So, it's end? [Luckity​]

11

Cuando Luzu se propuso vivir y disfrutar al máximo hasta el final, tenía en cuenta que el esfuerzo agotaría su energía con más rapidez. Era obvio, por algo los especialistas recomendaban hacer reposo y limitar las acciones que necesitaran mucho movimiento o fuerza.

Como era sábado, habían decidido pasar el día fuera, disfrutando del aire libre y de las miles de entretenciones que te puedes encontrar en la ciudad.

A primera hora del día decidieron salir a desayunar al café favorito de Luzu, en donde estuvieron alrededor de dos horas comiendo y conversando, sacando un sin fin de temas. Y eso era algo que Luzu amaba de la relación que tenía, no importaba cuánto hablaran, nunca se quedaban sin tema de conversación, de alguna u otra forma siempre había algo de lo que hablar y opinar.

Luego del desayuno salieron a dar un paseo por las calles, llegando hasta un cine, y decidieron entrar a ver alguna película. Mientras hacían fila para comprar las entradas decidían cuál sería la indicada para la ocasión, y terminaron por escoger una comedia romántica. Como siempre, compraron palomitas y refrescos antes de dirigirse a la sala asignada.

Al finalizar la película, salieron del cine mientras compartían sus puntos de vista sobre la historia, lo que hubieran hecho ellos en esa situación y cómo hubieran arreglado el problema principal. 

Quackity bromeó un par de veces cuando Luzu dejó en claro que, según él, el protagonista nunca tuvo que haber mentido en primer lugar. Con cada broma, Luzu fingía enojarse y le volteaba la cara a Quackity, solo para que este riera antes de darle un beso a modo de disculpa.

Era casi hora de almorzar, pero ninguno tenía hambre aún, así que decidieron pasar la tarde en el parque. Pasaron a un supermercado a comprar algunos snacks para su picnic improvisado, además de refrescos y agua para mantenerse hidratados.

Al llegar al parque eligieron el árbol con la sombra más grande para recostarse a descansar, Quackity aprovechó de dormir una siesta entre los brazos de Luzu, quién se mantenía despierto para poder disfrutar del momento y guardarlo en su memoria.

Durante todas las horas que llevaban fuera de casa no había presentado ningún malestar importante o que le impidiera disfrutar, lo cuál lo tenía tranquilo. Además, con los descansos constante que estaban teniendo podía mantener el ritmo sin sentir que su cuerpo perdía la fuerza o su interior se revolvía.

Había observado la tranquilidad con la que su novio dormía, y eso lo había llevado al punto en que casi se puso a llorar. Sin duda alguna iba a extrañar ver ese rostro tan sereno, con la boquita un poco abierta y la respiración tan suave como una brisa diminuta, como también extrañaría el calor que emanaba su cuerpo, o el cómo de manera inconsciente Quackity buscaba acercarse más y más a él, a pesar de ser físicamente imposible.

Luzu recordó la primera noche que pasaron juntos.

Al momento de acostarse, ambos estaban nerviosos y un poco avergonzados. Quackity se acomodó en el borde de la cama para no molestar, afirmando con fuerza la sábana e intentando no perder el equilibrio y caer al suelo. Grande fue la sorpresa de ambos cuando, al despertar, notaron que estaban abrazados con las piernas enredadas, y que probablemente habían dormido la mayoría de la noche así.

Ahora, con mucha cautela, Luzu le sacó un par de fotografías para el recuerdo. Las vería todos los días para darse ánimo y recordar que todos los esfuerzos valían la pena con tal de volver a ver ese rostro que tanto amaba.

Quackity se despertó unos minutos después de eso, con la suficiente energía como para correr tres maratones.

Pasaron el resto de la tarde haciendo diferentes actividades, como buscarle forma a las nubes, cantar un par de canciones o jugar a las veinte preguntas. Este último fue el que jugaron por más tiempo, ya que ambos habían decidido hacer preguntas filosóficas o profundas.