Antes

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Hablar de Sarada se había convertido en algo sumamente doloroso para Chöu, recordaba como la describía anteriormente, veía a Sarada con una sonrisa en su rostro y con obstinación, pero ahora esa imagen que ella tenía sobre su amiga era diversa, alejada a esa realidad que creyó sostener. Hace días que no andaba en su patineta, ya no se quedaba hasta tarde, se escabullía en la cocina, no quería tener contacto con la gente. Les había mencionado que dijeran que ella no trabajaba ahí, y que no estaba disponible en caso de que alguien la notara.

—Sarada era la típica chica que vestía holgado—Empezaba a describirla físicamente—Momjeans, camisas de franela, tenis blancos, no lo sé chico, ¿Por qué me preguntas eso?

Se había estresado con las preguntas de Denki provocando que las oleadas de cuestionamiento regresaran a ella. Conocía a Sarada desde secundaria, sus personalidades casi no lograron encajar, pero finalmente encontraron la manera de hacer funcionar esa relación amistosa. Los primeros días la imagen de Sarada venía a su mente, con el suéter limpio, la falda planchada y el cabello repleto de espray para que nada se saliera de su lugar, a Chöu le caían mal ese tipo de personas, solía decir que eran presumidas y alzadas, así que evitaba entablar conversación con ella. Chöu estaba rodeada de niños, no solía llevarse con las mujeres interesadas en su imagen, en el aseo, en lo que debería convertirlas en una niña más femenina; Ella se enfocaba más en los chistes, los comentarios absurdos, las imágenes sin sentido que podías escuchar y te hacían reír, en las pláticas de películas de terror y en retos absurdos donde no temía mostrar su seguridad, donde no temía maldecir en voz alta, y hacer comentarios fuera de contexto; Era demasiado honesta para el mundo de las chicas, demasiado curiosa para poder compartir sus gustos con ellas, con las chicas, aquellas personas raras con las que no empataba, al igual que Sarada, no le gustaba encajar, ni complacer, era demasiado despierta, se animaba a cuestionar, a no quedarse callada, y una niña segura a veces daba más miedo que un adulto inseguro.

A Chöu en esos tiempos le era indiferente la atención romántica o las relaciones extensas, pero la presión por parte de las otras chicas no se hizo esperar, obligaron a Chöu que se le declarara a alguien que no tenía el mínimo interés en ella, y que ella no tenía el mínimo interés en él; Chöu iba con la seguridad de que él estaría babeando por ella, dispuesta a negociar la relación con él. Los chicos le habían comentado que lo chic en el mundo de las niñas era tener alguien babeando por ti y le recomendaron que él era la persona indicada, no necesariamente tenían que tener algo, sino que debías tener a alguien detrás, eso le agradó, iba con la intención de alardear sobre las intenciones de los sentimientos de él, pero fue un golpe brutal, algo que no olvidaría, una broma cruel por parte de los chicos, siendo rechazada frente al grupo por él, siendo humillada por su peso, escuchando comentarios acerca de "Que creía, nadie se fija en las gordas" "Es demasiado gorda para estar con él" "Nadie le hará caso a alguien color chapopote" "Se humilló sola" Chöu no entendía que tenía de malo su aspecto físico, no se lo había cuestionado hasta que empezaron los señalamientos, Sarada escuchaba las burlas, y no dudo en levantar la voz. "Eres un ridículo, ¿Por qué crees que alguien como ella se fijaría en ti? Más bien ¿Por qué crees que una chica se fijaría en ti? Hueles raro, tu cabello esta sucio, y no tienes cejas" Las burlas no se hicieron esperar ante ese comentario y las chicas comenzaron a asentir, nadie se fijaría en él, era demasiado raro para que alguien tuviese interés en él. Sarada le dio una sonrisa tímida a Chöu y regresó a su libro, volviendo al anonimato.

Las bromas y los gustos raros las hicieron cercanas, las actividades poco comunes las fueron guiando a que otras personas se acercaran a ellas, pero que en poco tiempo las traicionaban por cosas banales, como las relaciones sentimentales. Ellas seguían interesadas en actividades como el patinaje, el skate y los grupos teatrales de historias de terror, hasta que Chöu empezó a desarrollar cierto gusto por la imagen personal, tomaba en consideración lo que decían que debías hacer para mantener un cutis sano, la alimentación que deberías llevar por las mañanas en las que involucraba a Sarada para sentirse acompañada en el proceso, y de cierto modo Sarada se vio implicada en ese aspecto del cuidado personal, se soltaba el cabello, a veces utilizaba lentes de contacto, dejaba la ropa holgada durante temporadas, experimentaban con diversos tipos de maquillaje, salían de compras a los tianguis, hacían cosas "normales y naturales" para las chicas de su edad, nuevamente todo se transformó cuando iniciaron los días de encierro, donde el bombardeo sobre las cosas que debías hacer a los 16 era más constante, y Chöu empezaba a consumir todo eso, creía que su vida se había terminado debido al encierro, que no podría volver a su vida normal, que había perdido la juventud y jamás recuperaría sus días más bebibles.

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