrarlo– me regala una sonrisa tan divina.

–¿Como? ya esta en todas las redes, seguramente ya lo vieron, estoy muy mal, no quiero decepcionar a mamá– se me escapa una lagrima.

¡Seguramente me veo patética!

–Olivia no llores por favor– se acerca a mi y me abraza–Mi mejor amigo es experto en esas cosas tecnológicas, así que para el no será problema– veo cómo toma el teléfono y marca a un número, tarda en contestar, pero al tercer tono contesta por fin.

–John necesito un gran favor– pone la llamada en altavoz para que yo pueda escuchar.

–¡Hey hermano! Dime que necesitas– dice el chico al otro lado de la línea.

–Veras ayer grabaron a una amiga....

–¡Oh por Dios no me digas que es la chica que aparece gritándole a el profesor Martín!– Volteo a ver a Shane extrañada por lo que acaba de decir su amigo.

–Si.... Soy yo ¿conoces al profesor Martín?.

–Claro que lo conozco, ese viejo maldito me reprobó en matemática tres veces seguidas haciendo que repitiera el año– eso último hace que me dé un poco de risa– Amiga de mi mejor amigo te amo demasiado, soy tu fan.

–¿Borrarás el video?– le digo.

–¡Por su puesto! Para mi justiciera lo que sea, no te preocupes que en unos diez minutos ese video ya no existirá– dice John haciendo que me tranquilice– pero quiero conocerte chica.

–Tal vez pronto John, te tengo que cortar.

–Bye hermano.

Shane cuelga el teléfono y yo puedo sentir la tranquilidad en todo mi cuerpo, la incertidumbre se fue, pero mi problema ahora es...

¡¿Como veré a Damon después de ese sueño tan penoso?!

Siento que me toman la mano, Shane me le da un suave apretón, siento mis mejillas sonrojadas.

En todo este tiempo en el que no he estado con nadie (en una relación), nadie se había fijado en mi, y de repente aparece Damon a poner mi mundo de cabeza haciendo que me sienta especial, segura y hermosa el provoca en mi un sentimiento que no había experimentado antes.

NO TE VAYAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora