🔥Capítulo 22🔥

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Les pido qué voten si quiere seguir leyendo el siguiente capitulo 🥺.





Carla 🔥😏



Obviamente he estado antes en Nueva York, pero llegar en un jet privado es completamente diferente que llegar en un autobús de gira o en un vuelo comercial. Como lo opuesto a nuestro viaje a Las Vegas, aterrizamos en un campo de aterrizaje privado, bajamos a la pista de aterrizaje, y somos recibidos por un Bentley negro con chofer.
El corto viaje hasta Manhattan pasa sin novedades, y Samuel esta al teléfono, respondiendo correos y cosas así, y mi presencia parece solo desvanecerse. Pero no estoy molesta; también estoy pensando. Tengo seis canciones por escribir y tres semanas para hacerlo. No tengo ni idea que ha planeado  para estos días en Nueva York, pero voy a escabullirme para escribir tanto como pueda.
Al igual como lo hicieron la primera vez que vine a Nueva York, los gigantes rascacielos elevándose desde el concreto, me hicieron sentir pequeñísima en comparación. Todas las personas caminando por los andenes;
incluso a media noche, como ahora; iban con un propósito, con intención de llegar a donde necesitaban. Desaceleramos frente a un alto edificio que está brillantemente iluminado, y no tengo ni idea si estamos cerca al Plaza, pero supongo que no importa. La única parte de la brillante dirección dorada que reconozco es la grande que dice Quinta Avenida sobre las puertas de vidrio giratorias.
Samuel guarda su teléfono y abre la puerta de la limo antes de salir y ofrecerme una mano. la tomo, preguntándome si iremos a otro circo mediático.

A pesar de la hora tardía, las cámaras resuenan y brillan mientras vamos a las puertas, pero está vez  no se detiene para dirigirse a estas. No se acercan más, y me pregunto por qué se quedan atrás, hasta que veo la seguridad cerniéndose frente al edificio.

Un portero abre la puerta dorada de vidrio, y Samuel le agradece por su nombre. El hecho de que sepa el nombre del hombre es una señal positiva para mi libro. Un viaje rápido en elevador después, entramos al pent-house, lo cual no es una sorpresa. Es enorme, en especial para los estándares de Nueva York.
Madera oscura y alguna especie de mármol lujoso se extiende frente a nosotros, cubierto por alfombras que hacen juego con las paredes blancas y grises. ¿Pero la gran atracción de la sala de estar? La pared de vidrio con vistas a la ciudad. La vista es asombrosa, incluso en la oscuridad. Es mucho más el dominio de un hombre, sin embargo, lleno de cuero negro y vidrio. Salpicaduras de color, más que nada azul y rojo, son pocas, sólo en las pinturas y un par cojines.
Abrumada, dudo, con miedo de poner mis botas dentro, pero Samuel comparte mi renuencia. Me lleva dentro.

—Estarás cómoda aquí por unos días.

De nuevo, no es una pregunta de su parte, sino un decreto. No puedo discutirle. Estoy segura de que el lugar tiene cada comodidad inventada.

—Funcionará —digo, y gira su cabeza para sonreírme llevándome a la habitación.

—No desperdicias tiempo, verdad —murmuro en voz baja.

—Desafortunadamente, tengo que dejarte e ir a la oficina por unas horas.
Algo sucedió, y necesito encargarme con mi equipo.

—¿Los harás trabajar a mitad de la noche? ¿Y en la víspera de Año Nuevo?

Parece un castigo cruel e inusual.
se detiene frente a la cama tamaño King con un cabecero y estribos negro brillante, un cubrecama gris plateado, y una pila de almohadones.
—Trabajan cuando necesito que lo hagan.
La compensación que reciben es justa.

Me encojo de hombros. No tengo respuesta para eso, porque asumo que les paga más de lo que gano, así que a ellos les toca lidiar con él.
—Ven. Quiero mostrarte tus cosas.

—¿Mis cosas?

Lo sigo hasta la puerta que lleva a un guardarropa que es aproximadamente la mitad del tamaño de la casa en que crecí. Ese tamaño no me detiene, sino la colección de faldas, vestidos, blusas y pantalones es la que lo hace. Mis ojos miran los estantes de zapatos, bolsos y accesorios.

Irresistible Atracción /Carmuel +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora