CONNIVANCE, payton moormeier.

27

Los violines llenan el despliegue más excéntrico de una rica atmósfera, mezclándose con un delicado piano y el fondo de conversaciones a fuego lento. Un vestido negro transparente abraza mi cuerpo, una abertura en el costado. Bebo mi champán con gracia, teniendo cuidado de no mancharme el lápiz labial. El aire huele fragante a flores de cerezo del campo a solo unos pasos del lugar.

Mis ojos escanean la habitación llena de energía apaciguadora. Pequeñas mesas blancas rodean el piso abierto con velas encendidas en cada una. Las cortinas de marfil se mezclan con el cristal de la ventana arqueada que se proyecta hasta el techo, puedes ver el cielo nocturno entre los árboles. El lugar es perfecto para mis padres.

Es una cálida noche de mayo. Puedes escuchar la fuente a través de las puertas abiertas, incluso olerla. Un evento elegante como este solo es apropiado para mi mejor comportamiento. Represento a mi familia esta noche, todos están aquí en su nombre. Necesito representar el producto perfecto que crearon. No se me permite beber licor ni fumar. Tengo suerte de tener una copa de champán. Bebo con tranquilidad, saboreando hasta la última gota.

Desafortunadamente, no estoy usando el collar.

Todavía no he podido hablar con mis padres, han estado tan preocupados por saludar a todos los invitados. Llegamos por separado. Pude atrapar a mi madre mirándome desde el otro lado de la habitación, justo en el lugar donde debería estar el collar. Sé que está confundida en cuanto a por qué no lo estoy usando.

"La Srta. Celia está sola en el bar una vez más", Anthony se me acerca con un vaso de whisky en la mano.

"Espero que, si me quedo aquí el tiempo suficiente, el cantinero me dará un trago por lástima".

Se para frente a mí con un traje completamente negro, hecho a la medida para que le quede perfecto y nunca con corbata. Solo se abrocha la mitad de los botones. Su cabello está ligeramente gelificado, pero no peinado hacia atrás, solo lo suficientemente ondulado fuera de su rostro para darle volumen.

"La hija de Malikai tiene que estar con su mejor comportamiento esta noche". Bromea, acercando sutilmente su whisky a mí. "Aquí."

Miro el licor, sonriendo.

"¿En serio?"

"No lo hagas obvio". Gira la cabeza de un lado a otro.

Tomo el vaso de cristal de su mano. Quedando escudado por su cuerpo al resto de la habitación. Rápidamente tomo la bebida en secreto, mis mejillas se inflan antes de tragar la rica quemadura.

Retira el vaso, fingiendo que nada de eso sucedió mientras mira de un lado a otro.

"¿Mejor?"

Asiento, "mucho".

Se gira para pararse a mi lado con una ligera inclinación, mirando el resto de la habitación. Su colonia llena el espacio que nos rodea.

"¿No te estás divirtiendo?" Él pide.

"Me encanta que me coqueteen hombres que me doblan la edad, ¿qué quieres decir?" Digo con sarcasmo.

"Estoy seguro de que hay algunos contendientes en esta sala". Escanea el área. "Todos son brutalmente ricos, también".

"Todos en esta sala son brutalmente ricos". Me río. "Yo soy brutalmente rica".

Él sonríe, observando la habitación.

"¿Tienes cigarrillos contigo?" Me giro y pregunto.

Él niega con la cabeza. "Incluso si lo hiciera, no tengo permitido darte uno".

Pongo los ojos en blanco, bebiendo el resto de mi champán.

"Maravilloso."

"Oye, yo no hago las reglas. No es propio de una dama que fumes".