🔥Capitulo 20 🔥

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Carla 😏🔥

Este hombre está loco. Esa es la única explicación que tengo para algo de esto. Y supongo que eso me convierte en alguien igual de loca porque he saltado a este tren de la locura con él. Es increíble pensar cuánto ha sucedido en menos de veinticuatro horas. A media noche de ayer me estaba encontrando con Samuel  en el Plaza, nos casamos en Las Vegas esta mañana, y a media tarde estaremos volviendo al aeropuerto de Nueva York.
Un botones lleva nuestras maletas mientras dejamos el Caesar’s. En el momento que llegamos a la salida, las cámaras estás destellando y los periodistas están gritando preguntas. Me aseguro que mis lentes de sol grandes están en su sitio, agacho la cabeza y me camino rápidamente en dirección a la puerta de la limusina abierta como hice la vez que la prensa me atrapó después de que otro episodio de JC llegase a los periódicos. Sin la limusina, por supuesto.
Pero antes de alcanzarla, Samuel me sujeta la mano y hace que me detenga. Me rodea con un brazo y me lleva hacia su costado.
—Gracias por las felicitaciones. Estaríamos muy contentos de responder algunas preguntas.
¿Qué hacé?
¿Estaríamos? ¿Qué demonios?

La prensa salta a la invitación como buitres por un cadáver en la carretera.

—Señor Garcia , ¿puede confirmar que toda esta producción, la conexión perdida viral, fue un truco publicitario? Y señora Garcia  ¿puede confirmar los rumores que JC Hughes iba a proponerle matrimonio en Año Nuevo?
Samuel negó.
—Bien, ¿por qué debería confirmar eso? Pero diré esto. A veces para conseguir lo que quieres, tienes que tomar un riesgo y esperar que el destino te esté sonriendo. Esta puede no ser la apuesta más importante que haya hecho, pero pienso que va a convertirse en la mejor. Después de todo, yo fui el bastardo afortunado que la llevó primero al altar.
L
Sus palabras me quitan la respiración. Levanto la mirada hacia él, a través de mis lentes oscuros, y deseo en ese momento, que lo conociese lo suficientemente bien para saber si solo está diciéndole tonterías a la prensa, o está siendo honesto.
No hay forma de que lo diga realmente en serio.
Samuel  baja la mirada hacia mí y una suave sonrisa cruza su rostro mientras los flashes continúan bombardeándonos. Sé que esa imagen será la que cubra mañana todas las revistas de chismes.
La prensa sigue disparando preguntas y Samuel las responde con vaguedades generales. Hábilmente esquiva las que son sobre JC, pero nunca aparta la mirada de mí mientras lo hace. Juro que escucho a una camarógrafa justo frente a mí suspirando. 
Cuando nos subimos a la limusina, me estoy sintiendo muy incierta sobre todo. Mi plan solo incluía usarlo como influencia para liberarme del desastre con JC, junto con el bonus añadido de tener un sexo fenomenal. Pero ahora que la boda ha pasado, no tengo ni idea de cómo va a funcionar esto, a pesar de su promesa de antes.
Pienso que parte de mi problema es que los motivos de Samuel  todavía son un completo misterio para mí. El sexo no puede ser tan extraordinario para él, ¿así que todo esto no es más que el capricho de un multimillonario?
¿Pero esa mirada que todavía me está dando mientras nos dirigimos al aeropuerto, esa suave insinuación de que había más bajo la superficie? ¿Qué demonios es eso? ¿Todavía está actuando?
¿Y por qué me importa tanto? Necesito centrarme en mi agenda y dejar que él lidie con su propia mierda. Pero esa maldita mirada…
—¿Qué? —pregunto, incapaz de soportar su escrutinio por otro momento.

—¿Qué? —contesta sacudiendo la cabeza.
—Me estás mirando.

Sigue sonriendo suavemente.

—Estoy frente a una hermosa mujer. ¿Cómo podría no mirar?

—La prensa se ha ido, Garcia , Puedes decirme la verdad.

Deja de sonreír, y me siento culpable por ser quien lo provocó.
—Eres un poco revoltosa —comenta—. Lo sabes, ¿verdad?

