Cristian Romero es uno de los mejores jugadores jovenes de la Argentina y uno de los Alfas más codiciados y deseados tras su reciente divorcio.
Lisandro Martínez, un bello Omega deseado por todo Alfa y Beta joven, una belleza y un astro en el campo...
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Un día de Diciembre, con una hermosa conmoción por haber jugado una semifinal contra Croacia.
—Yo sé que ustedes lo han hecho bien, entonces tienen merecido pasar a la final tanto cómo nosotros—Delegó Luka Modric.
—Entre nosotro' no hay enemigos, es un honor tener que jugar un partido contra ustede'—Terminó por decir Messi, quien lo abrazó unos segundos para despedirse después.
Así tal cuál, Modric decidió ir a saludar a sus anteriores rivales, la selección Argentina, se habían ido aproximadamente dos horas en lo que hablaron. El Alfa habló de su vida personal, no había todavía ningún omega que pudiera conquistar semejante galán.
Ambas selecciones se apoyaban entre sí, quién da respeto lo merece también, y cabe destacar que Croacia para ellos no era un equipo del cual mal hablar.
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Todos estaban nerviosos, eso se notó los días posteriores.
Luego de la Semifinal contra Croacia, la Selección tenia un par de días libres los cuales en los primeros dos se encargarian de descansar y luego un arduo entrenamiento.
Todos estaban en la sala del piso de la Scaloneta, tomando algunos mates y pensando en la tan esperada final del mundo.
Extrañamente todos los Omegas estaban con unos cambios de humor tremendos. Lautaro ya se había disculpado reiteradas veces con su reciente pareja; Alejandro todavía no podía contra su Alfa, los chistes que hacía este hacían que se riera hasta quedarse sin aire porque ciertos compañeros no colaboraban, pero igual lo sacaban de quicio; Enzo solo quería estar a una de Julián con Olivia; Lisandro quería mimar a Valentino y recibir mimos del Romero mayor; Lionel quería estar en los brazos de Sergio recibiendo mimos mientras tenían a Mateo, Benja y Ciro; Emiliano no paraba de buscar las prendas de su marido y ponerselas; Aimar no se quitaba para nada la remera de Scaloni, si alguien le decia algo sus ojos se aguaban al punto de querer llorar y despues puteaba a toda deidad existente, pasaba exactamente lo mismo con Rodrigo y las prendas de Paredes.
Todo era muy extraño, Scaloni calculaba que era por lo sucedido con Paises Bajos; pero quien sabe cofcofcof
Entonces, compartiendo en el hotel habían estado haciendo tereres compitiendo por quién jugaba al truco y habían apostado una bandeja de pastafrola de quien sabe donde.
