Seguíamos en el lugar, aún manteníamos la misma conversación la cual me negaba a soltar...
—ES QUE DE VERDAD NO LO DISIMULABAS
Claro que sí, solo que tú estabas mirándome todo el tiempo, por eso dices que yo te miro.
—Eso no tiene ningún tipo de sentido.
Escúchame, si tu te dabas cuenta de que yo te miraba, ERA PORQUE TU ME MIRABAS A MÍ TAMBIÉN!
—Pero yo te miraba PORQUE TÚ me mirabas primero.
Estás mintiendo, pero entiendo, tu nunca puedes perder una conversación de estas.
—PERO ES QUE ES VERDAD, MÁS ALLÁ DE QUE NO PUEDA PERDER, TENGO RAZÓN.
Que si Rhey, que sí...—Dijo mientras miraba me miraba con cara burlona.
—DEJA DE BURLARTE DE MÍ.—Dije mientras le jalaba un mechón de cabello
NO ME JALES DEL CABELLO RHEY— Devolvió la mechoneada
—SUÉLTAME BILLIE!
SUÉLTAME TU PRIMERO—Dijo mientras enredaba sus dedos en mi cabello.
TE VOY A DEJAR CALVA SI NO ME SUELTAS—Gritaba aguantando la risa.
SEGURA?—Rió fuertemente mientras halaba mi cabello más fuerte.
YA, ESTÁ BIEN!—Solté su cabello apresuradamente.— Estás completamente loca Eilish, deja de teñirte el cabello, te está afectando las neuronas.
Loca por tí.—Dijo mientras soltaba mi cabello también, y tiraba un beso al aire.
—“Lici pir ti”—Dije mofándome de su frase.
Ya ves? no te puedo dar amor. Simplemente no te dejas querer.
—NO ME ESTÁS DANDO AMOR, ESTÁS BURLANDOTE DE LO QUE TE DIJE. —Dije mientras fruncía el ceño.
Quiéres que te dé otra mechoneada, Rhey?—Dijo burlonamente.
—Déjame en paz, pelo falso.
Luego de esta romántica escena, y conversación, comenzamos a caminar fuera del bosque, no era tan seguro estar ahí cuando comenzaba a anochecer, por los animales, el bosque contaba con animales como los osos pardos, lobos, en fin... Había que tener cuidado.
Mientras caminábamos veíamos las flores que adornaban el lugar, cada una era más linda que la otra.
—¿Cuáles son tus flores favoritas, Billie?
Nunca lo había pensado la verdad, las amo a todas, pero tengo cierto amor especial por los girasoles, y las tuyas?
—Buena elección, también amo los girasoles. Mis favoritas son: Los tulipanes, y las rosas. Clásicas pero hermosas.
Hermosas, como tú.
—Cómo yo? no creo.
Claro que sí, eres hermosa como una rosa.
—Basta!
¿Pero por qué te pones nerviosa? Es sólo un cumplido.
—Lo sé, pero es la manera en que lo dices.
PERO CÓMO LO DIJE?
—Pues, así, como lo dijiste.
Yo te pongo nerviosa Rhey, y lo sé, y lo mejor, es que me gusta.
—No me pones nerviosa...—Dije con mi cara completamente ruborizada.
Tú nunca vas a aceptarlo, pero tus expresiones hablan por sí solas...