PRÓLOGO

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Bajo las escaleras tomando aire, había reunión, lo que significaba que él estaría ahí. Llego a la sala de la reunión y mi mano tiembla antes de abrir la puerta.

Al entrar dirigen su mirada brevemente en mi dirección, tomo asiento en mi sitio de siempre y empezamos la reunión. Evito todo el rato girarme en su dirección, pero es como si no lo pudiera evitar, como si una cuerda tirase de mí hacía él.

Mi mirada se desvía un momento de la conversación para estudiarle, parecía estar tan cansado como yo. Unas profundas ojeras se marcaban bajo sus ojos sin brillo, su pelo alborotado, su piel más pálida que de costumbre y sus nudillos ensangrentados.

Cuando su mirada se encuentra con la mía la aparto con rapidez, no podía mantenerle la mirada, porque rompería a llorar.

Una mano se posa sobre la mía, dando una suave caricia en esta. No me hacía falta mirar para saber de quién se trataba. Le devuelvo un suave apretón y me enfoco en la charla. Cuando la reunión acaba, me quedo sentada unos segundos después de que el resto se marchase.

-Algun día tendrías que hablar de lo que pasó con alguno de nosotros -miro a la pelirroja y suspiro.

-Lo sé, pero necesito tiempo.

-Pase lo que pase, estamos aquí, no nos alejes -besa mi frente y sale de la sala.

No nos alejes.

Pero eso era justo lo que debía hacer si quería mantenerlos a salvo.

Regreso a mi dormitorio y guardo unas últimas cosas en mi maleta. Esperaría a la noche para marcharme.

Hice la promesa de protegerlos, y eso era lo que iba a hacer.

Dejo la alarma preparada antes de echarme en la cama, quería descansar un rato antes de marcharme.

Estamos aquí.

Pero ya no era lo mismo. Ya no éramos los mismos. Porque por mucho que lo intentásemos, no éramos la familia que fuimos en su momento.

Los Vengadores ya no existían.

DEATH SOLDIER || BUCKY BARNESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora