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-¿Juntos verdad?
-Juntos, por siempre
...
Se encontraba pensativo mirando sin sentido a la mezcla de tizas y murmullos, aquel hombre hablaba de ¿De que?. No lo recordaba el lápiz que comúnmente presionaba sin descanso y estrujaba con nerviosismo ahora estaba suspendido entre la nada y la hoja. Era extraño, dolía, dolía mucho.
(Juntos, juntos, juntos, ¿Por qué no estamos juntos?.)
- Y bien joven Marion, ¿alguna opinión del tema? -esperaba una rápida respuesta, más esta nunca llegó, el salón se quedó silencioso, vacío, la voz de la razón se había  cegado.
-¿Joven?¡Joven Marion!- pronunció un poco desesperado, no era normal ese comportamiento en su alumno (estrella)
-¿ah?¿Que?- miró con sorpresa a su profesor y se dio cuenta en dónde estaba, podía sentir  las miradas de sus compañeros posadas en el- Disculpe ¿Dijo algo profesor?.
-Estábamos hablando del poema de Lor Byron y me gustaría que respondiera a una pregunta.
Eddward parpadeo repetidas veces, sin querer volteo a ver a Eddy de Eddy a la pizarra y de la pizarra al profesor.
-¿Que poema?- miro a todos lados buscando el dichoso poema.

-¿No estuvo atento verdad?- la pregunta no era de molestia si no de sorpresa, pensó que quizás su alumno tenia un nuevo examen o alguna cosa de la institución importante y lo dejo pasar.

-Bueno seguimos con la clase, el poema está compuesto por...- en cuanto el profesor volvió a la pizarra el volvió a su mundo de fantasía, nadie noto que la ventana de su costado estaba temblando.
La campana sonó dando inicio al recreo, la mayoría de jóvenes rumbo a la cafetería, algunos guardando sus cosas.
-Oye cabeza de calcetín, ¿Qué paso en el salón?, cabeza de calcetín, ¡Eddward!
-¿Ah?, ¡Oh mis disculpas Eddy! ¿Qué decías?- se puso nervioso
- ¿Qué te pasa?, desde hace tiempo que estás distraído y eso es raro en ti.
-¡Quizás doble d este bajo los efectos de los aliens!- dijo Ed haciendo movimientos raros.
-No, Ed, no solo que eh estado un tanto preocupado...- su vista se quedó en la nada, sentía un extraño olor familiar por el lugar pero era incapaz de ser más claro con sus amigos.
-¿Tus sueños raros otra vez?¡Oh vamos cabeza de calcetín hace días que es lo mismo! ¿No te estarás volviendo loco?.
Doble d se les quedó mirando tenía pánico quizás su amigo tenía razón, esto estaba llegando demasiado lejos, tanto era que estaba afectando su rendimiento académico.
-Déjalo ya doble d vamos a la cafetería- el de gorra callo y siguió su camino hasta que en un momento volteo su mirada al grupo de las Kankers, las chicas ahora parecían odiarlos de echo no sabía si era odio de un momento a otro dejaron de seguirlos pero lejos de ser un alivio se volvió una constante pelea entre ambos grupos, principalmente con Eddy, mientras tanto Ed vivía en su mundo y el, el solo se dedicaba a ignorar casi todo, entre ellas y los del barrio no eran la gran cosa solo palabras, piedra y palos sin importancia, iba desviar la mirada pero una cosa llamo su atención o más bien unos ojos, morados como una amatista, como ella.
-¡Maldita sea fíjate por dónde vas doble tonto!
Ahí estaba en el piso totalmente indefenso (doblégate doblégate respira no tengas miedo), el gran capitán Kevin Dorm con su séquito lo paro de inmediato para verlo de frente a la cara.
-Valla, valla ¿Es que tus lentes no son lo suficientemente grandes para que te des cuenta? Tu gran estúpido.
-Y-yo lo sien-ento Kevin no volverá a pas- no le dio tiempo de hablar cuando fue tirado hacia otro chico y así entre todo ese grupo Edd era una pelota que lanzaban y maltrataba cuanto se les diera la gana.
-¡Déjalo en paz cabeza de pala! -Eddy salió en defensa de su amigo.
-Oh miren un enano salió en defensa del tonto- cuando Edd llegó otra vez a los brazos de Kevin trató de zafarse, no por salvarse si no para evitar que su amigo estuviera en problemas.
Kevin aferró más su mano al cuerpo del delgado -Quedate quieto, maldita sea - dijo con amargura.
Justo cuando Eddy estaba listo para saltar sobre Kevin, el grito de un perfecto del colegio resonó en el pasillo.
-¿Que es lo que está pasando aquí?- miro con detenimiento a cada uno, pero ya sabía a quien llevarse al salón de castigos.
-Alumno Dorm y Skipper a castigo ¡Ahora!- al pronunciar esas palabras ambos alumnos soltaron un chasquido de fastidio.
-P-pero- Doble d quería hablar a favor de Eddy pero este con una mirada supo hacerlo callar. Y eso hizo callo como siempre, como le habían enseñado.
(Quiero hablar, por favor déjame hablar).
Con tristeza miro como su amigo y Kevin eran guiados hacia su castigo, odiaba ese salón aunque sabía para que era, lo odiaba, le recordaba ese armario viejo, lleno de astillas con una figura de Cristo en agonía colgado sobre una mesa con velas alrededor.
(Reza pecador, reza, solo así te salvarás de tus pecados).
-¡Doble d!- grito Ed por cuarta vez mientras movía los brazos en frente de su amigo.
-¿Eh?- doble d mío con sorpresa a su amigo y luego a los demás que miraban con sorpresa un foco, no supo por que hasta  que elevo la mirada y lo vio, el foco parpadeaba pero ya no tenia el vidrio que lo protegía, regado por el piso justo detrás de el... ¿Qué paso?-tartamudeo.

¡El foco hizo boom¡- dijo Ed abriendo las manos y elevándolas,-doble d casi te caen los pedazos- abrió los ojos y se puso a revisar su cuerpo con rapidez, pero después entro en pánico... hace mucho que no tenia esos arranques... no desde esa vez... Ed estaba por hablar hasta que vio los ojos de su amigo azules gélidos, que lo penetraban y parecían regañarlo, no supo como pero doble d le agarro el brazo con fuerza y se lo llevo lejos del lugar.

Nathan miro con sorpresa como el chico se llevaba a su amigo y sobre todo por los pedazos del foco, no era un lugar cinco estrellas pero tampoco para que estén reventando foco así por así, tal vez debería ignorar todo y buscar al conserje.

Seguían caminando, hasta que Doble D escucho un llanto... recordaba ese llanto, soltó a Ed-Ve por la profesora Allen...AHORA-grito sin darse cuenta, cuándo estuvo solo aunque iba en contra de sus principios entro en aquel baño, camino hasta las regaderas y la vio, un cuerpo blanco casi pálido como el suyo cubierto por una toalla, cabellos negros largos que se pegaban en su cara y en su cuello, sentada intentando pararse pero sus piernas no le ayudaban, debajo de ella un rastro de sangre que se iba junto con el agua.
(Que la sangre de Cristo tiene poder y con ella se irán tus pecados)
Se agachó de a pocos hasta sentir sus rodillas mojadas, miro la mano de la chica y ella levanto el rostro, un rostro roto y dolido, sus ojos se llenaron de esperanza se abalanzo contra el chico pero fallo y termino manchando la polera marrón claro, está vez el la ayudo a recostarse en su pecho comenzando a calmarla -Estoy aquí, mi niña, estoy aquí- le susurro en su oído, las lagrimas comenzaron a salir y se aferro con mas fuerza a Edd y para ninguno de los dos fue una sorpresa que de nuevo el foco explotará.
(Juntos estaban juntos como siempre).

No eran como penséDonde viven las historias. Descúbrelo ahora