CAP 10 - Un Adiós

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Lin

Dejamos a mis hermanos en una celda de la alcaldía, junto a varios lobos que decidieron jurarle lealtad a mi amado.

El día estaba gris y melancólico, caminaba junto a Lucían, hacia el cementerio donde serían enterrados los padres de él. El ambiente estaba cargado de tristeza y pesar, sabía que mi papel en este momento como su compañera era ser un apoyo constante en esos momentos difíciles.

Le tome de la mano, adentrándonos en el tranquilo cementerio. Él llevaba en su rostro una expresión de dolor, sus ojos reflejaban la pérdida y la nostalgia por sus padres. Aunque también estaba afligida por la situación, me mantuve fuerte y decidí ser un faro de consuelo para él.

A medida que nos acercamos a la tumba, y note que la mano de él me apretaba con fuerza. Con ternura apreté su mano en respuesta, transmitiendo un mensaje silencioso de que no estaba solo en su dolor.

El entierro fue un momento lleno de emociones encontradas. Los amigos de ellos estaban reunidos compartiendo sus recuerdos y lágrimas mientras despedían a los padres adoptivos de Lucían. Me mantuve a su lado en todo momento, brindándole apoyo físico y emocional.

Cuando llegó el momento de pronunciar unas palabras, tome su mano con suavidad y le dio un apretón reconfortante. Sabía que era difícil para él expresar sus sentimientos en ese momento, pero con voz firme pero conmovedora, él compartió hermosas anécdotas sobre sus padres adoptivos y el amor que habían compartido con ellos. Recordó momentos de alegría y amor, destacando la forma en que habían influido y cómo su legado seguiría vivo en su corazón.

Después de la ceremonia, acompañé a mi maté a un lugar tranquilo cerca de la tumba. Allí, nos sentaron juntos en un banco y guardaron silencio durante un momento, permitiendo que el peso del duelo se asentara.
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Lucían

Cuando ya caiga la noche decidimos ir a la antigua casa de los que me reconocieron como hijo.

Lucían: Creo que después de esta noche, ya no volveremos por aquí.

Lin: Sabes que te seguiré a donde sea, pero que sucederá con los jóvenes?!

Lucían: Tenemos que hablar con ellos, y creo que también iremos a darle una visita a tus padres.

Lin: Ha mis padres?!

Lucían: Si, tendremos que ir al territorio de la manada Silvermane.

Lin: Y eso amor?!

Lucían: Debemos aclarar las cosas de las que hicieron tus hermanos, y ver la posición de los lobos que nos juraron lealtad.

Ella asiente y entramos a casa, y subo al cuarto principal donde dormía Juan y Martha, mientras Lin decidió preparar algo para comer.
Entre a la habitación y empecé a recordarlos, agarre una maleta de debajo de la cama empiezo a meter ropa de Juan como chalecos, pantalones jeans, pantalones vaqueros y varias botas, y al fondo de su armario veo una gabardina de cuero negro con un pelaje gris en su interior, junto a unos vaqueros negros y una par de botas de cuero que cuando las agarro cae de dentro de ellas un collar de plata, así que decido poner los anillos su matrimonio en ella y colocarme lo al cuello.

En ese momento Lin entra a la habitación y me dice que la ducha estaba listas.

Con la mirada cargada de deseo y complicidad, ella me guió hacia el baño. Ella empezó a quitarme lentamente la ropa, dejandome al descubierto. Así que esta vez empiezo yo a quitarle su ropa, y los rayos de la luna se filtraban a través de la ventana, iluminado suavemente su cuerpo y dejandome ver cómo se realzaba su belleza.

Con el agua caliente cayendo sobre nuestros cuerpos desnudos, nos adentramos más en la ducha. Las gotas de agua resbalaban por nuestras pieles, mezclándose con suspiros y caricias.

Ella se coloca de espalda, empiezo a besarle el cuello lentamente, mientras mi mano derecha va bajando lentamente hasta su entrepierna sintiendo que se está humedecido y la oigo gemir, y mi mano izquierda se dirige así su seno y empiezo a jugar sin dejar de besarle el cuello, la nuca y recorríendo un poco su espalda subiendo nuevamente hasta su oído, y mordiéndose lo despacio, lo que provoca que ella empiece a mover sus caderas haciendo que me ponga cada vez más dura, y entonces empiezo a introducir mis dedos dentro de ella, moviéndolos lentamente, haciendo que ella mueva más sus caderas y empiece a gemir cada vez fuerte, mi cuerpo no aguanta más y decido correrme al mismo tiempo que ella.

En Búsqueda De Mi MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora