Capítulo #1

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Nombre completo: Charlotte Erin Heynie.

Edad: 21 años.

Enfermedad (es): Manía Depresiva (bipolaridad), Desorden Narcisista y principios de Bulimia.

Nombre completo: Zayn Javadd Malik.

Edad: 18 años.

Enfermedad (es): Psicopatología sexual (Adicción) y Traumas por abuso sexual.

 I. Charlotte

 La mirada sombría de Charlotte se cruzó con la de Daniel. Él lucía nervioso, alterado por algo, las manos le temblaban y tartamudeaba al hablar.

 — Yo no lo hice, lo juro. — repitió por enésima vez el rubio. Charlotte puso los ojos en blanco y bufó por lo bajo, las veces anteriores había dicho lo mismo y resultó que todas sus cosas robadas fueron encontradas bajo el colchón de Daniel.

 — Sólo dime dónde está. — le dijo ella con un aire de superioridad.

 La frialdad de sus palabras hizo dudar a Daniel y finalmente se rindió, con el carácter de Charlotte no se jugaba y si seguía evadiendo la culpa, ella le haría la vida imposible y eso era lo menos que quería, estar cerca de la chica. Nadie quería estar cerca de ella, a excepción de la pequeña Charlotte, pero tan sólo era una niña fascinada por las coincidencias de nombre, se decía Daniel, cuando descubriera el horror de persona que era Charlotte Heynie, se alejaría de ella al igual que los demás.

 — Está en mi cuarto. —dijo resignado, le pareció ver un atisbo de sonrisa en el rostro de Charlotte, pero ésta nunca llegó, así que pensó que había sido su imaginación y su anhelo por creer que esa chica era humana y no un robot frívolo y egocéntrico.

 — ¿Lo ven? Las cosas se solucionan conversando. — dijo Edward, el enfermero de turno a esa hora.

 Daniel le dedicó una sonrisa melancólica y se puso en marcha hacia su habitación para buscar lo que le había robado la noche anterior a Charlotte. Era inevitable para él, no lo hacía a propósito, pero al parecer ella sí, porque se aseguraba de dejar las cosas de más valor en los lugares más llamativos para él.

Charlotte no dijo nada en el trayecto, pero disfrutaba ver la culpa en el rostro de Daniel, era uno de sus juegos favoritos. Sin embargo, nunca admitiría que lo que hacía era cruel. No, todo lo que ella hacía era perfecto, pensaba, absolutamente todo.

 Cuando Daniel abrió la puerta de su cuarto, Charlotte no entró. Nunca entraba a las habitaciones de los demás, lo tenía prohibido por el Dr. Cowell al igual que Daniel, aunque éste último hacía tiempo que había dejado de cumplir con esa regla.

 Y la razón era muy sencilla, Daniel sufría cleptomanía y Charlotte bipolaridad.

 En el cuarto del chico le permitían tener un espejo, algo altamente prohibido y peligroso para Charlotte: o lo quebraba e intentaba suicidarse otra vez, o despertaba el narcisismo más profundo que escondía en su ser. Y a pesar de su actitud despiadada e inhumana con los demás, ella quería recuperarse, así que se aseguraba de cumplir con las reglas que los doctores le ponían.

 Daniel rebuscó entre su cómoda de ropa, sacó camisas y pantalones tirándolos sobre su cama con desesperación, quería que Charlotte le dejara en paz.

 En el St. Cowell tenían permitido usar ropa normal, especialmente los días festivos en los que venían la mayoría de los familiares, aunque por alguna razón Charlotte usaba siempre la túnica blanca que le habían entregado el primer día en que llegó. Incluso cuando sus padres venían a verla, ella no se quitaba la túnica. Lo único que usaba a veces era una corona de flores artificiales, la cual Daniel había robado la noche anterior.

Instituto Psiquiátrico St. Cowell.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora