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Namjoon no entendía por qué no podía salir inmediatamente de Seokjin. Parecía estar atrapado en el interior del hombre. Su pene estaba hinchado y dolorido, pero podía sentir cada inspiración que el chico hacía, al apretar su sensible carne.
Era como una dulce agonía.
Una parte de él no quería salir nunca, sentir la apretada y tensa carne de Seokjin envolviendo su falo durante el resto de su vida. La otra parte, la parte irracional, quería correr tan rápido y tan lejos como sus pies se lo permitieran. Había visto muchas cosas raras en las últimas semanas, pero nada como esto.
Para colmo de males, había follado a Seokjin. Apenas recordaba haberlo hecho. Sabía con certeza que no lo había empezado. Por lo menos, estaba bastante seguro. El primer claro recuerdo era de cuando ya estaba en el interior del pecaminosamente apretado culo del pequeño hombre. Todo lo anterior estaba lleno de brumoso placer.
Dioses, si había lastimado a Seokjin nunca se lo perdonaría a sí mismo. Tal vez solo necesitaba estar lejos del hombre, entregarlo a Jimin, o algo, cualquier cosa para no fallárselo de nuevo, lo que era una clara posibilidad si seguían durmiendo en la misma cama.
Al instante sintió como su polla se desinfló, deslizándose libre del cuerpo de Seokjin, Namjoon rodó a un lado de la cama, y se levantó. Agarró su ropa, y corrió al baño, cerrando la puerta tras él.
Se apoyó contra la puerta, tranquilizándose lentamente, respirando profundamente, hasta que sus manos dejaron de temblar. Dioses, se había follado a Seokjin, y maldita sea si no quería volver a hacerlo. Pero el hombre era tan inocente, tan ingenuo. Y Namjoon se había aprovechado, aunque no lo hubiera comenzado.
Era un monstruo, clara y sencillamente. Su único curso de acción era marcharse. Continuar con la misión era un buen comienzo. Eso le daría algún tiempo para despejar su cabeza, y pensar en lo que era mejor para él, porque Seokjin ciertamente no lo era. Pasar más tiempo con él, probablemente únicamente dañaría al hombrecito aún más. Solo necesitaba dejar su cuidado en manos de otra persona.
Él pensaría sobre la cosa de "no poder salir del cuerpo del chico" más tarde, mucho más tarde. Con un plan en mente, Namjoon se aseó, y rápidamente se puso la ropa. Una vez estuvo listo para salir, agarró el pomo de la puerta. Tomando una profunda inspiración, abrió la puerta y salió.
Gimió cuando vio a Seokjin arrodillado en el suelo junto a la cama, con las manos cruzadas detrás, y la cabeza inclinada hacia el suelo. «Me cago en la puta». Namjoon lo levantó, y lo puso sobre la cama, luego tiró de las mantas por encima del joven. Una vez que estuvo tapado, se dirigió a la puerta.
—¿Amo? —susurró Seokjin justo cuando llegaba a la puerta.
Namjoon se volvió y levantó un dedo. No podía soportar escuchar lo que iba a decirle. No podía ser bueno. Ni un solo pensamiento en su cabeza lo era. Sabía que la había jodido. Estaba bastante seguro que Seokjin también lo sabía. Y Namjoon no estaba en el estado de ánimo adecuado para escuchar la censura del pequeño, no cuando tenía tanta auto-recriminación por sí mismo ya.