Capítulo 1. Mi semana

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Sin duda alguna esta semana la puedo considerar como la peor de toda mi vida.  

El lunes mi novio, con el que llevaba ya tres años viviendo, me dejó por que según él no soy lo suficientemente "animada" en la cama, que le aburro, ¡vamos! Por lo que si no te cuento que previamente encontré a su compañera de trabajo arrodillada haciéndole un trabajito en nuestro sofá aún tendría un pase. No falta decir que los eche a patadas, a medio vestir, aunque el piso está con el contrato a su nombre.  

El martes aparte de estar totalmente destrozada por lo ocurrido el día anterior, de no haber apenas descansado y de que mi jefe me llamara la atención por las pintas que traía a la oficina, siendo yo la cara que ven antes de pasar a su despacho, volviendo del trabajo, ya casi de noche, empieza a caer una tormenta de las que hacía meses no veía, en pleno verano, y acabo empapada como no lo estoy ni cuando me pego un baño en la piscina.  

El miércoles por la mañana me doy cuenta de que el portátil del trabajo, que iba en mi bolsa anoche, está incluso más mojado que yo ayer, por lo que me temo que todo el trabajo que había allí guardado con las reuniones del día anterior, todos los acuerdos y agenda han desaparecido. Llego antes al trabajo e intento buscar una manera de poder conseguir todo lo que creo perdido, poniéndome en contacto con los técnicos en cuanto llegan por la puerta. Solo consigo algo de lo que había perdido y parte de la agenda de mi jefe, por lo que este me vuelve a meter bronca, regañándome por lo irresponsable que he sido... 

El jueves la cago a lo grande, la agenda que había recuperado era anterior al martes por lo que algunas de las citas habían cambiado o simplemente se habían eliminado provocando que mi jefe fuera a una comida con unos de sus clientes más importantes en un restaurante totalmente erróneo, a más de una hora de diferencia con el restaurante en el que si se encontraba el cliente, suerte que el resto lo recordaba bastante bien. No falta decir que me dieron un ultimátum, una cagada más y me voy a la calle.  

¡Y hoy es viernes! si, sé que aún quedan dos días más para acabar la semana, pero los fines de semana no cuentan. Y aquí me encontraba yo dispuesta a todo, a llegar pronto y ponerme perfecta para que me vean con buena cara, por lo que me maquillo un poco, me pongo una falda de tubo negra y una camisa de manga corta blanca, con algo de escote, medias finas con una raya detrás que le dan su toque y unos zapatos de tacón negros, cojo mi americana negra (en el trabajo está el aire acondicionado bastante fuerte) y me dejo mi pelo rojizo suelto. No solo he llegado unos tres minutos tarde, no, eso tiene un pase, pero al entrar en el ascensor corriendo como una loca y casi lanzándome al interior el lateral de mi falda se ha rajado un poco, bueno eso lo puedo ocultar estando sentada en mi silla como una buena secretaria. Me dispongo a picar al décimo cuarto piso y me doy cuenta de que ya ha sido marcado, un hombre se encuentra tras de mi por lo que imagino que vamos a la misma planta, le saludo y no recibo una respuesta, el tipo se encuentra apoyado como si nada en la pared del ascensor mirando su móvil, ya se dará cuenta de que en este ascensor no hay cobertura. De repente unos parpadeos en las luces del ascensor me llaman la atención y... ¡pum! el ascensor se para haciendo un pequeño ruido, las luces y la música de ascensor desaparecen y una luz roja comienza a parpadear en el interior.  

-Me cago en la...- comienzo a gritar, dándome cuenta de que no estoy sola en el ascensor, por lo que volteo a ver al hombre que se ha quedado encerrado con la chica a la que obviamente le han echado mal de ojo, porque no jodamos, ¡no puede ser que todos los días de esta semana me pase algo malo! 

El hombre ya no miraba a su teléfono, supongo que hacía varios pisos que se dio cuenta de que no iba a hacer nada con ese trasto, se encuentra con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón de traje y me mira divertido, con una sonrisa en la cara y... joder menuda cara. Creía que solo existían tipos así de guapos en las revistas, pero se ve que no es así porque justo detrás mío había un pedazo de hombre de lo más guapo, con una cara realmente bonita. El problema es que con la luz roja parpadeando realmente no sabría decir que color de ojos o de cabello tiene ya que está bastante oscuro, pero realmente lo poco que veo de él es bastante atractivo.  

Moxie #Stone1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora