Capítulo 8

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Al día siguiente me siento mucho mejor.

Me levanto con el tiempo suficiente para prepararme sin andar a las corridas, y eso ya es bastante para que mi humor vuelva a ser como el de antes.

Es martes pero mi cuerpo se siente agotado de la fiesta. Y no puedo creer todo lo que me ocurrió en los primeras dos semanas de mi segundo año en la misma universidad donde había pasado desapercibida meses atrás.

Desayuno algo liviano y sobrevivo a todas mis clases con éxito. Luego almuerzo con Tara y Lara y nos ponemos al día sobre la fiesta en la biblioteca, mientras buscamos algunos textos para estudiar después.

-¿Cómo estuvo tu primera fiesta de fraternidad? -pregunta Lara apoyada en uno de los estantes llenos de libros.

-Bastante bien.

Respondo vagamente y evito hacer contacto visual. Lo último que deseo es que sepan con quién terminé la noche.

-Liam me preguntó si estabas saliendo con alguien.

-¿Ah, si? ¿Y qué le dijiste?

-La verdad -contesta y toma un libro azul de los estantes-. Que estás sola y lista para divertirte.

-Bueno, Liam es un encanto -confieso de buen humor-. Al principio, cuando se me acercó a hablar, no supe interpretar si quería ser mi amigo o algo más. Pero me cayó bien al instante.

-Creo que hizo mucho más que caerte bien -murmura Tara, uniéndose a la conversación-. El chico te estaba metiendo la lengua hasta la garganta.

Suelto una risa espontánea y una profesora que pasa por nuestro lado nos hace un gesto con su dedo índice para que no hagamos ruido.

-Lo siento -digo en voz baja y me vuelvo a mis amigas-. Compartimos clases desde el año pasado. ¿Pueden creerlo?

-Eres demasiado distraída para notar esas cosas.

-Odio admitirlo pero tienes razón, Lara. Por ejemplo, en literatura inglesa Matt Benson se sentó al lado mío y lo noté recién al tercer día.

-Matt Benson… -Lara susurra su nombre con deseo y cierra sus ojos con lujuria-. Daría lo que fuera por ser sentarme al lado del dios del sexo.

-¿No te lo habías follado? -pregunta su hermana distraída entre los títulos de los libros.

Tara es directa y no tiene pelos en la lengua. Me hago la indiferente y espero con impaciencia a que responda esa pregunta.

-Lo intenté pero no tuve éxito. Matt Benson sólo se acuesta con lo mejor de lo mejor.

Suelto una risa burlona por la estupidez que acabo de escuchar y ambas me miran como si estuviera loca.

-¿Qué? Benson es como cualquier otro hombre. No creo que sea demasiado quisquilloso cuando se trata de mujeres.

-Char, claramente no lo conoces -responde Lara y me sonríe de manera condescendiente-. Ése chico es una bestia en la cama y nada de lo que esté por debajo de la perfección es digno de su atención.

-No sabes si es una bestia en la cama, Lara. Al menos no por experiencia propia -interviene Tara para picar a su hermana y deja dos libros sobre la mesa-. Cuando se trata de la vida sexual de Matt todo se reduce a cotilleos y suposiciones.

-¿Como si fuera una leyenda urbana? -murmuro aún sin poder creérmelo y ambas asienten-. Siempre pensé que era un mujeriego empedernido.

-Ojalá fuera un mujeriego, eso me daría al menos la chance de acostarme con él -murmura de mala gana Lara y luego suelta un suspiro dramático-. No tienes la culpa de vivir debajo de una piedra, Char. Pero es de conocimiento común que no suele tener sexo con cualquiera.

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