[💐]Eijiro y Denki eran una joven pareja de casados, mas sin embargo, el joven Kirishima al pasar tanto tiempo en su trabajo no muestra afecto a su amado, quien se siente triste, pero un día recibe veinticinco flores de un admirador anónimo, ¿Podrá...
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Hoy era Domingo, como siempre estaba triste, se sentía frío y en soledad siendo abrazado solo por unas cobijas calientes, pero para él era solamente el calor corporal, porque en su interior era frío el sentimiento.
Escucho la puerta de su habitación abrirse, extrañado fingió dormir, hasta que sintió como atrás de él, en la parte vacía de la cama se sentía un peso extra. De repente las cobijas fueron levantadas y sintió cómo se acostaban a su lado.
Luego unos fuertes brazos lo abrazaban con ternura en ser, el frío que sentía se iba convirtiendo en calor, un hermoso calor tan lindo, tranquilo y hermoso. Estaba a nada de volver a dormir sintiéndose protegido, cuando vio que enfrente de él, en su mesa de noche había una nota, hecha en computadora.
''Se que estas despierto rayito, lo mejor es que duermas un poco más, luego vemos junto tu regalo, ¿Ok?.''
No necesitaba saber quien era, era obvio que su esposo era el responsable. Se sentía un poco feliz, pero a la vez enojado, debido a que seguramente celebrarían su cumpleaños tres días después, pero no se queja, estar así con su amado era algo que no iba a negarse. No lo haría, por lo que cayó dormido, respirando cálidamente.
[...]
Estaba en un restaurante, junto a su marido, eran las 6:57p.m. ambos estaban haciendo una reservación. No iban tan elegantes, pero sí decentemente. La mesera los llevó a una mesa cerca de los ventanales, cuando se sentaron noto que las flores que estaban en la mesa, en un jarrón eran 10 rosas rojas, rosas...Tuvo un pequeño Déjà vu.
Sacudió su cabeza sacando eso de su mente, ahora no era momento de recuerdos, era momento de estar con su esposo, miro la ventana dispuesto a sacar eso de sus pensamientos, luego notó que estaban plantadas distintas flores, habían rosas, claveles de todos los colores, margaritas y finalmente gardenias.
Había más flores, pero no le tomo importancia si no a esas, ¿Era un buen momento para pensar en su admirador secreto?, ¡No, Denki ahora no!, se supone que su esposo hizo exclusivamente esta reservación este día para celebrarlo juntos, por el perdón de todo, por lo distante que había sido con él, no era momento de pensar en su admirador.
—¿Qué desean pedir?—La voz de la camarera lo saco que sus pensamientos caóticos. Miro la carta pensando en que pedir.
—Yo quiero carne wagyu junto a una ensalada y un poco de champán, ¿Tú que quieres rayito?—Miro la carta pensativamente.
—Una carne bistec por favor, y un vino—La camarera asintió y tomó el pedido, luego de eso se llevó las cartas. Cuando la mesera se había ido su esposo habló.
—¿Estas bien?, miras la ventana mucho tiempo, luego ves las flores y suspiras, ¿No te gusta este lugar?.
—N-No, no, solamente que me gustan las flores—Lo calmo mientras negaba—Además, es increíble poder estar contigo, aunque sea un día al mes, pero siempre lo llevaré en el recuerdo—Ambos rieron.