—Ni siquiera sé qué significa eso.

Sus siguientes palabras me sorprenden.

—Pienso que me va a gustar estar casado contigo, Carla . Y creo que si te quitas el palo del trasero unos cuantos minutos, puede que encuentres que también hay una ventaja en estar casada conmigo. La vida es corta. Tenemos que aprovecharla hasta que podamos.

Ignoro su filosofía de galleta de la fortuna y digo:
—No tengo un palo en el trasero.

—Bueno —dice con una risa—, supongo que puedo atestiguar eso personalmente.

El calor atraviesa mi cuerpo y me arden las mejillas. Le doy un manotazo

-Imbécil !

Pero incluso más que eso, el calor revolotea en mi pecho. Es como estar en noveno grado y tener al capitán del equipo de fútbol de la universidad diciéndote que le gustas. No debería importarme. Ni siquiera lo conozco. Y aun así es mi marido.

—Sabes lo que quiero decir, carla . Entiendo que eres protectora con tu carrera, pero necesitas relajarte un poco y prepararte para el viaje. Puede que encuentres que disfrutarás adonde te lleva cuando soy yo el que dirige.

—Estoy preparada.

—Claro que lo estás, dulzura. Pienso que si te tocase ahora mismo, me arrancarías la mano de un mordisco.

El estúpido revoloteo en mi pecho me da este insano impulso de traer de vuelta su sonrisa. Y probarle que está equivocado. No le mordería nada si me tocase.
Me quito el cinturón de seguridad, intentando cambiar esta conversación del único modo que he aprendido hace mucho.
Cuando me pongo de rodillas en el suelo de la limusina, Samuel  me sorprende alzándome por las axilas y depositándome a horcajadas en su regazo.
—Aprecio la oferta, pero de momento paso.
—Pero pensé…

Presiona un dedo en mis labios.

—Creo que vamos a cambiar esto,Bebé  Nuevas reglas.

—No me gustan las reglas. —Las palabras salen incomprensibles a través de su dedo.

Sonríe, esa maldita sonrisa de nuevo.
—Y quizás ese es el problema.  Mi problema favorito..

Mi confusión debe mostrarse en mi rostro, porque aparta los dedos de mis labios para suavizar el espacio entre mis cejas, donde siempre se muestran mis arrugas de preocupación.

—Ambos sabemos que eres una mujer capaz y tu carrera significa mucho para ti.

Abro la boca para responder, pero vuelve a presionar el dedo antes de que pueda hablar.

»Déjame acabar. —Espera y asiento—. Soy un dominante, la clase de tipo que no acepta la mierda de los demás y ganar es increíblemente importante para mí. Cuando llegas a mi nivel, no es sobre el dinero, es sobre ganar. —Desliza un pulgar sobre mi mejilla—. No quiero malgastar nuestro tiempo juntos luchando por la supremacía, así que aquí está mi propuesta: Me dejas liderar. No peleas conmigo por cada pequeña cosa y te inclinas cuando te pido que lo hagas.
Siento mis cejas alzarse hasta la línea de mi cabello mientras continúa:
»A cambio, te daré todo lo que puedas querer o necesitar jamás.

Cuando aparta la mano de mi rostro, tomo eso como una señal de que ahora se me permite hablar.

—Quieres decir a cambio de mi amor propio y voluntad propia.

Garcia niega.
—No. A cambio de tu cooperación y confianza.
—Pero…
—Solo dame una oportunidad para mostrarte lo que quiero decir,Carla .
No quiero una muñequita Barbie dócil. Todavía quiero tu chispa y tu fuego. No quiero domesticarlo, solo quiero guiarlo. Y al mismo tiempo, tomaré cada carga que te ha estado abrumando y hacerlos míos.

Es su última frase la que me captura, junto con esta extraña visión de un lado de Samuel Garcia que probablemente pocos hayan visto. Él es posiblemente el hombre más capaz que he conocido jamás y la idea de poner mis problemas sobre él es increíblemente seductora. Casi puedo sentir el estrés desvanecerse con sus palabras.

Levanto la mirada a sus ojos marrones y le doy la única respuesta posible:
—Está bien.
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Irresistible Atracción /Carmuel +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora