EVA
Corría lo más rápido posible por las escaleras dado que tenía que llegar arriba antes de que las puertas del ascensor se abrieran. El amargado de mi jefe había subido con sus dos socios a él y presionó el botón que hacía que la puerta del ascensor se cerrara, lo que lo hace un cabrón sin remordimientos es que él vio que yo iba hacia el ascensor, y me cerró la jodida puerta.
Estaba llegando tarde por subir por las escaleras, y la maratón por intentar llegar antes que el ascensor me estaba matando, pero es que ¡son 12 pisos!
Por fin llegué y la secretaria del señor Delgado me miró con cara de pena, sabía lo que eso significaba, él había llegado antes que yo y tendría problemas. Dejé las cosas en mi mesa y entré al despacho del señor Carballo, mi jefe, tenía la vista fija en unos papeles, su pelo negro rizado estaba perfectamente peinado, el pirceing en su ceja le daba un toque...no sé...era joven, 26 años, tomó el cargo de director de la empresa a los 24 cuando su padre enfermó.- Llegas tarde - Su voz me sacó de mis pensamientos. Cuando volví a centrar mi mirada, él me la estaba devolviendo de manera seria.
- No habría llegado tarde si alguien no hubiera cerrado la puerta del ascensor y me hubiera dejado subir - Dije con molestia.
- Te vi venir si, pero pensé que te hacía falta el ejercicio, así que te he hecho un favor. - Mencionó con una sonrisa en su rostro. Es insoportable, todos los días es lo mismo, está creando un complejo con mi cuerpo que yo antes no tenía.
- A este paso, ¿vas a pagarme tú el psicólogo si tengo que llegar a ir? - No era broma, estaba mermando mi autoestima un poco más cada día.
- ¿Para qué si ya pasas todo tu tiempo libre poniéndome verde con tu amiga del departamento comercial? ¿Crees que no os he escuchado nunca? Después de estar 4 meses sin trabajar, vienes con exigencias, ¿vas a tomarte otros 4 meses de descanso porque sí o vas a trabajar de una vez? - Me mira de forma seria.
Lo miré asustada, no sabía qué decir, sí que hablábamos mal de él, pero hablábamos de lo mal que me trataba a mí y a otros compañeros y compañeras de trabajo, era horrible, si no tuviera tantos gastos que pagar y una pequeña que mantener hace tiempo que habría dejado este trabajo, de hecho, tenía otro en un restaurante de camarera por las noches, pero ese sólo no me daba para mantener a mi hermana pequeña. Mis padres hace un año, también en abril como este mes, me dieron la noticia de que mi madre se había quedado embarazada, para mí fue una sorpresa ya que, joder, yo tengo 25 años ya recién cumplidos, y convertirme en hermana mayor con 24 fue impactante sobre todo por la edad de mis padres. El embarazo fue de riesgo, y el parto muy complicado, mi madre falleció por la hemorragia que causó el parto, mi padre después de perder a mi madre, se marchó y no volví a saber nada de él además nuestra relación siempre fue complicada. En el trabajo pedí un permiso de baja para cuidar de mi hermana, me concedieron el de maternidad aunque la madre no era yo, así que estuve estos 4 meses cuidando de ella, mi jefe no lo sabe pues los que se encargan de todo son los de recursos humanos, aunque él de todos modos no se preocupa por sus empleados...
- No hable de las cosas que no sabe - Susurré pero de manera que él me escuchara, no sabía qué más decir, que él conociera que hablábamos de él me puso los pelos de punta, pues a veces también dije un par de veces lo bueno que estaba, pero eso fue cuando comencé a trabajar aquí y antes de saber que era un cretino sin remedio. Me preguntaba desde cuándo nos habría escuchado.
- ¿De lo que no sé? Sé que habla mal de mí a mis espaldas - Mientras hablaba levantó de la silla continuando mirándome de forma seria, se le notaba un poco enfadado - Has estado 4 meses sin trabajar así porque sí, porque has querido, por un permiso de maternidad injustificado porque tú no has estado embarazada nunca, eso se habría notado. - ¿Sabe lo de la baja pero no ha preguntado por qué la cogí? Esto sí que es bueno, iba a contestarle y a soltarle en la cara la razón por la que cogí el permiso dado que ya me estaba enfadando a mí también, pero al ver que habría la boca para hablar no me dejó ni empezar y continuó hablando él. - Se marcha antes de lo que debería también, no está haciendo la jornada que le corresponde, así que no me ha quedado más remedio que conseguirme otra secretaria. -
- Perdón, ¿cómo ha dicho? - Me asusté y tuve que sentarme, él apretó un botón del teléfono de su escritorio y le pidió a alguien que viniera a su despacho. Entró una chica joven, que tendría unos 23 años.
- Te presento a mi nueva secretaria, su nombre es Mónica. Ah, y Eva, espero que esto deje claro que estás despedida, no necesito dos secretarias. Recoge tus cosas y márchate. -
Me levanté como un robot, no pensaba en nada más que mi hermana de tan sólo 4 mesecitos, sólo fui a mi escritorio y recogí mis cosas, no miré atrás cuando salí de la empresa, ¿cómo iba a mantener ahora a mi hermana y a pagar los gastos de la casa? También está la hipoteca, si no consigo pagarla el banco me quitará la casa, y entonces servicios sociales me quitará a mi hermana por no poder mantenerla y no poder darle un hogar...
Llegué a mi casa, allí estaba la niñera que tenía contratada, le pagué y se marchó sin preguntar por qué había llegado antes, le pedí que viniera esta noche a cuidar de mi hermana por mi trabajo en el restaurante. Fui a ver a mi pequeña puesto que estaba llorando, ya van varias veces que cuando llego está así, no sé qué le pasa, creo que debería llevarla al pediatra aunque todavía no le toca la revisión, me preocupa que esté enferma, puse el dedo cerca de boca e intentó buscarlo, tenía hambre y mucha al parecer.
- Hola mi amor, mi Sol, ¿tienes hambre, cariño? Venga vamos a tomar el bibi. - La cogí en brazos, preparé el biberón y la alimenté, se quedó dormida enseguida después de comer, así que me senté en el sofá con la tele encendida sin verla en realidad. Tenía que pensar qué haría ahora, debería buscar otro trabajo para volver a tener dos y poder mantener todo a flote...
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Dos Soles
RomanceEstaba llegando tarde por subir por las escaleras, y la maratón por intentar llegar antes que el ascensor me estaba matando, pero es que ¡son 12 pisos! Por fin llegué y la secretaria del señor Delgado me miró con cara de pena, sabía lo que eso signi...