La vida de PokeSexuals

Capítulo 153: Abelia (Dracovish) y Lyndon (Masculino)

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Abelia (Dracovish) y Lyndon (Masculino)

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¡En algún desierto en alguna región, se ve una batalla que termina!

"¿Es eso... todo lo que... tienes..." jadeó un hombre de pie con un Lechonk.

"Sí, claro... No he terminado... todavía..." jadeó un hombre que estaba junto a Dracovish.

'¿Por qué están sin aliento cuando somos nosotros los que luchamos?' Pensaron ambos Pokémon.

"¡No... voy a... rendirme!"

Dracovish y Lechonk cargaron el uno contra el otro una vez más, chocando entre sí tan fuerte como pudieron, ¡causando una explosión de alguna manera!

Ambos hombres se taparon los ojos y después de que el humo se disipó... ¡el Lechonk estaba caído!

"Ja... ja... camino por recorrer... Dracovish".

El Dracovish enojado se dio la vuelta y luego señaló el collar alrededor de su cuello.

"Oh cierto. Lo siento Abelia, sigo olvidando que te puse un apodo". El hombre se rió entre dientes mientras se rascaba la nuca.

Lyndon, perderías la cabeza si no estuviera unido. Pensó.

"Pero mira el lado positivo, ¡ganamos!"

Abelia suspiró y se encogió de hombros.

"¿Qué? ¿Qué dije?"

Si Abelia realmente pudiera hablar, le daría a este tipo una lista de las cosas por las que ha suspirado. "Lyndon, te quiero mucho, pero necesitas ayuda para recordar los nombres de las personas y los apodos de Pokémon".

Lyndon tenía piel clara, ojos amarillos y cabello azul corto. Tenía un suéter de color canela, pantalones negros y sandalias marrones, pero no calcetines. También era bajo, delgado y débil físicamente.

"Vamos a casa, siento que estoy a punto de desmayarme".

Luego lo recogió y lo llevó hasta allí.

"Espera, puedo caminar a casa solo".

Ella negó con la cabeza.

Más tarde en casa, Lyndon revisa su buzón y encuentra una carta. "Por favor, no seas otro proyecto de ley". Abrió la carta...

"Estimado Lyndon,

He reconocido tus habilidades de lucha. Ven a la Región ******* para competir en un torneo y ver si eres digno de luchar contra mí.

Firmó al campeón Chad".

"¡Santa vaca!" jadeó. "¿Una nueva región para un torneo? Esto es... es... tengo que sentarme". Y luego comenzó a enloquecer cuando se sentó. "Oh no, ¿una nueva región? ¿Un torneo? Eso es mucho más de lo que estoy acostumbrado". Ahora se estaba mordiendo las uñas. "¿Qué pasa si no supero los preliminares? ¿Qué pasa si el avión explota y termino como esa gente de Lost? ¿Qué pasa si llego allí y termino siendo atraído a una trampa donde alguien roba un riñón y todos mis Pokémon? !?"

Empezó a entrar en modo de pánico y comenzó a caminar de un lado a otro.

"Tantas cosas que podrían salir mal, podrían salir mal. Claro que esto es grande, pero eso solo significa más presión de la que preocuparse".

'Estoy tratando de disfrutar este delicioso bistec, ¿cómo puedo hacer eso cuando mi amado idiota está teniendo un ataque de pánico?' Pensó Abelia mientras se levantaba. Ella se movió cuando él comenzó a hiperventilar antes de abofetearlo.