SOLO MÍO (FINALIZADA)

CAPITULO 40 VERDADES

-Al parecer a usted si le dio lo que quería, ya que a mí no- dijo amargamente Samantha.
-Pero usted pudo darle hijos- recalco Alejandra.
-Es lo único bueno que recibí de ese matrimonio, mis cuatro hijos- reconoció acongojada.
-Creí que eran tres- dijo sorprendida con grandes ojos.
-¿Es todo lo que tenía que decir?- la miro sabiendo que Boun también la había engañado. Extendió su mano indicándole la salida, tratando de ignorar lo que había dicho.
-¿No quiere saber dónde está enterrado el cuerpo de Boston?- pregunto desconcertada.
-Puede dejarle los datos a mi asistente- termino de decir y salió del lugar, dejando a la otra aun sorprendida.
Le dio las instrucciones a Pannin y subió a su recamara, donde con piernas temblorosas se sentó en la cama, y dejo salir todo su dolor. Dolor por sus hijos que habían perdido a su padre, que nunca fue bueno en ello, dolor por que perdió a su esposo, que realmente nunca se amaron, y Boston dejo todo que desear, pero habían compartido más de veinte años juntos. No sabía cómo se lo diría a sus hijos, más que su hija perdida acaba de regresar y Fluke seguía en su diplomado, como lo extrañaba, ¿Qué haría?
Lloro y lloro, ahora entendía por qué le había dejado la mitad de su fortuna, no había preguntado la causa de su muerte, pero por los hechos, era obvio que había estado enfermo, y había hecho su testamento, ni había preguntado cuando se leería este, pero con la información que le dejaría Alejandra a Pannin, se enteraría después de todos los detalles, por el momento no tenía cabeza para nada, solo quería llorar y llorar hasta quedarse seca.
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-¿Y si me quedo por siempre con este aspecto?- pregunto preocupado Fluke dentro del jacuzzi, donde tenía recargada la espalda sobre el pecho de Ohm.
-Eso no va a pasar amor- le siguió tallando el largo cabello.
-Pero si ya recordé todo, ¿por qué no he cambiado?
-No lo sé, pero lo vamos a averiguar, y tu volverás a tu aspecto natural, eso te lo aseguro.
-¿Y si no es así?-pregunto de nuevo levantando su rostro para mirarlo.
-Cuando terminemos de ducharnos, me contaras con lujo de detalle todo lo que recuerdas- le dijo con una sonrisa.
-Está bien- concedió el menor y dejo que siguiera lavándole el cabello, se sentía bien.
Después de eso fueron a cenar ya que al castaño le rugió el estómago, regresaron la recamara.
-Soy todo oídos- le anuncio el más grande, para que empezara a hablar Fluke.
El más pequeño se sentó en su lado de la cama y suspiro nervioso, tenía miedo de sufrir al recordar.
-¿De verdad necesito hacerlo?- cuestiono acongojado.
-Sé que es difícil Polcino, pero es necesario para entender por qué sigues con este aspecto- le acaricio la mejilla.
-Tengo miedo- confeso recordando el dolor que había sufrido anterioirmente al recordar todo.
-Yo estoy contigo amor, nada malo pasara - le aseguro con una sonrisa, rodeando con sus manos la pequeña cara.
Y de esa manera Fluke le empezó a contar desde que estaba probándose los trajes para la boda, hasta que había despertado amordazado, y le habían inyectado algo en el cuello.
-Rebeca, esa mujer- jadeo son las manos en puño- ella me secuestro, y había más personas, entre ellas un tal Mew- termino de decir con los ojos bien abiertos.
-¿Eso es todo lo que recuerdas?- cuestiono tomando las pequeñas manos.
-Recuerdo a Phoebe, ella es una Banshee- le dijo mirándolo a los ojos- dijeron que mi grupo había sido destruido, y que fui el único sobreviviente, pero realmente no recuerdo nada de mi antiguo grupo- dijo confuso.
-Eso es porque nunca fuiste un verdadero Banshee- le dijo el mayor- todo fue una historia que creo Rebeca, desgraciadamente eliminaron a toda una colonia de Banshees.
-¿Por qué?- pregunto con la mirada llena de miedo.
-Por qué no tuvo el valor de matarte- confeso- así que solo borro tu memoria y de alguna manera te convirtió en Banshee.
-¿Ella… ella quería matarme?- cuestiono asustado aferrándose a las manos del mayor.
-He de imaginar que ese era su propósito original, pero tuvo miedo de su propio destino.
-¿Cuál destino? – cuestiono aflojando el agarre olvidando que sus uñas habían sido cortadas, y había temido dañar a su pareja.
-La muerte- le sonrió con amargura el mayor- los vampiros acostumbrados a vivir miles de años, la muerte llega a ser uno de los temores más grandes.
-Entonces me borro la memoria, pero, ¿Cómo logro convertirme en Banshee?
-No lo sé, y eso me frustra- le dijo con coraje- pero lo haremos.
-¿Mi madre, mis hermanos?- pregunto de repente recordándolos.
-Ellos están bien- lo consoló tomándolo de los hombros al percibir todos los sentimientos que estaba experimentando su “Destinata”- tus hermanos saben la verdad de tu desaparición, pero a tu madre, le dijimos que estabas en Peru haciendo un diplomado.
-¿Diplomado?- frunció su ceño.
-No podíamos decirle la verdad a mi suegra- le contesto- tus hermanos saben de nuestra naturaleza, así que ellos merecían saberlo.
-Me alegro que mamá no sepa nada- suspiro aliviado.
-Lo importante es que ya estas a salvo con nosotros.
-Pero Phoebe debe de estar buscándome, ella fue una gran amiga y tutora.
-De eso nos encargaremos después.
-No- dijo apasionadamente- ella debe estar preocupada, demasiado preocupada. Por favor, ella necesita saber que estoy bien.
-Fluke- dijo mirándolo con preocupación.
-Por favor, deja que me reúna con ella- pidió mirándolo con ojos de cachorro.
-Está bien- suspiro resignado- no estoy convencido, pero si pones esa mirada, no te puedo negar nada- le sonrió.
-Gracias- se abalanzo y lo abrazo- gracias, gracias.
-¿Y mi recompensa?- pregunto riendo, sintiéndose más feliz que en mucho tiempo.
-¿Qué recompensa su majestad?- le susurro en su oído haciéndolo estremecer.
-Se me ocurren varias dijo con voz muy ronca.
-No lo sé, por eso te pregunto- le beso el cuello.
-Lo dejo a tu imaginación.
-No sé si podre darte la recompensa que deseas- siguió besando.
-Sabes que si- tomo su pequeño rostro y lo beso con pasión, lo había extrañado tanto, ese sabor.
Fluke con gusto le respondió, y se abrazó al él, saboreando todo lo que el otro le daba, se sentía en casa.
Se besaron como si no hubiera mañana, saboreando y succionando la boca y lengua del otro. Ohm aplasto suavemente con su cuerpo el del más pequeño. Sus manos viajaban por sobre sus cabellos y espalda. Sentían que tenían siglos sin tocarse, así que lo disfrutaban.
-Te extrañe mi Polcino- dijo acariciando las costillas debajo de la playera, haciendo estremecer al otro- te eche de menos- repitió quitándole la parte de arriba disfrutando de la vista, a pesar de que ahora era mas pálido, en esencia seguía siendo el.
Le empezó a besar el cuello, bajo por sus clavículas haciéndolo suspirar, llego hasta sus pezones, demorándose en ese lugar.
-Ohm- susurro entre suspiros- Ohm.
Bajo por su estómago, y se demoró un buen rato ahí, ya que tenía la ilusión, de que un futuro, en ese lugar, estaría su futuro hijo o hija, era una de sus partes favoritas del cuerpo de su amado. Fluke suspiraba complacido, pero quería que estuvieran piel con piel, así que se sentó y jalo a Ohm para quitarle la camisa, y el mayor se dejó hacer, pego su dorso al más pequeño, disfrutando de la calidez.
El menor se abrazó gustoso del que tenía encima, también lo había extrañado, como si fueran siglos desde la última vez que lo había tenido cerca. Se volvieron a besar con hambre, disfrutando del momento. Ohm se volvió a deleitar con la blanca y tersa piel de su pareja. Terminaron ambos cuerpos desnudos, y húmedos.
-Ya me hacías falta- jadeo el peli plateado.
-¿Apenas te das cuenta?- bromeo resoplando.
-Perdí la memoria- dijo a duras penas ya que se estaba dejando llevar por las sencaciones.
-Excusas- sonrio.
-Cállate y bésame- lo jalo del cuello.
Ohm se introdujo en el cuerpo ajeno, suspirando de placer, y Fluke retuvo su respiración.
-Por favor- pidió el más pequeño, siendo obedecido con embestidas rápidas y profundas. Los cuerpos se movían al unísono, disfrutando del momento.
Hicieron la danza del amor más antigua que existía, hasta llegar a su culmine con la mordida de Ohm en el cuello de Fluke.
-Te amo Ohm- susurro abrazándose a él.
-Te amo Fluke- contesto.
Se dedicaron a decirse palabras de amor mientras se quedaban dormidos y exhaustos.
