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Sentí a Jennie removerse en la cama, discretamente miré la hora en el reloj de mesa que tenía, 3:56 am

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Sentí a Jennie removerse en la cama, discretamente miré la hora en el reloj de mesa que tenía, 3:56 am.

Ella se levantó y fue al baño, luego volvió a la cama y se acostó de nuevo a mi lado. Había pasado la noche aquí con el pretexto de que era muy tarde y no habíamos estudiado casi nada por hacer otras cosas.

Como besarnos y tocarnos.

Aún no podía borrar la imagen de Jennie corriéndose en mi mano y luego repitiendo el acto otras veces más hasta que ya nada salía de mi pene, estaba seca. Sabía y había escuchado que las mujeres pueden tener varios orgasmos. Pero dejando eso de lado, Jennie, su rostro, sus labios rojos e hinchados, su cabello alborotado, el sudor, su pecho subiendo y bajando. Demasiado excitante, no era lo mismo que hacerlo con una persona experimentada, las reacciones eran diferentes.

Jennie era diferente, tenía una bonita sonrisa y belleza descuidada, no era un adonis pero tenía algo que llamaba mi atención, tal vez era su sonrisa, tal vez eran su perfilada nariz, su olor a vainilla, su inocencia, no tenía idea, incluso podía ser un conjunto de todas esas cosas y yo no lo sabía. Pasé mis dedos por su cabellera, Jennie se dio la vuelta y me abrazó enrroscando sus piernas con las mías.

— Hace frío — se quejó.

Podía escuchar la lluvia de afuera y un poco de ruido de la ciudad. Los padres de Jennie aún no habían llegado, ella me había dicho que se estaban separando, que su papá tenía un romance con otra mujer. Y que su madre estaba haciendo lo mismo, yo no dije nada, no tenía palabras. Pero también le confíe cosas que no le había dicho ni a mis amigas, como que mi hermano mayor peleaba mucho con mi madre y por eso decidí vivir alejado de ellos, que nuestro padre nos había abandonado hace muchos años o que mi madre era alcohólica.

Sus manos acariciaron mi pecho y me besó un poco, escondidas entre los cobertores pegué su cuerpo más al mío y deslicé mis labios por su cuello y mis manos en su trasero, ella gimió despacio en respuesta, se había vuelto demasiado atrevida pero seguía teniendo un aire de inocencia en sus toques. Bajé su pijama hasta las rodillas e hice lo mismo con la mía, que era de ella pero me la había prestado.

— Quiero follarte — susurre en su oído, su cuerpo se removió nervioso mientras empezaba a frotar nuestras intimidades.

— ¿Vas a detenerte si no me gusta?..

— Lo haré — le dije acomodando algunos mechones de su cabello.

— Tengo algo de miedo.

— Voy a hacerte ver fuegos artificiales, te lo aseguro.

Lo siguiente fue intenso, choque de pieles desnudas, cuerpos calientes, besos desesperados, gemidos fuertes, nuestras bocas comiéndose una a la otra, sus uñas enterrándose en mi espalda desnuda mientras la preparaba con mis dedos.

Y cuando me enterré en ella, la que vio fuegos artificiales fuí yo.

La jodí de tantas formas posibles, debajo de mí, arriba de mi, de lado, boca abajo, Jennie tenía bastante energía.

— Mierda — dijo desesperada moviendo sus caderas. — Se siente bien ahí... ahh..

"Lisa, Lili, Lalisa, Lisa... Lis... Jesucristo... Lili, Lalisa.."

Mi nombre saliendo de sus labios en gemidos fue gratificante.

Hasta que me corrí y caí muerta en la cama, agotada, cansada y pegajosa. Había cumplido mi reto y no tenía pruebas de nada.

Tuvo el rostro colorado todo el tiempo, le dí un beso en los labios cuando la dejé en su salón.

Y luego caminé tarareando bobamente hasta el mío

Y luego caminé tarareando bobamente hasta el mío

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Solo una semana | 𝗝𝗟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora