Morgue

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Cap.5

Al descorrer las cortinas, observó la sala que se encuentra ahora iluminada por el sol ya ardiente que se cuela por la ventana. Busco señales de Lucas con la mirada y no encuentro rastro de el. Camino por la pequeña sala acordándome de todo lo que sucedió desde a noche. La espantosa, pero atractiva cara del pelirrojo asustando me, hasta el agudo dolor en mi pecho.

Me levanto del sofá y subo a mi habitación, al mirar el pequeño reloj digital, me atragantó. Ocho y cincuenta y tres. Rápidamente tomo mi cartera y corro hacia la puerta principal, acordándome de mi reunión con Mika.

Siete minuto después me encuentro frente a la puerta rebuscando mis llaves , calurosa y nerviosa. Tras encontrarlas, ato mi cabello en una coleta, haciendo caer mis risos a ambos lados de mis hombros. Tomo unas converse, cuando escucho la bocina de un auto, insistir frente a mi puerta de entrada.

Al salir, de la casa nuevamente, veo a Lucas recargado de la pared —¿En verdad piensas ir?

—¿Tu que creés?

Me observa, con esos orbes verdes esmeralda, que me hacen sentir estragos en el pecho —No tiene caso que lo intente impedir pero, ¿Qué es más importante? ¿Tu vida, o esa misión?

—Pues ahora mismo, llegar antes de las nueve a ese auto —bajo los escalón de entrada de la casa corriendo, hasta llegar a la Hummer negra, dejando un muy hastiado Lucas en la puerta.

Media hora después, llegamos a lo que parece una casa de campo muy hermosa. Bajo y miro los alrededores, cuando visualizo un muy arreglado Mikael, salir de un pequeño kiosco con techo de paja.

—Me avisaron que llegaste un minuto tarde. Creo que fui muy claro al decir que odio esperar.

—Creo que no lo fuiste, cuando siquiera me dejas escuchar bien, antes de cortar la llamada.

—Juegas con fuego pequeña, Kay —Fija su mirada en lo que traigo puesto, deteniéndose de más en mis pantalones acampanados.

—Creo que me empecé a quemar en el momento que apareciste en mi visión y no lo digo como un cumplido.

Mika sonríe achinando sus ojos. Pasa una mano por sus rizos mirándome de soslayo —Tenemos cosas más importantes que hablar, pasa adelante —Me invita a entrar en el muy decorado kiosco. Entro y tomo asiento frente a el.

—¿Entonces una morgue? Ya me habían advertido que estás mal de la cabeza, no creí que tanto.

—Pues quien te advirtió, se le olvidó mencionar que tan desquiciado puedo llegar a ser.

—No, creo que eso sí me lo dijo, solo no le hice mucho caso a esa parte —Enarque una ceja y lo mire divertida.

—Aquí tienes todo lo necesario para que te infiltres. Recuerda que no hay opción y si nada sale como lo espero, tu pagarás las consecuencias.

Mire un pequeño bulto deportivo que se encontraba a sus pies. Lo levantó y me lo extendió —¿Que se supone que debo encontrar?

—¿Te gusta jugar al carnicero? —Lo miré sin comprender. El solo me devolvió una sonrisa llena de satisfacción.

—Cuchillos. grandes y filosos cuchillos ¿Para que servirán? —Preguntó retóricamente —Pues para abrir un cuerpo y hurgar en sus entrañas hasta encontrar una pequeña llave...

PAGANDO POR LA MUERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora