cómo lo dice el título son traducciones y diferentes cosas de Record of Ragnarok y algunos son un tanto "especiales"
Obviamente la mayoría de las historias no son mías
créditos a su respectivo autor@
1. La lectora tiene rasgos de personalidad similares a Mitsuri Kanroji (Demon Slayer), por lo que estará adulando a Qin Shi Huang (lol)
2. Sé que no todos somos altos, pero para esta historia, tú eres alto.
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Después de seguir a Brunhilde y Göll para ir a ver a Buda antes de que tuviera que curarle las heridas, te quedaste con él un poco más para darle algunos dulces que escondiste y hablaste con él durante un breve período de tiempo después de que te dijera cortésmente que si podías ir a buscar a las enfermeras.
Caminaste lentamente hacia donde viste por última vez a Brunhilde y su hermana, pero terminaste perdida. Puede que seas una deidad, pero a diferencia del resto de tus compañeros deidades, en realidad te importaba un bledo la humanidad y estabas en contra de borrarlos a todos. También llegaste a amar a las valquirias y las encontraste entretenidas.
Como estabas tan perdida en tus propios pensamientos, sentiste que algo andaba mal y te detuviste abruptamente. La pared a tu izquierda estalló repentinamente, dejando un gran agujero y cauteloso. Para tu sorpresa, un hombre con un paño envuelto alrededor de sus ojos y vestido con un atuendo chino salió del agujero.
"Oh mi... Ese humano se nota a leguas que es muy fuerte." Este fue tu primer pensamiento al verlo. Mirando los escombros y los restos del muro, estuviste a punto de dar un paso atrás para no avisarle de tu presencia pero...
"¡Mujer! Muéstrame dónde está mi sala de espera".
Demasiado tarde, él lo sabe. Te congelaste, sin saber que decir. Es un humano, pero te sentiste un poco asustada.
Por instinto, te acercaste a él y le señalaste la sala vip por accidente.
"Ah. Debe ser esa. Ven". Dijo en un tono de señas, sin molestarse en decir gracias. Mientras pasaba junto a ti, tú notaste que era más bajo en comparación contigo. Distraídamente seguiste al hombre, asimilando mentalmente las características que tenía.
"¡Ah, su cabello se ve tan suave! Y su ropa es ciertamente bonita". Chillaste mentalmente, creando cierta distancia del bonito sofá. Observó al hombre pasar junto a los dos dioses, Ares y Hermes, y sentarse en el sofá.
"¡Hao! ¡Este es un asiento espléndido!" El hombre habló, sonriendo ampliamente. Para ti sonaba bastante juguetón. Casi como un niño.
"Tal vez si lo miro más de cerca…" Dio algunos pasos hacia adelante, mirando atentamente al hombre más bajo con curiosidad.
"Espera... Se ve familiar..."
Reflexionaste, tratando de recordar por qué era tan familiar. Entonces volvió el recuerdo. Brunhilde te había mostrado la lista de los luchadores de la humanidad y resulta que tuviste que ver fotos de dichos luchadores. Entonces las piezas se juntaron...
"Su nombre es Qin Shi Huang, si no recuerdo mal. ¡Gah! ¡Incluso su nombre suena atractivo!" Ahuecaste tu rostro, sintiéndote sonrojarte ante el pensamiento. Aunque desconectó a los dos dioses, no desconectó donde el hombre llamado Qin Shi Huang simplemente había levantado la mano, volteando a Ares sobre su espalda en solo segundos.
Decir que tú y Hermes estaban conmocionados es quedarse corto.
"¡Ah! ¡Esa fuerza suya es cautivadora!" Tus ojos brillantes escanearon a Ares en busca de más lesiones. Luego cambiaste tu mirada a Qin, quien señaló con sus dedos con "garras" al Dios curvado frente a él.
"Humillaos". Habló de nuevo. Dirigiste tus ojos brillantes hacia el hombre, sintiendo una oleada de emoción acumularse dentro de ti.
"¡Se ve tan apuesto en esa posición! ¡Solo quiero abrazarlo tanto!"
Escondiste tu rostro de ellos, avergonzada por tu fascinación por el humano.
"No importa qué es este lugar..."
Qin cruzó las piernas en el sofá, apuntando sus dos dedos con "garras" hacia abajo, como si quisiera insinuar algo...
"Están en presencia de un emperador. El trono es donde me siento".
Esto irritó a ambos dioses, pero trataste de alejarte para no molestarlos más.
"¿Y tú a dónde crees que vas mi hermosa muñeca?"
Te detuviste en seco. Pensaste que se había olvidado de ti y que solo necesitaba encontrar este lugar. Ay, qué equivocada estabas...
"Una muñeca como tú, merece sentarse junto a un emperador, Vuelve". El demando. Caminaste de regreso a Qin sin pensarlo dos veces, dejándote caer al lado del hombre. Si hablar era suficiente para ponerte nerviosa, sentarte a su lado lo empeoraba.
"Espera, ¿me acaba de llamar muñeca?"
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