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Boun termino de hablar con el padre de su hermana Intouch, él se veía bastante agradecido por saber dónde estaba su hija, no entendía como se la habían llevado lejos, pero ya sabía que su hija había regresado a su familia biológica, y sabía que eso pasaría, no creyó que fuera tan pronto, imagino que su niña, seria adulta cuando eso pasara, pero ya no la tenía a su lado. Para sorpresa y alegría, su pequeña le había pedido a su familia biológica que lo buscara, quería verlo.
Se sentía tan feliz, después de todo ese tiempo de sufrimiento por fin podía ver a su pequeña.
-¿Dice que mi pequeña me quiere ver?- pregunto sin creer su buena suerte.
-Intouch lo quiere tener cerca- se encogió de hombros el rubio satisfecho al leer las expresiones faciales y corporales del otro. Habían tenido desconfianza de el por su huida, pero al parecer estaban equivocados.
-¿Cuándo poder verla?- cuestiono ansioso el hombre.
-Empaque lo necesario, y lo llevare con ella- le sonrió.
Este corrió a su recamara y se dispuso a hacer lo que le pedían.
Los hombres tomaron un vuelo hacia su destino, haciendo trasbordos. La limosina los llevo hacia su destino.
Entraron en una mansión bastante antigua, pero bien cuidada.
-Papá.
Se escuchó un grito adolescente.
-Mi hija, mi preciosa hija- abrazo a su pequeña fuertemente lleno de felicidad.
-Te extrañe, te extrañe tanto.
-Yo también- la apretó.
-Creí que nunca te volvería a ver- sollozo la pequeña.
-Ya estoy aquí- le acaricio la cabeza.
-Me alegro tanto- sonrió.
-Así que tu padre está aquí. Bienvenido- sonrió Samantha bajando las escaleras.
-Señora Natouch- dijo el hombre soltando a su hija, sintiéndose bastante nervioso, ya que esa gente al parecer era muy poderosa.
-Por favor, dime Samantha- le pidió extendiendo su mano.
-Me alegra tanto haber aprendido inglés, si no, estaría muy avergonzado- confeso este.
-Lo obligue a que estudiara conmigo- dijo orgullosa la chiquilla.
-Su hijo habla muy bien el español- elogio al rubio que estaba a su lado.
-Oh, no es mi hijo- aclaro- es mi yerno- se acercó al recién llegado.
-Entonces, también es mi yerno- bromeo el recién llegado, lo que causo risa contenida en los presentes.
-Hija, me agrada- confeso la rubia- ahora comprendo tu insistencia en que viniera, pero necesito que nos dejen hablar a solas- pidió a los dos jóvenes.
-Vamos- el rubio tomo la mano de su cuñada y se la llevo.
-Por aquí por favor- indico la señora Natouch al recién llegado.
Se sentaron y se quedaron viendo, sin saber muy bien que decir.
-Me alegro que hayas llegado con bien, ya que nuestra hija te extrañaba, e insistió en que te trajéramos aquí.
-Agradezco que lo hayan hecho- contesto incómodo.
-Te voy a ser sincera Noel- se interrumpió ya que tocaron la puerta, y entro Pannin para dejarles te y pastelillos- yo no estaba de acuerdo en buscarte- siguió cuando la mujer salio- pero Intouch insistió tanto que no pude negarme.
-¿Intouch?- cuestiono.
-Es el nombre real de nuestra hija- le dijo- ella fue separada de mi al nacer, por no decir que fue robada. Y no te sorprendas, sé que no estas enterado de nada, pero mi marido, creyó que lo había engañado, y me arrebato a mi hija creyendo que era de otro hombre- su voz se quebró.
-Lo siento- dijo el latino, sin saber mas que decir.
-No lo sientas, todo es pasado, Intouch ya está con nosotros, y tu estas aquí por ella- se encogió de hombros dejando que las lágrimas corrieran pos su rostro.
-No sé qué más decirte- confeso.
-No digas nada- seco su rostro- ambos obtuvimos lo que queremos- También he de confesar que tengo una vasta información de tu persona.
-No me sorprende- sonrió de medio lado.
-Eres un buen hombre, fuiste un excelente padre- lo miro directamente- eres un excelente padre.
-Sé que Intouch no es mi hija biológica- dijo ese nombre para hacer feliz a la señora Natouch- pero eso no significa que la ame menos.
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-Es hora- anuncio Kao.
Ohm se levantó de su lugar.
-Sé que no quieres dejar a tu “Destinata”, pero él está bien, Earth y Perm lo acompañan.
-No molestes- dijo su alteza estresado, y dirigiéndose al consejo de vampiros.
Su amigo lo reverencio y lo dejo ser.
-Bienvenido mi Rey- dijo el mayor de todos inclinándose.
Ohm se dirigió a su trono y tomo asiento.
-Estamos aquí reunidos para la sentencia de Rebeca Domínguez y Mew Moon, por secuestro del “Destinata” de su majestad Ohm Thitiwat.- anuncio a viva voz el mismo que lo había recibido.
-Que pasen los sentenciados- dijo otra voz femenina.
Rebeca y Mew entraron en el recinto sin mirar a nadie.
-Que el juicio de comience- informo el mayor de su raza cuando todos estaban en sus lugares.
Se dijeron todos los cargos de los cuales eran acusados.
-Dejaran de ser vampiros, y se convertirán en humanos, volverán a nacer, y a pesar de que tengan privilegios terrestres, siempre se sentirán vacíos. Podrán tener todo lo que quieran monetariamente hablando, pero siempre la agonía de falta, existirá en ellos- golpeo ruidosamente su mesa.
Ohm había suprimido sus ganas de hablar y estar en contra de la decisión de los ancianos, el los quería muertos, pero las reglas se lo impidieron. Así que solo miro con odio a los acusados, y apretó los puños. Kao tenía razón, él no era un asesino, y sabía que a Fluke no le gustaría lo que el realmente quería, haberlos matado a los malditos.
Salió de la sala del jurado con paso regio, tratando de omitir que su mejor amiga lo había traicionado, y agradecido que esta ni si quiera lo hubiera mirado, pero el amor de su vida lo estaba esperando en una de las habitaciones del castillo. Kao lo acompaño.
-El se ha quedado dormido- le dijo uno de sus cuñados- al parecer estaba demasiado afligido.
-Lloro mucho al vernos- contesto el otro.
-Gracias- dijo, y abrió lentamente la puerta.
Se acercó a la cama sigilosamente, mirando el pequeño bulto bajo la cobija. Acaricio su cabello, su pobre pequeño había sufrido más de lo que merecía, se acomodó a su lado y lo abrazo, y se quedó muy quieto siendo arrullado por la acompasada voz de su amado.
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Había pasado una semana, y los prisioneros no habían abierto la boca para nada, a pesar de las torturas recibidas por los verdugos, estos habían callado las respuestas requeridas.
-Yo iré- se levantó de su lugar detrás del escritorio.
-No creo que sea conveniente- dijo Boun a su hermano mirando a Kao.
-Creo que va a ser lo mas adecuado, y también creo que fue lo primero que deberías de haber hecho antes del juicio- dijo el amigo de ambos.
-Kao- dijo molesto el rubio.
-El que la evite no arreglara nada, ya pasaron varios días y Fluke sigue con ese aspecto- contesto el pelinegro.
-Kao tiene razón, he sido un necio evitando reunirme con ella, pero creo que si yo la interrogo, ella me podrá decir que fue lo que causo que Fluke se convirtiera en Banshee.
-Y Mew no va a hablar sin el permiso de Rebeca, le es demasiado leal.
-Tanto que está dispuesto a dejar morir su naturaleza, y convertirse en humano- dijo despectivamente su hermano. Y no lo decía por convertirse en humano, si no por dejar atrás su vida por una mujer como Rebeca.
-Prem y Earth están con Fluke, el estará bien- anuncio Ohm yendo hacia la puerta de la oficina.
-No te olvides de Phoebe- dijo Boun risueño, ya que la chica le había caído muy bien.
-Y Phoebe- dijo seriamente Kao, encogiéndose de hombros por la peculiar amiga de su cuñado.
Los tres salieron y se dirigieron a la cocina, de donde provenían las risas.
-No eran seis tazas de harina Prem, eran solo tres- se burlo Fluke de su hermano.
Estaban haciendo un pastel, pero los únicos que sabían cocinar eran Fluke y Phoebe, los otros dos trataban de seguir las ordenes.
-Tan inteligente que te ves- secundo la burla la peli plateada.
Iris e Itzel veían la situación con una enorme sonrisa divertida a los cuatro jóvenes. Ellos habían pedido encargarse solo ellos del pastel, así que estaban muy quietas sentadas en los bancos.
-Polcino- llamo el mayor de todos.
Todos voltearon a ver a su majestad.
-Oso- contesto al llamado y corrió a sus brazos.
-Veo que están pasándolo bien- le dijo sonriendo y regresando el abrazo.
-Si- dijo sintiéndose muy feliz.
-¿Puedes quedarte aquí?- cuestiono mirándolo- yo tengo un asunto importante que atender.
-Tu ve a hacer tus pendientes- respondió sin dejar de sonreír- pero, ¿por cuánto tiempo te iras?
-Vendré lo más pronto posible- le beso la frente.
-¿Promesa de dedito chiquito?- le extendió su meñique.
-Promesa- contesto enganchando su dedo con el de Fluke.